Informes Especiales · 12 de Julio de 2020

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Olímpico de La Banda, en lo más alto de la 2007/08

El elenco bandeño dejó marcada su gran huella en la historia de la categoría tras conseguir el ascenso y el título de la temporada 07/08. Sería el retorno del Negro a la Liga Nacional 17 años después, manteniéndose en la élite de forma ejemplar hasta el día de la fecha.

Por Lucas Leiva

La temporada 2007/08 de la Liga Argentina quedará marcada como el año consagratorio de Olímpico de La Banda. Sería su tecer ascenso en la historia a la máxima categoría, donde tendría como adicional ganar por primera vez un título de campeón dentro del ascenso. Sería el retorno de una de las grandes plazas que tiene la Liga Nacional en su historia, y de hecho tras subir a lo máximo en aquel 2008 no bajaría más al día de hoy de la elite.

Los bandeños fueron segundos en la Liga B de 1986, concretando así su primera llegada a la máxima división; y luego, dos años después en 1988, terminarían por ascender nuevamente en lo que el retorno a la Liga B, nuevamente tras culminar segundos. Para 1990/91 jugó el segundo escalón, e incluso se mantuvo allí hasta con la aparición del Torneo Nacional de Ascenso para la temporada 1992/93. Tras culminar esa misma campaña dejó su plaza y bajó al tercer escalón (Liga B), regresando a la segunda categoría para 2006 tras adquirir el lugar que dejó vacante Ferro.

De regreso a la segunda división, tendría una primera temporada un papel con algunos vaivenes. Si bien estuvo cerca de meterse en el TNA 1, terminó jugando el TNA 2 pero incluso ahí consiguió buenos resultados para llegar a meterse en playoffs. Jugó reclasificación, donde se topó ante Regatas San Nicolás que lo superó por 3 a 2.

Para la 2007/08 terminaría armándose con pretensiones un tanto más fuertes. Realizó un cambio sustancial en su plantel, ya que se fueron algunos nombres como Daniel Jaule (DT), Francisco Rasio, Facundo Brizuela, Juan De Dios Cansina, Sergio Ale, Fernando Rivera, entre otros. Para comenzar a armar el rompecabezas de la nueva campaña, lo primero fue confirmar a Ariel Amarillo como entrenador.

Con Amarillo ya asegurado en el banco, se fue armando un plantel donde empezaron a varios nombres. El primero en aterrizar fue Mario Sepúlveda, que venía de ascender la temporada pasada con El Nacional de Monte Hermoso. Con el gancho y la firma del histórico Sepúlveda, que recién en esos años comenzaba a hacerse leyenda por sus ascensos, luego llegó un muy pretendido Juan Ángel López, quien venía de jugar en Quimsa y Española de Charata.

Luego se fueron sumando otras piezas importantes dentro de la rotación. Llegó Federico Sureda que venía de jugar la temporada anterior con Argentino de Junín; Germán Boero, que venía de jugar Liga Nacional con Belgrano de San Nicolás; Fernando Gutman, que había tenido un paso previo por la categoría jugando para Gimnasia de La Plata en la 05/06; Federico Arce, que venía de jugar en Ciudad de Bragado pero ya sabía lo que era ascender porque lo había conseguido en 2004 con River más allá de ser un conocedor de la categoría; Martín Trovellesi, que venía de jugar un par de años en La Liga con Central Entrerriano.

El extranjero elegido fue Anthony Glover, un foráneo absolutamente rendidor que luego desarrolló un periodo bastante importante por varios equipos del marco de la Liga Nacional, como por ejemplo La Unión de Formosa, San Martín de Corrientes, Alvear de Villa Ángela, Monte Hermoso Básquet, Sarmiento de Resistencia, y 9 de Julio de Río Tercero. Pero vale destacar que todo ese recorrido de Glover arrancó en La Banda con Olímpico, etapa donde dominó y en lo personal tuvo una temporada brillante (18,7 puntos y 6,1 rebotes).

