Informes Especiales · 20 de Diciembre de 2016

Quilmes

Luca Vildoza, por Pipa Gutiérrez

Los jóvenes protagonistas de La Liga bajo la lupa analítica de Juan Pipa Gutiérrez. En la tercera entrega, te contamos cómo juega y quién es Luca Vildoza.

Por Juan Pipa Gutiérrez

"Si Baskonia se lo lleva, por algo será"

Con sólo ocho palabras se puede expresar el argumento más contundente para describir a Luca Vildoza.

Los que miramos (y admiramos) la ACB de lejos, no podemos evitar sacarnos el sombrero al hablar de este club. Club que tiene una combinación perfecta de áspero carácter vasco con paladar negro y fino de todas partes del mundo en sus hinchas, jugadores y trabajadores. Se acostumbraron a ver con su camiseta a los mejores y más predispuestos guerreros. Entonces, claro, en la tribuna también son los mejores. Si la Copa del Rey se disputara en la luna, veríamos un sector de la grada con instrumentos musicales, boinas, botas de vino y gente ruidosa.

Club que sufrió siempre los vaivenes de la economía y esponsoreos españoles. Cambió su denominación un par de veces en los últimos años. Caja Laboral antes, Laboral Kutxa ahora, para los que tenemos más de 30 siempre será el TAU. Es el equivalente, en clubes de basquet europeos, a la señora que toca todos los tomates del cajón hasta encontrar el más sabroso. Son cinturón negro en explotar talento oculto o camuflado. Todo aquello que nosotros somos, que nos es cotidiano, llamó la atención al radar de este lejano club al punto que hoy hay murales en Vitoria de nuestros mejores jugadores y banderas argentinas se agitan con estusiasmo en el Fernando Buesa Arena.

Mientras la ciudad espera ansiosa el regreso de un referente como Pablo Prigioni y la Copa del Rey 2017, por éstas latitudes Luca sigue su progreso. Confirmando todo lo que esperan de él en Quilmes, en Mar del Plata, en Vitoria y en todo el basquet argentino.

Hace falta mucha personalidad para liderar un equipo como el suyo, que se vio al borde del abismo económico, recurrió a un entrenador y jugadores identificados con la camiseta, sumados al aliento inagotable de su gente para mantener viva la llama.

Luca transita la cancha con el lenguaje corporal de quien se sabe el mejor. Su postura no es nada habitual para un jugador de su altura y posición. No le hace falta comprimirse ni proteger la posesión con la espalda y sólo “pierde” 1,3 pelotas por juego. Organiza al equipo con la cabeza bien arriba, como desafiando a su defensor a intentar el robo. Sus reflejos veloces le generan esa confianza necesaria para jugar con el peligro y sacarle provecho. Es común verlo romper presiones de todo el campo y jugar 1 contra 4 madrugando al resto de los defensores. Muchos pueden pensar que es una imprudencia, pero la peor decisión táctica posible sería ponerle un freno o limitarle las libertades.

Su juego es extremadamente ofensivo y vertical. Es capaz de ganar un partido jugando 1vs1 en el eje central de la cancha, con una amplitud asombrosa de recursos. Tiene piernas veloces y explosivas para no sufrir (incluso disfrutar) los cambios defensivos y atacar a los hombres grandes, definiendo por encima o con movimientos espectaculares en el aire.

El lanzamiento después de pique es su arma preferida. Mientras los analistas estadísticos no se cansan de contarnos que los dobles largos son, porcentualmente, los peores tiros, Luca los tiene dominados. Su técnica es perfecta y muy difícil de tapar por la altura en la que los toma, a veces sin distinguir de qué lado de la línea de 3 puntos se encuentra.

15,5 puntos y 3,5 asistencias en la corriente Liga para este supertalento marplatense, que tiene a todo un club europeo esperando ansioso para seguir puliendo y explotando su potencial.

Por Juan Pipa Gutiérrez. Integrante de la Generación Dorada, medalla de Bronce en los JJOO de 2008, ex jugador de La Liga y la ACB de España. En Twitter @PipaGutierrez, en Instagram PipaGutierrez4.

 

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