A lo largo de su extensa carrera, Emanuel Ginóbili fue un ejemplo de profesionalismo que traspasó las barreras del Básquet. Con jugadas magnificas y un talento inagotable, despertó admiración en los más jóvenes y sirvió de inspiración para aquellos que daban sus primeros pasos en el deporte. Un jugador gigante decidió dar un paso al costado, pero su nombre será recordado como el gran ídolo de toda una generación.

Palabras más, palabras menos, el párrafo introductorio se desprende de los elogios desparramados por los jugadores de Boca al enterarse del retiro de Ginóbili. En plena pretemporada en la ciudad de la Rioja, y antes del segundo turno de trabajos, cada miembro del plantel xeneize le dedicó unas palabras al gran referente del Básquet argentino.

El primero en tomar el micrófono fue Guillermo Narvarte, que recordó una anécdota de su infancia que grafica lo que sería su posterior carrera de superación. “Me acuerdo que una vez, cuando tenía 11 o 12 años, perdió una final de uno contra uno y se fue llorando solo. En ese momento nadie imaginaba lo que iba a ser después. A Ginóbili lo podés definir con todos los adjetivos calificativos que representan al jugador ideal”, le contó el entrenador al sitio oficial.

Alejandro Konsztadt, en tanto, prefirió definir sus virtudes como profesional y resaltar lo que le imprimió en el inicio de su carrera. “Lo seguí desde muy chico y tengo muchos recuerdos -dijo-. Creo que Ginóbili es todo lo que está bien dentro del deporte, un ejemplo de superación y de los buenos valores que transmitió a través de toda su carrera. Los amantes del básquet le estaremos eternamente agradecidos”.

En esa misma línea, siempre resaltando su profesionalismo por sobre los logros y el talento, Adrián Boccia completó: “Más allá de lo gran jugador que fue, Ginóbili fue un ejemplo por lo que transmitió todo el tiempo, por superarse día a día y querer siempre mejor.Con 41 años se mantuvo en el más alto nivel y siempre dejó de lado sus aspiraciones para ponerse al servicio del equipo en el que estuvo”.

Pero, además de los experimentados del plantel, los más jóvenes también se sumaron a los recuerdos de la gran carrera de Ginóbili, aquellos que comenzaron sus primeros pasos el reflejo de la Generación Dorada.

Éric Flor, por ejemplo, se retrotrajo en el tiempo y volvió a su infancia en aquella agónica y memorable definición Atenas 2004. “Yo me había ido a jugar un partido de mini básquet. Llegue a mi casa cuando quedaban 30 segundos y prendimos la televisión cuando metió ese increíble ball. Siempre recordamos con mi viejo y con mi familia que llegamos justo para ver esa jugada”, sostuvo el jugador del seleccionado nacional.

Tomás Cavallero, a su vez, no dudó en asegurar que comenzó a jugar al Básquet por lo que transmitía el propio Ginóbili, mientras que Bruno Sansimoni recordó que viajó a Mar del Plata para poder verlo en cancha y que ese día pudo tomarse una foto que aún conserva en un cuadro en su casa.

Por último, el cierre a cargo de Agustín Barreiro grafica lo que significó la carrera de Ginóbili los más jóvenes y para toda una generación que creció viéndolo jugar. “Nos dejó muchas enseñanzas y si queremos trascender en este deporte, tenemos que mirarlo siempre. Su sacrificio, sus ganas, el hecho de entrenarse a los 40 años como si tuviera 20. Hay pocas palabras para definir a un jugador como él”, concluyó.

Con 41 años, pero en plena vigencia en San Antonio Spurs, Ginóbili anunció su retiro del Básquet. Manu dejará de jugar de manera profesional, aunque su figura se mantendrá vigente en el recuerdo de quienes se emocionaron viéndolo jugar y en aquellos que dieron sus primeros pasos en el deporte por el contagio que transmitía. Estas líneas, estos recuerdos del plantel de Boca, son apenas una muestra del ídolo que dijo adiós.

Informe: Prensa Boca