Dentro del movimiento que se fue realizando durante la temporada con respecto a los jóvenes que sumaron minutos, podemos encontrar nombres como Bruno Mártire, que venía de jugar en Pedro Echagüe y terminó siendo clave; más otros juveniles como Ignacio Luna, Carlos Leiba, Gustavo Fernández, César Tagliotti y Martín Suárez. Con todo esto, Olímpico ya estaba para dar su salto a lo que sería su segundo año consecutivo en la categoría, un año con aspiraciones fuertes.

El cuerpo técnico se completaba con Remo “Memo” Bertoldi (Asistente Técnico), Mario Díaz (Preparador Físico), Germán Soto (Kinesiólogo), Adrían Carreras y Mario Rojas (Utileros), y Luis Panzerini (Jefe de Equipo).

"El grupo fue bárbaro, siempre estábamos muy unidos, nos juntábamos mucho. Estaba la familia Sureda que en ese momento albergaban a todos los jóvenes, ahí yo también estaba con mi compañera de vida, y se armó un grupo hermoso, espectacular. El grupo siempre fue bárbaro, tuvo muchos momentos lindos ese equipo. Incluso cuando estaban las fiestas, la chacarera o la salamanca, íbamos todos juntos y disfrutábamos de la cultura, compartíamos momentos muy lindos con la gente de ahí", recuerda el legendario Mario Sepúlveda, que en aquella temporada con el Negro bandeño concretó el segundo de sus cinco ascensos consecutivos. El alero tendría un año determinante con 10,6 puntos y 3,8 rebotes por juego.

El juego inaugural quedó en manos de los bandeños que en ese entonces le ganaron de visitante a Unión de Sunchales por 82-73, una noche que tuvo como máximos protagonistas a Germán Boero (22 unidades) y Mario Sepúlveda (18 puntos). Aquel cinco inicial saltó a la cancha con Martín Trovellesi, Boero, Sepúlveda, Fede Arce y Tony Glover. Desde el banco, el que más aportó fue Fernando Gutman (15 tantos). Los de Ariel Amarillo habían arrancado con el pie derecho.

Sepúlveda, líder y factor clave, ante la marca de Lucas Gornatti (foto: Prensa Olímpico)

En la segunda jornada, en el debut de local dentro del Vicente Rosales, Olímpico volvió a sumar de a dos derrotando a Alma Juniors por un claro 95-78 (Glover 24 puntos, Sepúlveda 16 y Trovellesi 13). Pero llegaría entonces la primera derrota, de visitante en Chaco ante Asociación Italiana por 81-77, para entonces recuperarse en su siguiente duelo para superar a San Martín en Corrientes (93-82). Nuevo triunfo ante su gente en La Banda sobre Asociación Española (96-75), para luego ganar también el televisado de la sexta jornada de visitante ante Olimpia de Catamarca (76-63). Los de Amarillo se mantenían en lo más alto de la Zona Norte y lo siguieron confirmando con un par más de éxitos: ante La Unión de Formosa en el Rosales (85-75), y de visitante en Esperanza ante Alma Juniors (81-76).

Hasta ese entonces, Olímpico había cosechado una racha muy buena de cinco triunfos consecutivos, pero en la fecha siguiente cortaría esa seguidilla porque perdería nuevamente ante Italiana, ahora de local en lo que era su primera caída en el Rosales (81-77). Pasó a ser escolta de un muy sólido Unión de Sunchales, que se mantenía líder. La recuperación llegó rápida porque le ganó como local a San Martín de Corrientes (91-77), pero luego el equipo perdió contra Española en Charata (73-71). Se aseguró un lugar en el TNA 1 cuando le ganó a Olimpia de Catamarca de local en el Rosales (96-88), matemáticamente ingresando entre los mejores ocho dos fechas antes.

La primera fase terminó con derrota ante La Unión en Formosa (75-69) y un triunfo sobre Unión de Sunchales en la última jornada (80-68). Con este panorama, Olímpico se metió en el TNA 1 como segundo de la Norte tras acumular 10 victorias dentro de las 14 primeras presentaciones. El líder de esa zona fue Unión (11-3), y los otros dos clasificados fueron San Martín de Corrientes y La Unión de Formosa (ambos 8-6). De la Sur, los que aterrizaron al TNA 1 fueron Lanús, Ciclista de Junín, Echagüe-Saladillo y San Martín de Marcos Juarez.

