LNB · 26 de Abril de 2021

36 años de nuestra Liga Nacional: conocé la historia desde aquel salto inicial

El 26 de abril de 1985 se materializó el sueño impulsado por León Najnudel. Aquella noche y un recorrido hasta hoy. Los cimientos de un básquet argentino que goza de buena salud a partir de un torneo local que es cuna de talentos.

Por Noelia Ortmann

Cada 26 de abril es un motivo de celebración para el básquet argentino. La creación de la Liga Nacional fue un hito trascendental en la historia del deporte, la piedra basal de todo lo que vendría después. La consagración de la Generación Dorada en Atenas y su subcampeonato del mundo en Indianápolis, los triunfos frente a Estados Unidos, la presencia determinante de embajadores en la NBA y Europa y el último subcampeonato del mundo en China no hubieran sido posibles sin la fundación del certamen local. 

Y esa fundación no se hubiera materializado sin la presencia de un hombre como León Najnudel, quien dedicó toda su vida a perseguir un mismo objetivo. El padre de nuestra competencia nacional, quien se atrevió a querer cambiar la realidad del básquet argentino que hasta aquel momento solo se concentraba en Capital Federal, fue determinante. Najnudel trabajó incansablemente desde los albores de la década de los setenta para difundir sus ideales y especialmente para convencer a dirigentes, instituciones, entrenadores, colegas y periodistas del camino a seguir. 

"Con el comienzo oficial del 26 de abril de 1985, ya es realidad ante una expectativa que preanuncia un futuro ilimitado, si todos saben cuidar el tesoro que tienen en sus manos. Seguramente, como todo hecho nuevo y perfectible, como todo proceso en crecimiento, tendrá sus momentos difíciles. Será la hora de reflexionar sobre el gran paso dado para comprender que en el bien de todos -filosofía vital de la Liga Nacional- está la sabia fórmula para seguir adelante. Como ahora, en que todo el deporte argentino le da la mejor bienvenida", detalló en El Gráfico el maestro Osvaldo Ricardo Orcasitas.

Osvaldo Orcasitas fue otro de los pilares que acompañó a León en su travesía, fundamental para impulsar, popularizar y divulgar la creación de La Liga. "La Liga no le ganó a nadie, sino que convenció a todos", repetía O.R.O. Por otro lado, era fundamental tomar dimensión del contexto en el que se quería crear la competencia: Argentina estaba bajo la Dictadura Militar. Hasta ese momento los clubes competían en el Campeonato Argentino de Clubes y cada provincia o ciudad tenía su torneo de Primera.   

Tras sucesivas reuniones, charlas y exposiciones que se llevaron a cabo en varias ciudades a lo largo y a lo ancho del país, en 1984 finalmente se obtuvo la aprobación definitiva de la competencia en la Asamblea General Extraordinaria de la CAB iniciada en Córdoba y finalizada en Posadas, Misiones. La Liga Nacional era un hecho. El Campeonato Argentino de Clubes que se disputó por última vez se transformó después en la "Etapa de Transición". Najnudel se enteró de este momento histórico del otro lado del mundo, ya que se encontraba en Zaragoza, España, dirigiendo al Caja Inmaculada. 

El primer partido 

Bahía Blanca fue el escenario del primer partido en la historia de la Liga Nacional durante aquella noche del 26 de abril de 1985. La cancha de Independiente se vistió de gala para recibir a Pacífico y Atenas para la inauguración del certamen que causaría una revolución. 

Sin embargo, la foto más icónica de aquella jornada se dio veinte minutos más tarde en la cancha de Obras Sanitarias con la presencia de León Najnudel en el cruce entre San Lorenzo y Argentino de Firmat: fue el propio Najnudel quien lanzó al aire la pelota del salto inicial, disputado por Leonard Goggins y Steve Stanford, en un reconocimiento a su impacto e influencia en el flamante torneo. 

De vuelta en la apodada Capital del básquet, Pacifico venció por 90 a 82 a su par cordobés con 33 puntos de Neal Robinson. “Me acuerdo que casi había gente adentro de la cancha. Ese día la cancha de Independiente estaba que reventaba. Un partido parejo que terminamos ganando bien pero que fue muy duro. Y por cómo se vivía en la tribuna le dio un toque más pasional” recordó años después Marcelo Richotti, base de aquel memorable equipo de Pacífico, en diálogo con la Asociación Bahiense de Básquetbol. 

Aquellos primeros años tuvieron a dos grandes protagonistas:Ferro y Atenas. El conjunto de Caballito se adueñó del primer título en la máxima categoría ante Atenas de Córdoba, liderado por Miguel Cortijo. Considerado uno de los mejores bases en la historia de la Liga, Cortijo recuerda aquellos inicios: "La primera Liga fue todo un proceso, donde León venía trabajando con mucha gente para tener una competencia federal. León era un entrenador capacitado y muy comprometido con la actividad. Buscaba formar primero buenas personas antes que jugadores. Con Atenas era un clásico. Éramos muy parejos, nos conocíamos mucho. Tenían una localía muy fuerte y nosotros también en Capital. Los partidos mismos eran de rachas cambiantes, se definían por detalles. Fue una final muy competitiva". 

