Cuando Pablo Castro puede hacer una pausa en la vorágine cotidiana que implican los entrenamientos del plantel profesional y mira hacia atrás, su pecho se llena de orgullo y felicidad.

Suma una década en el club al frente de los principales equipos del León y si bien reconoce que no tuvo demasiado tiempo “de sentarme fríamente y ponerme a pensar en lo logrado”, suele recordar con su familia o dirigentes lo que significa haber pasado de jugar la Liga Cordobesa B a estar compitiendo en la segunda categoría del básquet argentino.

“Antes la Liga Cordobesa era el objetivo máximo que teníamos, y ahora jugamos con un equipo de chicos por decisión. Eso te llena de orgullo de satisfacción por el trabajo hecho”, enfatizó y agregó: “Hemos dado un paso gigantesco que en el día a día quizás no lo valoro como debería”.

Al poner la cabeza en el presente, confesó que “la verdad que es una felicidad que el club pueda volver a competir por qué el año pasado habían decidido no hacerlo, así que encaminarse otra vez en un torneo nacional, y hacerlo armando el equipo que armamos, es una alegría gigante”.

Sobre la actualidad del equipo, el DT señaló que “estamos en una etapa de conocimiento” ya que “la base del equipo tiene tres de los titulares que se han sumado ahora y a pesar de que el resto del plantel ya estaba jugando con nosotros, conseguir ese funcionamiento y dinámica que te da jugar juntos es lo que nos está faltando”.

También planteó que está ansioso por poder “ver qué podemos plasmar en la cancha, la idea que tenemos con respecto al juego”.

Con respecto a lo que se podrá ver del equipo, Castro remarcó que “la idea madre es la misma” y “lo que tratamos de hacer es enriquecerla partir de ir teniendo jugadores con características diferentes o que pueden aportar cosas distintas, con virtudes distintas a las que han tenido otros chicos que pasaron por el club”.

Para eso será necesario “hacer los ajustes necesarios para que cada uno de ellos puede mostrar su mejor versión, es lo que nos va a hacer bien, nos va a hacer crecer”.

Claro está que para conseguir eso el armado plantel fue importante: “Al momento de elegirlos tratamos de buscar a quienes creíamos que podían amoldarse más rápidamente a la idea que tenemos, tratando de que sean versátiles y de que físicamente tengan aptitudes para poder desarrollar está forma de jugar que es la que nos gusta”, planteó el entrenador.

En relación al nivel de la competencia, específicamente mirando la zona que integra Ameghino, Castro dio un panorama sobre lo que se encontrará el equipo: “Creo que a priori, por nombres, San Isidro está muy fuerte, Oberá también, y a mí me gusta como juega Barrio Parque, que mantienen una base y Aguilar hace un buen trabajo”.

Más allá de esos, y con un ojo en uno de los próximos rivales, puntualizó que “hay que reconocer que Salta está jugando de igual a igual torneos internacionales y ha encontrado un juego en equipo superior al del año pasado por lo que vamos a tener en frente a un rival muy duro”.

“San Martín se ha armado muy fuerte, Unión de Santa Fe también, creo que como siempre el torneo va a ser muy duro en la zona norte y dentro de eso vamos a tratar de ser competitivos”, anheló.

Informe: Prensa Ameghino