Fede Sureda hace una pequeña pausa recordando una de las tantas anécdotas de aquella campaña inolvidable. El bahiense fue importantísimo desde los relevos, siendo una carta de mucho peso desde la conducción. Promedió una media de 4,7 puntos, 2,4 asistencias, 1,7 recuperos y 21,0 minutos en dicha 2007/08.

"La Banda quizá es un lugar raro para vivir porque queda lejos, el calor y demás, pero creo que la unión del grupo y el apoyo fue el 100% de todo el ascenso. Obviamente contábamos con un plantel sumamente importante, con grandes jugadores, con un norteamericano que desequilibraba totalmente. Así fuimos consiguiendo los logros. En La Banda hace muchísimo calor todo el día, y estábamos tratando de juntarnos todo el equipo que a la noche casi todos los días estábamos en mi casa comiendo algo. Yo cocinaba, tenía una parrillita al patio, entonces casi todas las noches nos juntábamos un par, a veces eramos algunos y otras veces más, pero siempre estábamos unidos porque era un grupo muy sensacional".

Sepúlveda también tiene una serie de recuerdos sobre ese periodo en La Banda y, como explicaba Sureda, del caluroso clima en la ciudad. "Tengo varias anécdotas de ese tiempo en Olímpico, muchísimas. Me acuerdo una vez que Nati (su mujer), salía a caminar siempre en la hora de la siesta de Santiago, y yo me reía porque le decía `si querés ir a caminar hacelo, yo me quedo a dormir la siesta`... y la gente a veces cree que es un chiste o solo un dicho que los santiagueños duermen la siesta, pero sinceramente son las 3 de la tarde y no podés hacer nada absolutamente. Me reía porque ella tuvo un intento y se volvió arrepentida a los dos minutos... `no se puede salir` me dijo. Fue gracioso porque yo la dejaba, pero el calor sofocante santiagueño era tremendo".

El arranque de la segunda fase no fue el mejor para Olímpico, que cayó en Formosa contra La Unión (91-77) y luego sumó un segundo revés de visitante también en Corrientes frente a San Martín (75-68). La caída sería un poco más fuerte en la tercera jornada, ya que más allá de luchar en el Rosales contra un disminuido San Martín de Marcos Juarez volvería a perder (90-86). La primera victoria en esta nueva etapa llegó el 4 de febrero, cuando los bandeños lograron una importante recuperación en casa ante Ciclista (88-77), para luego sumar otra alegría más tras vencer a Echagüe-Saladillo (78-64).

En la ronda de vuelta, Olímpico perdió como visitante en Saladillo ante Pedro Echagüe (81-73), para luego visitar a Lanús en el Rotili y conseguir una valiosa victoria (70-65). De regreso a La Banda, los de Amarillo sufrieron un duro revés contra La Unión de local, perdiendo por mínima diferencia tras un libre de Martín Cequeira (80-79). Se levantó con un triunfo sobre San Martín de Corrientes de local (89-83), aunque luego tuvo un revés contra San Martín de Marcos Juarez de visitante por amplia diferencia (87-72).

Hasta ese momento, los santiagueños acumulaban cinco victorias en doce presentaciones, ubicado en el quinto lugar del TNA 1 con 29 unidades. La realidad es que el equipo tenía un andar quizá un tanto irregular con los resultados, pero también es cierto que estaba a 1,5 puntos de la punta, que en aquel entonces pertenecía a Unión de Sunchales, por lo que a dos fechas del final la institución apostó a un giro. Fue entonces la dirigencia del club bandeño hizo un cambio sustancial dentro del plantel, decidiendo la salida de Ariel Amarillo para darle lugar a la llegada de Gonzalo García como nuevo entrenador. La razón fue buscar un cambio dentro del equipo desde lo anímico.

Gonzalo Garcia y Remo Bertoldi, el día del ascenso (foto: Prensa Olímpico)

García, de exitosísimo e indiscutible recorrido, venía de Paysandú de Uruguay. Obviamente que en ese entonces García no había edificado toda la enorme carrera que tiene al día de hoy, pero de todas formas ya era todo un especialista. Incluso hay que recordar que el técnico ya había logrado dos ascensos previo a su llegada a Olímpico, refiriéndonos a aquellos logros tanto con Libertad de Sunchales (96/97) como así también con Gimnasia de La Plata (00/01). Además, por supuesto, ya había tenido paso dirigiendo en la Liga Nacional.

