Hipnotiza. San Lorenzo no pudo tener mejor cierre en la fase de Grupos de la Liga de las Américas: obligado a vencer a Capitanes de Arecibo en la jornada final, no sintió el impacto de la presión de jugar en su casa (repleta) y ser favorito. Por lo contrario, necesitó apenas un cuarto para sacar a los boricuas de la cancha.

Frustra. Esa es su arma: marcar el territorio de movida. Manda. Se juega a su manera. Grita... Y por si poco fuera, su enemigo le cayó como anillo al dedo, intentando jugar a campo abierto con tiros prematuros y anarquía. En ese sistema, San Lorenzo está en su salsa. Diez minutos: 34 a 12. Y clinic defensivo. Sí, otra vez. El equipo de Lamas atacó desde su defensa. Maniató a Capitanes con un infernal 1vs1 que pocas veces necesitó ayudas. Obligó a los puertorriqueños a seleccionar malos tiros, se adueñó de su rebote vía Meyinsse/Deck y el resto es cuento conocido: volar.

Aniquila. Aguirre empujó furiosamente el balón. Selem ocupó espacios de forma exacta en las transiciones. Mata y Díaz se acoplaron en el lado contrario para castigar a contrapié. Deck fue rabioso corriendo o generando desde poste medio, de espaldas y de frente. Scala volvió a ser aquel que no perdona desde el pick central. Calfani se cansó de generar con rebotes ofensivos. Y cuando la acción ofensiva no se resolvió en los primeros 8 segundos, Sandes se encargó de lastimar con pases a los cortes.

Entiende. San Lorenzo brilló por su vehemencia, una intensidad imposible de controlar. Y a alta velocidad, ejecutó una lectura de otro nivel en el juego sin balón. Fiesta completa: clasificación a semis, convencimiento pleno del cómo, y factor confianza por encima de las nubes. Posta: hipnotiza.

El periodista Carlos Altamirano, en twitter @altamirano45, es relator de básquet en DIRECTV Sports y DEPORTV.

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