Gabriel “El Flaco” Darrás, protagonista de aquella conquista inicial, recuerda esas batallas: "Las finales Ferro-Atenas fueron inolvidables y la mixtura de la pasión y el folklore del básquet de los 80 con el ingreso al profesionalismo para jugadores, entrenadores, árbitros, periodistas y el medio en general que ofrecía la oportunidad de jugar una competencia federal durante diez meses al año. El sueño de León que disfrutamos todos".

En 1986 llegaría el segundo campeonato consecutivo para Ferro y en 1989 obtendría la tercera corona. El título tuvo un sabor especial, con León Najnudel al frente del equipo que siempre lo identificó. Ferro será siempre recordado como el primer campeón, aquel que marcó la historia de nuestra Liga Nacional. Un club modelo, construido a partir de jugadores jóvenes con talento y con la idea de grupo como bandera, bajo el aura del padre de nuestra competencia.

Atenas logró su primer título en 1987. El primero de muchos porque terminaría siendo, hasta el día de hoy, el más ganador de La Liga. En 1987 destronó a Ferro de su trono, que había trazado una hegemonía desde el inicio de la competencia. Héctor “Pichi” Campana y Marcelo Milanesio marcaron el camino de lo que sería aquella primera corona merecida para el club. “El título del año 87 fue el primero, el más deseado, por todos en el club”, recuerda Pichi Campana. El segundo bicampeón de la historia sería el Atenas de 1988. 

El Griego volvió a llevarse el trofeo en 1990, 1991-92 y en 1997-98 en una de las finales más recordadas de la historia, en el Luna Park y frente a Boca en un contundente 4-0. El sexto anillo vendría en la siguiente temporada 1998/99 y también se quedaría con los campeonatos de 2001-02, 2002-03 y 2008-09, para completar su palmarés de nueve conquistas. 

En los noventa aparecieron otros equipos como Gimnasia y Esgrima y Pedernera Unidos de San Luis que dejó su huella en la rica historia de nuestra Liga Nacional. G.E.P.U. obtuvo la la temporada 1990-91 (la primera que se jugaría tras la última liga corta) y la 1992-93.

Otro de los aspirantes al título fue Independiente de General Pico y Olimpia de Venado Tuerto. El conjunto pampeano fue campeón en la 94-95 mientras que el elenco santafesino lo hizo en la 95-96. Boca sumaría su primer pergamino en esa misma década (1996-97) y luego alcanzaría dos títulos más (2003-04 y 2006-07). 

Estudiantes de Olavarría ingresó en las vitrinas de La Liga Nacional y Sergio Hernández conquistó su primer título en su carrera como entrenador en 1999-2000, una fórmula que repetiría en la 2000-01. Las ciudades fueron grandes protagonistas de la competencia. La combinación de estadios llenos y el nivel deportivo convirtieron al básquet en un espectáculo que atrapaba a cada rincón del país, como quería León. 

Entre los equipos más destacados del siglo 21 está el Ben Hur de 2004-05, en un momento a nivel mundial histórico para Argentina que venía de obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas. Gimnasia (2005-06), Libertad (2007-08), Regatas (2012-13) y Quimsa (2014-15) también rubricaron su nombre a la historia en las temporadas siguientes. 

Peñarol, que había conseguido en la temporada 1993-94 su primer título, fue el primer tricampeón con sus celebraciones en 2009-10, 2010-11 y 2011-12. Bajo la conducción de Sergio Hernández y con grandes protagonistas como Gutiérrez, Campazzo, Rodríguez, Mata y Leiva, entre otros. Con esa misma base también festejó en la 2013-14. 

En la actualidad, San Lorenzo de Almagro reina desde hace cuatro años. El tetracampeón de La Liga Nacional se quedó con los títulos 2015-16, 2016-17, 2017-18 y 2018-19. Solo la pandemia pudo frenar a un equipo que irá en busca del pentacampeonato en la actual temporada.  

Nuestra Liga Nacional forjó y creó a grandes equipos conformados por jugadores y entrenadores excepcionales con pasión y hambre de gloria. Esa gran escuela argentina llevó a muchos a destacarse y consagrarse en las mejores ligas del mundo. Difícil que en la mente no esté el logro más reciente, la medalla de plata en el Mundial de China 2019. Aquel plantel contó con diez jugadores que tuvieron un notable y reciente protagonismo en La Liga Nacional. 

La nueva camada absorbió los valores de la Generación Dorada, con Luis Scola como líder indiscutido. Más de dos décadas después, nadie tiene dudas en afirmar que una parte importante del oro olímpico en Atenas 2004 tiene su origen en nuestra competencia. Esos campeones fueron la primera generación de niños, chicos y adolescentes que crecieron mirando y soñando llegar a estar algún día en la élite del básquet argentino.   

La Liga nos ha dado grandes baluartes, jugadores de mentalidad ganadora, compañeros sin egoísmos, muchos que preferían dejar de lado sus promedios individuales para enaltecer y hacer crecer al resto, para que el equipo y el grupo ganaran. En definitiva, una identidad que ha forjado a jugadores y entrenadores durante más de tres décadas. Porque no hay dudas: los éxitos del básquet argentino son consecuencia del sueño que León Najnudel concretó hace 36 años. 

Sponsors Oficiales