"Me hubiese gustado ascender con Ariel porque fue él quien nos llevó a todos, es una gran persona y un gran técnico, pero a veces los resultados no se dan y se toman medidas ante la presión de buscar resultados. Por supuesto que después la llegada de Gonzalo fue grandísima porque es un excelente técnico, en donde nos agarró y en poco tiempo nos acomodó, en una o dos semanas. A partir de ahí no paramos. Jugamos todos los playoffs del torneo en desventaja, donde nos tocaron cruces muy difíciles, como Echagüe de Saladillo, después contra Unión que fue el ascenso... todos equipos que también se habían armado para el ascenso, pero bueno, Gonzalo tiene esa categoría y pudo encontrarle rápido el rumbo al equipo", explica Sureda sobre el cambio de entrenador que atravesó el equipo en ese momento.

Con la llegada de García al equipo, la primera noticia que recibió Olímpico no fue buena por una quita de puntos por incidentes en un juego ante La Unión de Formosa. Esto lo había privado de ingresar entre los cuatro mejores del TNA y evitar la reclasificación. El estreno del entrenador no fue el mejor tampoco, ya que el equipo cayó en su visita a Sunchales contra Unión (80-76), sin embargo en el partido de vuelta, de local en La Banda y en lo que fue la última jornada de la regular, los de García se levantaron al imponerse con claridad ante el líder sunchalense (81-53).

Olímpico concluyó el TNA 1 ubicado en el 7° lugar, con un balance de 6 triunfos en 14 presentaciones y 31 unidades. De esta forma, su rival pasó a ser el equipo que concluyó 2° en el TNA 2, haciendo mención a Alma Juniors de Esperanza. Los otros cruces de la reclasificación fueron La Unión-Echagüe de Paraná, Ciclista-Argentino y Lanús-Italiana. Pero centrándonos en el equipo esperancino, rival de los bandeños en ese primer cruce de playoffs, hay que destacar a aquel plantel de José Cottonaro que tenía en sus filas a jugadores como Matías Tomatis, Ricardo Centeno, Lucas Saúl, Carlos Sepúlveda, Mauro Negri, Juan Manuel Ruiz y el extranjero Eric Price.

La serie arrancó en el Vicente Rosales, donde el equipo de García terminó ganando con soltura y gracias a una segunda mitad brillante por 84-64 (47 a 30 en el complemento), donde también hay que destacar el trabajo determinante de Tony Glover (32 puntos). El segundo duelo, también en La Banda, la diferencia volvió a ser bastante amplia a favor del Negro, que ganó por 84-66 apoyado en un arrasante último periodo y con Sepúlveda como máxima bandera ofensiva (30 unidades). Con la serie 2 a 0, la llave se trasladó a Esperanza.

A pesar de cambiar de escenario, la tendencia de Olímpico se mantuvo y siguió haciéndose presente de visitante, ganando nuevamente, esta vez por 86-79 y con cuatro jugadores en doble dígito de puntuación (Glover 23, Trovellesi 17, Sepúlveda y López ambos con 12). Los santiagueños se clasificaron a cuartos ganando por 3 a 0 dicha serie, envalentonados y con una vuelta de rosca importante que los mostró muy consistentes en esas semanas de trabajo que ya llevaban con García.

Se desata el festejo en el Rosales tras la última victoria sobre Unión (foto: Prensa Olímpico)

El rival en cuartos pasó a ser Echagüe-Saladillo, la fusión bonaerense que era conducida por Juan Pablo Boadaz y que venía de descansar ya que había entrado dentro de los cuatro mejores del TNA 1. Aquel plantel tenía algunos jugadores importantes dentro de su rotación, como es el caso del legendario pero en ese entonces muy joven Santiago González, un extranjero histórico como Pop Thornton, Diego Eiguren, Ezequiel López y Federico Senitzky.

