Weber Bahía

Bahía Blanca (Buenos Aires)

Informes Especiales · 05 de Noviembre de 2016

Weber Bahía

Sepo es el gran papá

Sebastián Ginóbili fue una figura central de La Liga durante muchos años y ahora disfruta de un presente mágico al mando de los chicos de Bahía Basket, que sorprenden en cada juego. Conversamos con él para conocer detalles de su trabajo.

Mientras los pibes se divierten en la cancha, deslumbran con jugadas vistosas y triunfos que llegan, tal vez, más rápido de lo esperado, Sebastián Ginóbili camina en la zona de banco de suplentes. A veces se sienta, habla con el Puma Montecchia (uno de sus asistentes), piensa, analiza que es lo mejor para su equipo. Lo vive con intensidad.

La chance de ser DT le llegó pronto, ni bien terminó su carrera como jugador, y no fue una oportunidad convencional. Se sumó a un proyecto distinto a los que estábamos acostumbrados en nuestra competencia local. Debía ser el entrenador de un grupo de jóvenes, con enorme talento, pero también con una incógnita grande de cómo iban a responder al máximo nivel, en una Liga que usualmente estaba determinada para hombres con experiencia. Despacio, con paciencia, fue el guía ideal para los pibes. Los llevó de a poco, contó con la gran ayuda de Hernán Jasen y Jamaal Levy dentro de la cancha, y los chicos explotaron. Hicieron ruido en serio: la temporada pasada casi dejan en el camino al finalmente campeón San Lorenzo (estuvieron sólo a un tiro de eliminarlo), en la actual caminan a paso firme y acaban de dar el golpe a nivel internacional con la clasificación a la final de la Liga Sudamericana, con una expresión preciosa de juego en Santiago del Estero. Sí, señores, Sepo es el papá ideal.

Mejor que lo explique Ginóbili, quien fue una figura estelar de la competencia durante muchos años: "Eramos nuevos en todo, antes en La Liga, y ahora a nivel internacional. Sabíamos que iba a ser difícil, con rivales experimentados, pero siempre tuvimos confianza. Como entrenador, siempre creo en que podemos lograr resultados importantes. Los jugadores también se sienten listos y tenemos talento para desarrollar una competencia firme con cualquiera. Después se puede ganar o perder, pero trabajamos con mucha conciencia cada encuentro que disputamos".

Bahía Basket es una revolución absoluta en una ciudad en la que el basquet es central para la comunidad. En los negocios, en los taxis, en las plazas. Por donde se camina, se escucha hablar de este deporte. Eso ocurrió siempre. Sin embargo, fue una plaza que le costó adaptarse en La Liga. Todo cambió en los últimos años. Llegaron los jóvenes, atrás de un proyecto serio que incluye aspectos sociales además de lo deportivo, y el público acompañó. En la actualidad, el estadio Osvaldo Casanova se llena ante cada presentación de su equipo. Hay una identificación fuerte.

Sepo, bahiense de 44 años, disfruta como los hincha de este momento: "La verdad que me siento contento de todo lo que está pasando. Nosotros tenemos una idea de juego, de trabajo y ver a los chicos comprometidos con ese esquema hace que todo sea más sencillo para lograr un resultado deportivo favorable. Siento orgullo al verlos crecer. evolucionar con el correr de los partidos y las temporadas y nos damos cuenta que todo el esfuerzo realizado valió la pena".

Juan Pablo Vaulet ya fue drafteado por la NBA; Lucio Redivo tira, penetra, la rompe; Gastón Whelan parece un base de miles de batallas; el impacto de Máximo Fjellerup fue tan fuerte esta temporada que deslumbró a todos. Y hay más chicos que crecen, se proyectan, cada vez juegan mejor. La pregunta al entrenador resulta inmediata: ¿Cuánto influyó tu trabajo en este salto de tantos chicos juntos alcanzando un nivel muy alto?. Sepo hace una pausa, duda, reflexiona y dispara: "No sé la influencia de mi aporte. Yo propongo una idea, pero la que la desarrollan son los jugadores. Ellos son los grandes responsables de este momento. Entendieron que era tan importante el talento individual que tienen cada uno de ellos, como el compromiso grupal. Por eso se nos cumplen los objetivos".

Muchas temporadas atrás cuando ambos eran muy jovencitos, Manu y Sepo jugaron juntos en el equipo de la ciudad. También estaba Hernán Jasen. Fue una situación similar a la actual en cuanto a la identificación del equipo (en ese entonces Estudiantes) con la gente. El lazo del apellido Ginóbili es permanente y Emanuel, desde San Antonio, siempre está atento a lo que ocurre en Bahía Blanca. De hecho, ni bien se produjo la clasificación en Santiago, Manu felicitó desde las redes sociales. "El siempre nos da su apoyo, tiene amigos acá y se interesa por lo que nos pasa. Cada tanto me escribe para saber cómo estamos. Siento su apoyo", cuenta el actual DT, siempre amable a la hora de entregarse a reflexionar con la prensa. Pasa un gran momento. El, su equipo, la organización, la ciudad. Bahía Basket es una inyección en la nueva etapa de La Liga y Sepo mucho tiene que ver en eso.

*Por Juan Ballesteros, periodista de la TV Pública Argentina. En twitter @jeballesteros, conduce los lunes junto a Carlos Altamirano y Julián Mozo el programa especial “La Liga Debate”, vía streaming de video desde la página www.laliganacional.com.ar.

Foto: FIBA.