Atlético Juventud Florentino Ameghino

Villa María (Córdoba)

Liga Argentina · 26 de March de 2020

Ameghino

Charla virtual de Ameghino con Diego Romero: Lección de vida

Diego Romero, pivote del equipo Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, nació en Misiones pero fue criado en el sur. Días atrás, pasó por la sala de reuniones online de Ameghino. En una charla amena con más de 60 chicos, hinchas, jugadores y entrenadores, el pivote habló de su crianza, su ingreso al básquet, su amor por los deportes, su relación con los entrenadores y la importancia de estudiar y jugar, entre otras cosas muy interesantes.

Diego Romero, pivote nació en Bernardo de Irigoyen, localidad de la provincia de Misiones, fue criado en Comodoro Rivadavia desde chico, ya que sus abuelos maternos vivían allí y la familia se mudó en busca de una mejor educación.

El pivote inició la charla contando sus primeros años de vida, que se dividían entre el deporte y la escuela. No había día que no encontrara una actividad para realizar y donde sus profesores de la escuela eran cómplices brindando opciones hasta los sábados y domingos. “No hay deporte que no haya practicado, todo el día jugando fuera de casa. Hoy no puedo caminar si no es con una zapatilla y ese momento vivíamos descalzos corriendo”, recordó.

“A los 15 años medía 1.78 y era un chico normal de altura, pero en meses pasé a medir 1.90 y así empecé a subir, momento donde todos los entrenadores me empezaron a mirar con otros ojos. Agradezco y mucho haber tenido los formadores que tuve, ya que lo primero que hicieron fue enseñarme a correr. Pasaba horas y horas buscando mejorar”, narró.

Tras varios años en las juveniles de Gimnasia, con la premisa de aprender a conocer su cuerpo que tuvo una evolución contundente, se fue haciendo camino y rodeado de la miel de equipos de Liga Nacional frente a sus narices, tuvo luego de un tercer puesto de Chubut en La Pampa la posibilidad irrechazable de jugar y estudiar en Lon Morris College de Estados Unidos para luego defender los colores de Florida State, sitio donde también logró su diploma de traductorado (Inglés – Español).

En el mismo momento que se recibía como profesional, llegaba una llamada de Nicolás Casalanguida, asistente técnico en ese momento de Gimnasia de Comodoro para agilizar una repentina y sorpresiva vuelta a casa, nada más y nada menos que para jugar la final que estaban disputando ante Libertad de Sunchales. Para Diego esto fue “una noche única, dos horas antes de comenzar el partido ya no entraba un alma al estadio”, fue ahí donde remarcó que la mejor victoria de su carrera fue el campeonato que jugó con Gimnasia, teniendo en cuenta que llegó un día antes del juego, entrenó dos veces y saltó a la cancha.

Al terminar las finales de Liga Nacional, Romero fue contactado para formar parte de la preselección argentina para jugar el Sudamericano, la misma fue dirigida en su momento por Sergio Hernández y Gonzalo García, y fue otra de las grandes alegrías de su vida.

Pero, a nivel personal, se había quedado sin lugar en el Gimnasia campeón y fue Gonzalo García quien le ofreció la oportunidad de jugar en uno de los famosos equipos que había conformado Regatas de la localidad de Corrientes, donde compartió cancha con grandes jugadores como Alejandro Montecchia, Diego García, Hernando Salles, Sebastián Acosta entre otros. Tuvieron un duro comienzo en el campeonato perdiendo el primer partido como visitantes, y cuando todo parecía mejorar en la fecha 9, Diego sufrió una grave lesión en su rodilla. Remarcó el gran trato que tuvo Regatas con él, donde le brindaron todo lo que necesito en su momento, y más.

Al recuperarse de dicha lesión, siguió su carrera en Quilmes, donde fue llamado por Roberto Martínez y Oscar Huevo Sánchez que formaban el cuerpo técnico. Tuvo un gran año deportivo con dicho club ganándoles a grandes equipos de la liga.