La serie comenzó en Saladillo, y en un juego cerrado y de lo más disputado el triunfo quedó en manos de un Olímpico que ya venía muy enchufado para ese entonces (59-53). Aquella noche, Glover volvió a vestirse como el mejor del ganador, escoltado por Trovellesi (13 puntos y 7 rebotes para el extranjero, mientras que el base anotó 12 tantos). Misma situación en el segundo choque, que volvió a quedar en manos de los dirigidos por García, esta vez por 72-70 y nuevamente ganando en recinto ajeno. Sepúlveda fue el mejor en aquel segundo partido (28 puntos), liderando a un Negro que se trasladó a su hogar, La Banda, con la serie match point por 2 a 0.

Y en lo que significó una nueva barrida de serie, Olímpico ganó de local ante su gente por un sólido 85-62 y se metió en las semifinales del torneo. Esa noche de la clasificación el ganador tuvo a cuatro jugadores en doble dígito de anotación (Arce con 17, Glover con 16, Boero con 15 y Sepúlveda con 12). El equipo dirigido por García ya acumulaba una sorprendente racha de siete triunfos consecutivos entre el cierre de la fase regular y las llaves disputadas en playoffs (saldo de 7-1 desde que llegó el entrenador).

El rival en semifinales era el durísimo Unión de Sunchales, que hasta ese entonces había sido el gran dominador de la temporada y que venía de dejar en el camino a Echagüe de Paraná por 3 a 2 en cuartos de final. El Bicho verde fue el 1 de la regular, de la mano del Turco Osvaldo Arduh y con una serie de jugadores importantísimos como Gastón Luchino, Facundo Giorgi, Lucas Gornatti, Javier Ledesma, Facundo Brizuela, Miguel Isola, el extranjero Todd Williams, Lucas Martina y Jorge Toriano. Gran contrincante, en un mano a mano para definir el ascenso a la Liga Nacional.

La historia comenzó en la Fortaleza del Bicho, donde tras un retraso por un apagón de luz generado por un temporal en Sunchales, Olímpico volvió a sorprender ganando de visitante por un gran 90-67 que le permitió dar el primer paso en la serie. Esta vez, seis jugadores del Negro marcaron en doble dígito (Sepúlveda y Boero ambos con 17, Arce con 13, Sureda con 11, y Glover y López con 10 cada uno). En el segundo juego, Unión se recuperó y logró empatar la serie tras imponerse por 82-77, sin embargo los de García ya habían conseguido su cometido de revertir la ventaja de la localía.

Así fue como ambos equipos arribaron a La Banda, donde el Vicente Rosales sería testigo de momentos inolvidables. Y Olímpico aprovechó esa localía para llevarse el tercer compromiso por 81-73, quedando a un paso de alcanzar el sueño de volver a la A (Glover 21 puntos). Unión iba a buscar empatar nuevamente la serie para forzar un quinto juego de regreso a Sunchales, sin embargo Olímpico fue impecable y aquella noche del 9 de mayo de 2008 terminaría por concretar ese anhelo: victoria por 72-67, serie 3 a 1 a su favor y regreso a la máxima categoría después de 17 años. Glover, con 26 unidades, se vistió una vez más como el máximo artillero coronando una temporada fantástica e inolvidable para todo La Banda.

“La recuerdo como una noche mágica, el Vicente Rosales explotaba de gente, había una gran expectativa por ese juego ya que habíamos tenido una perfomance impecable en playoffs con un solo juego perdido contra Unión de Sunchales. Llegábamos en un momento increíble. Cómo olvidar los festejos, la invasión de la cancha por esa ansiedad de ganar que había, el marco fue muy importante para sacar adelante ese partido. Fue una alegría tremenda para todo el club, para toda su gente y para la ciudad. La verdad que para mí son momentos imborrables”, recuerda el emblemático entrenador Gonzalo García.

Tony Glover y Fernando Gutman, en medio de la gente (foto: Prensa Olímpico)

Quien también dejó sus conceptos en ese entonces fue Martín Trovellesi, el campanense que condujo a todo el Negro desde la base y terminó redondeando una campaña importante. Los números así lo muestran, con medias de 11,0 puntos y 2,8 asistencias por encuentro, en lo que fue una de las mejores temporadas dentro de su dilatada carrera.

