El entrenador tucumano, que atraviesa su tercera temporada en Instituto, se sincera en una charla a fondo y comenta acerca de su vida, su familia, sus comienzos en el deporte, la importancia sobre los clubes de barrio, lo que tuvo que cambiar para seguir disfrutando del básquet, su mirada desde el rol de DT y lo que significa estar en la historia de la Gloria.

“El básquet representa el 80% de mi vida. Tengo la suerte de estar rodeado de gente muy valiosa como mi familia, mis amigos de la infancia y los nuevos, con quienes comparto mucho de estos momentos”, afirma.

“Instituto es un club que está ordenado, sabe lo que quiere y tiene las cosas bien marcadas. Después de la temporada pasada llegaron muchas ofertas, muy buenas económicamente y alguna llamativa deportivamente; pero tenía la sensación de no querer irme con el sabor que nos quedó después de perder las semifinales con Boca.  Como soy un afortunado de la vida, renové con Instituto, armamos un equipo prácticamente nuevo y hoy podemos decir que somos campeones sudamericanos. El destino estaba marcado así, por eso me alegro y lo disfruto”, agregó.

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Informe: Prensa Instituto.