Confeso que jugar el clásico de Mar del Plata “es algo único, lo estás viviendo y no podes creer lo que está pasando, yo debuté en un clásico en el 2009 y no podía llegar a escuchar a mis compañeros y nos comunicábamos mediante señas, fue una cosa de locos”.

Tras varias temporadas en el tricolor, volvió a su “casa” en el sur: “Fue la mejor decisión”, ya que habían formado un equipo con todos jóvenes con mucho potencial aunque sin muchas experiencias, tuvieron un gran campeonato terminando en el cuarto puesto cuando todos lo daban para pelear el descenso.

Diego comentó que es un “tipo que habla poco, pero escucha mucho” y eso favorece mucho su relación con los técnicos.

Y afirmó: “Los técnicos buscan lo mismo que los jugadores, los más jóvenes que están arrancando tienen que prestarle mucha atención a los mayores, ya que todo el cuerpo técnico busca sacar lo mejor de cada uno con las exigencias y las correcciones que les puedan llegar a hacer, en un equipo todos trabajan para lo mismo que es ganar”.

"Para ser buen compañero hay que ser sincero e ir de frente. Para ganar y que el equipo funcione todos tienen que ceder algunas cosas, algunos tienen que ceder puntos, otro tiene que ceder minutos, otros tienen que pasar la toalla al compañero. Así todos empujando ayudan a mejorar la formación del equipo”, opinó.

Además, el lungo sentenció: “Los amigos son lo mejor que me dió el básquet, porque se quedan después de que todo esto termina. Por dedicarme al basquet profesional he perdido muchas cosas importantes que se relacionan a estar presente con la familia pero estando siempre presente desde lejos”.

“El jugador que no aprovecha para estudiar con las facilidades que hay hoy, está perdiendo mucho tiempo", señaló.

Luego llegaron preguntas de los chicos conectados a la charla online: La primera fue quién fue el jugador más difícil que le tocó defender y declaró: “no lo defendía yo, porque lo defendíamos entre todos juntos y nunca lo pudimos agarrar a Chris Paul (sonríe mientras lo cuenta), nadie lo podía agarrar con nada”.

“En ese momento Chris Paul jugaba en la Universidad De Whelfores y yo jugaba en Florida State, él era rookie y todo el mundo hablaba de Chris y recuerdo cuando jugamos la primera vez en contra, nuestro entrenador estaba enfocado solo en Paul y nos decía como defenderlo”, manifestó.

“Le pregunte sobre los demás y él decía que los demás dependían del base, habíamos quedado que cada vez que tirábamos solamente iba uno al rebote ofensivo y los otros iban rápido a pararse en zona porque si Chris agarraba el rebote estabas al horno, te corría y hacia el punto”, agregó.

Sobre los sueños que le quedan por cumplir, dijo, medio pensativo: “Nada y estoy pensando en seguir jugando unos años más y que así está bien”. Acerca de lo que tiene pensado hacer después de retirarse, sentenció: “Me gustaría seguir ligado y enseñando básquet, pero no sé si entrenador, me gustaría más dar fundamentos como me daban cuando era chico y tratar de enseñar y hacer entender a los chicos que lo más importante son los estudios y las horas de dedicación a fundamentos en el club pero no me gustaría dirigir”.

Con respecto a la situación del coronavirus y la cuarentena declaró: “Creo que olfateé que venía complicado con esto, y me traje herramientas para trabajar en casa. Le rompo las bolas mucho a Nico (preparador físico) para que me pase cosas para hacer todos los días y voy haciendo ejercicios diferentes todos los días para mantenerme en estado todo lo que mas pueda”.

Al ser consultado si tiene alguna dieta especial dijo: “Especial no, pero si intento comer muy sano, evitar lo frito (trato), dieta en especial no y los últimos años mejore mucho el tema de comer ensaladas porque soy de comer mucha carne, me cuido mucho. Empecé a mejorar con la alimentación mas o menos a los 30”.

Informe: Prensa Ameghino