"Se armó un buen grupo humano de entrada, y eso fue clave. También formamos un muy buen equipo, bien cubierto en todos los puestos, y con Federico Sureda nos complementamos muy bien en la base. Además de eso, teníamos un buen juego interno, muy buenos tiradores y un extranjero que a mi parecer fue el mejor de la categoría como Tony Glover. Desde el primer momento la idea fue ascender, eramos candidatos por el equipo que se había armado. Solo se hablaba de eso, tanto los dirigentes como en la ciudad, así que tuvimos que tomar esa responsabilidad. Por eso, sacando el bajón que tuvimos en el TNA 1, creo que fuimos protagonistas y terminamos cumpliendo el objetivo, coronándolo con ese ascenso y título. La llegada de Gonzalo nos ordenó en un momento donde habíamos dejado un poco de jugar en equipo. Gonzalo solucionó eso y volvimos a acomodarnos".

Una vez consumado el ascenso, a Olímpico le quedó ponerle el broche de oro a la temporada en la final por el título enfrentándose a Lanús, otro de los equipos que venía de jugar la reclasificación. El Grana también ya había ascendido previamente en la serie de semifinales contra Argentino de Junín, barriendo por un claro 3 a 0 y en aquel equipo que era dirigido por Álvaro Castiñeira. Los bonaerenses eran otros de esos equipos con una gran plantilla, pasando por nombres reconocidos como Julián Olmedo, Matías Cudós, Leandro Portillo, Pablo Rizzo, Iván Najnudel, el extranjero Wendell Gibson y un muy joven Nicolás Laprovittola.

En una serie al mejor de dos partidos, y donde también entraba en juego una posible diferencia de puntos entre un juego y otro, los bandeños sorprendieron una vez más de visitantes y sacaron un gran triunfo en el Rotili por 84-78, nuevamente con una brillante exhibición de Tony Glover (26 puntos) acompañado por otros pilares esenciales en el goleo (Gutman 14, Arce y López 11 cada uno). Lejos de permitir ecuaciones con la calculadora, donde hasta perdiendo por cinco puntos la corona quedaba en sus manos, Olímpico también ganó en el Rosales por 85-76 con 29 unidades de Glover para adjudicarse el título de campeón de la temporada.

"Cuando tomé el equipo no había una expectativa demasiado alta por ascender, seguramente con el personal con que se contaba se pretendían mejorar las posiciones y tener alguna chance, el único convencido que se podían lograr cosas importantes era el presidente Luis Moukarzel. Haber sido partícipe de aquel ascenso me puso muy feliz. La Banda es una ciudad hermosa, con gente muy sencilla, cálida, humilde, y que pueda tener un deporte de alto rendimiento en la máxima categoría, en su momento ya habiendo estado en Liga Nacional y en ese 2008 consiguiendo el ascenso para sostenerse hasta el día de hoy, me pone muy orgulloso por todo el trabajo que hubo y que hay de fondo", relata García.

Juan Ángel López, Federico Sureda y el tradicional corte de red (foto: Prensa Olímpico)

Para cerrar conceptos, Sureda resume un poco el significado que tiene aquel gran año en La Banda. Más allá de la necesidad que se presentó en el ambiente de ser protagonistas a raíz del muy interesante plantel que se formó en la previa, el haber cumplido el objetivo final y llegar a ese ascenso coronado con el título, tiene como responsables principales a aquel grupo de jugadores que durante casi 10 meses luchó, superó grandes adversidades y terminó celebrando en lo más alto para quedar inmortalizado dentro de la historia grande de la categoría.

"Fue algo muy hermoso y lindo, algo que a todo jugador le hubiera gustado pasar por ese momento. Es una ciudad muy pasional, donde había muchas pero muchas ganas por conseguir el ascenso, también había mucha presión porque se había armado un equipo candidato. Y la verdad es que era todo bastante difícil, todos veníamos de diferentes lugares, no había jugadores que nos conociéramos tanto, así que se armó un grupo hermoso, muy solidario y con mucha fuerza para salir adelante siempre. Fue algo hermoso, en lo personal fue un año magnífico donde me tocó estar".

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