LFB 14 de december de 2021 | Rocamora · Rocamora

Selent, Scévola y una bella amistad que volvió a unir sus caminos en Rocamora

Desde 2010 forjaron una gran amistad y en esta Liga, más de diez años después, vuelven a coincidir en Rocamora. Celeste y Sabrina resumen ese fuerte vínculo.

El deporte en general tiene de estas historias a montones, y nuestro amado básquet no es excepción. Vínculos de amistad de años, al punto de ser hermandades, en lazos que unió el destino en su momento y que, más allá de haberse separado físicamente en alguna que otra ocasión, son tan fuertes que esa relación y conexión existente se consolida más y más con el paso del tiempo. Es lo que les sucedió a Sabri Scévola y Celeste Selent, quienes hace más de una década conformaron una bellísima amistad cuando coincidieron en Mar del Plata y en esta Liga volvieron a reunirse jugando juntas en Tomás de Rocamora.

Ambas tienen su brillo dentro de la cancha. Scévola siendo una de las grandes referentes del equipo, un faro en el juego interior y una líder, figura del equipo en casi todos los torneos que debe afrontar y en esta Liga promediando 11.6 puntos y 13.5 rebotes. Selent por su parte llegó al club para este torneo, y siendo de los grandes íconos del básquet marplatense, por experiencia y calidad inagotable, haciendo un muy buen trabajo con las Rojas en la actual edición con medias de 7.3 tantos y 7.4 tableros. Dentro de la cancha son ese 4-5 tan confiable de Rocamora, esa dupla interior de poder que tan buenos resultados ha dado.

Y es que acá influye el hecho de que, más allá de la calidad individual que tienen, se conocen de memoria y tienen una fuerte química que se traslada también dentro de la cancha. Ese ese entendimiento ya natural, esa complicidad, saber qué quiere la otra en momentos particulares del juego, cómo va a resolver una acción, si encarará al aro o si buscará la descarga. Un entendimiento que lo provoca también esa amistad de años, que nunca se perdió a pesar de las distancias y que en esta Liga volvió a reencontrarse dentro del parquet.

"En el 2010 jugamos nuestro primer Argentino juntas y empezamos a hablarnos y a relacionarnos más, pero ya nos conocíamos de antes. Jugamos juntas varios años y después ella se fue a Buenos Aires, pero igual siempre seguimos en contacto y cada vez que venía a Mar del Plata nos veíamos", comenzó contando Celeste sobre cómo se conoció con Sasi.

Indudablemente los años y años de amistad, las experiencias vividas, las anécdotas, las risas y ese tiempo compartido que perdura, son uno de los tesoros más importantes y sagrados que deja el deporte. Porque en definitiva, sacando la parte competitiva, se trata de eso, de los valores, de los ideales que se comparten y de esa huella que va dejando cada uno. Por eso Selent le da un valor inmenso a este vínculo con Scévola:

"Para mí es una de las cosas más lindas dentro del básquet. Pueden pasar los años y a pesar de la distancia, que claramente es más el tiempo que estuvimos en ciudades distintas que en la misma ciudad, cada vez que nos vemos salen charlas interminables y podemos compartir momentos como si nos hubiésemos visto ayer. Eso lo valoro un montón, como así también valoro que seamos muy confidentes, que confiamos mucho la una en la otra y que además compartamos la misma pasión, que es el básquet. Por suerte el deporte nos unió y nos volvió unir ahora, por un tiempito dentro del mismo equipo", cuenta la marplatense.

A lo que añade y coincide Sabrina: "La amistad con Cele para mí simboliza literalmente lo que te deja el basquet. La conocí por eso y hoy después de tantos años nos volvemos a unir nuevamente. Más allá de eso hemos compartido muchas cosas más, aún sin jugar juntas".

La pivote continuó destacando ese vínculo de amistad con su, nuevamente, compañera de equipo: "Cele es de esas personas que no tienen problema con nada, que facilitan y que dan siempre soluciones. Y sobre todo es compañera e incondicional. Por suerte nos conocemos y me entiende a la perfección, sabe cuando decirme algo y cuándo no, y siempre supo estar cuando era necesario. Soy una agradecida con el básquet por haberme cruzado con ella hace años atrás y que después de bancarnos por separado, hoy podamos disfrutarlo juntas otra vez, y agradecida también a ella por seguir aguantándome después de tanto", resume.

Para Celeste este es su regreso a la Liga Femenina tras un par de años de ausencia, recordando que fue parte del equipo de Peñarol de Mar del Plata que disputó la primera edición allá por 2017. Ahora, cuatro años después, llegó como uno de los emblemas de referencia absoluta para el joven pero talentoso equipo de Rocamora, y la bonaerense disfruta esta nueva experiencia con creces.

"Para mí fue un desafío enorme jugar esta Liga. Si bien ya había tenido posibilidad jugar Liga en años anteriores, esto fue distinto porque es en otra ciudad, con otras compañeras, otra entrenadora y demás. Y la verdad es que fue una increíble experiencia que estoy aprovechando y disfrutando a full. Para mí fue un desafío muy pero muy grande en mi carrera", dijo la jugadora de 38 años y 1.77 metros.

Por supuesto que todo cambio grande implica una adaptación. Selent tuvo que salir de cierta zona de confort como lo es su ciudad natal y de siempre, Mar del Plata, para encarar esta gran prueba que tenía por delante con la Liga Femenina. Cambió de paisaje, de personas, de equipo, de compañeras... pero todo dentro de una misma esencia y filosofía, que es la de estar en una familia como la de Rocamora. Por eso quizá ese proceso de adaptación fue muy rápido, tan veloz que Celeste se desenvolvió como una más, como si hubiese estado en el club por mucho más tiempo.

"El club me encanta. La gente, toda la Comisión, todos están ahí muy pendientes. Hay muy buena gente. Al equipo un poco ya lo conocía, sabía cómo era toda la dinámica por Sabri, que siempre estamos en contacto y me hablaba mucho de eso. Es una institución que le da mucha importancia al básquet femenino, y eso es algo muy importante porque no todos los clubes a nivel país hacen lo mismo, así que eso es para recontra valorar, que le den la misma importancia al feminino y al masculino y que siempre apuesten que puedan jugar este tipo de torneos me parece espectacular".

Y agregó: "La ciudad también me parece divina, me encanta la parte del río y toda la gente de acá es muy buena y muy agradable. Lo único que estoy padeciendo un poco es el calor y la humedad, que no solemos tener tanto calor en Mar del Plata, pero la verdad me siento muy bien y soy una agradecida por todo lo que estoy viviendo tanto en la ciudad como en el club, y con el equipo en la Liga".

Mientras tanto, Celeste disfruta su estadía en Concepción del Uruguay y también celebra este momento que vive Rocamora, sumergido en las semifinales de la Liga Femenina y una vez más colocándose en los primeros planos del básquet nacional. Y esa amistad con Sasi, que también fue crucial para su llegada a la ciudad y para su hoy feliz realidad con el equipo, volvió a unirse para potenciar aún más los sueños de las Rojas en esta emocionante etapa de definiciones.

Informe: Prensa AdC y Prensa Rocamora.  Fotos: Carlos Lozano (Prensa Rocamora).