Informes Especiales · 30 de Abril de 2020

Boca Jrs.

Boca, campeón de la temporada 1996-97

Boca cierra el repaso de los tres títulos de Liga Nacional a lo largo de su historia. En este caso revive la edición 1996/1997 del máximo torneo doméstico, obtenida frente a Independiente de Pico en la flamante Bombonerita.

Preparación

Si bien el plantel nombre por nombre no era malo, lo cierto es que la temporada 1995/1996 no fue de las mejores para el básquet Xeneize. Pese a contar con Julio Lamas como entrenador y buenos apellidos en lo que se refiere a los jugadores (Lobito Fernández, Festa, Villar, Hanley), Boca poco pudo hacer ante los poderosos de la época (Olimpia, Atenas, Independiente) y terminó ese campeonato en la octava posición. Hora de mantener lo bueno para el torneo siguiente, pero también de barajar y dar de nuevo para renovar ilusiones e ir por todo.

Uno de los grandes empujones de cara a la temporada 1996/1997 que estaba por venir, no sería la llegada de un entrenador, de un nacional de renombre o de un extranjero con pasado glorioso en la NBA. El 29/6/1996 el club inauguró la Bombonerita y dio un paso fundamental para el básquet, ya que Boca dejaría de ser local en diversos estadios de la zona (San Andrés, Ferro, etc) para tener su casa propia. Un amistoso ante Obras fue el marco ideal para el puntapié inicial de un sueño cumplido por todo el pueblo Xeneize.

Pero claro, había que sumar piezas de jerarquía para que la flamante Bombonerita se vista de gala juego a juego. Y así fueron llegando Byron Wilson, Jerome Mincy o Ariel Bernardini para potenciar aún más una base sólida que se mantuvo del torneo anterior (Fernández, Festa, Villar, Chiappero) y a jóvenes talentosos que pedían pista de a poco (Gaby Fernández, Manteca Prego, Sebastián Acosta). Julio Lamas tenía material para trabajar, era hora de que arranque el campeonato y empezar a ir por la primera Liga Nacional de la historia Xeneize.

Serie regular

Poco conocería de aquella edición una persona que sigue la Liga Nacional desde las últimas temporadas a esta parte. Apenas 16 clubes, muchos de los cuales hace varios años ya no forman parte del círculo de privilegio de nuestro básquet (Andino, Deportivo Roca, Regatas de San Nicolás, Racing, Olimpia, los dos conjuntos de General Pico), un formato que tras la primera fase los dividía en dos zonas de ocho, etc. Recordar esto es primordial a la hora de hacer un análisis un poco más detallado del primer título liguero de Boca.

Ya hablando puntualmente de básquet, lo cierto es que el elenco de Julio Lamas realizó una muy buena fase inicial y se quedó con el primer puesto de cara a la continuidad del torneo. A la A1 llegaban con la mitad de los puntos, y allí la cosa no fue tan sencilla porque a Boca lo afectaron las lesiones y Atenas se consolidó, por lo que la posición de privilegio cambió de manos. Más allá del bajón, el Xeneize sostuvo el 2 y se aseguraba la localía al menos hasta las semifinales inclusive. El equipo rendía, pero todavía faltaba lo mejor.

Tal como sucediera a lo largo de varios años en la historia de la competencia, los cuatro mejores de la serie regular se aseguraban el pasaje a los cuartos de final en forma directa y también ganaban la posibilidad de definir de local en caso de que la serie llegue a cinco partidos. De yapa, algunos días de descanso para entrenar y mejorar lesionados de cara a la instancia más dura de la competencia. Luego de los cruces de reclasificación, asomaba Regatas de San Nicolás en el horizonte del conjunto de Lamas.

Cuartos de final

Nadie en Boca esperaba una serie fácil. A los nicoleños se los conocía por su gran capacidad de armar equipos duros, utilitarios y que le daban pelea fuerte a cualquiera pese a no contar con un presupuesto alto. Además, la localía se hacía sentir ya que a Regatas lo seguía una hinchada que poco tenía que envidiarle a las del fútbol. Al mejor de cinco, en el formato 2-2-1 con ventaja de campo para Boca, era hora de empezar a jugar con el título de la Liga Nacional 1996/1997 como objetivo a alcanzar.

Más que cuatro partidos fueron cuatro batallas. Y en el sentido más amplio de la palabra. Regatas se quedó con el primero en la Bombonerita, pero rápidamente Boca lo igualó y a San Nicolás llegaron 1-1. Un fuerte enfrentamiento entre ambas parcialidades marcó al tercer juego, en el que el equipo de Lamas se impuso y empezó a torcer una serie que terminó 3-1 a su favor sin siquiera tener que llegar a quinto encuentro. El Xeneize había pasado exitosamente una prueba de juego y de carácter en búsqueda del soñado primer título liguero.

"Si yo tengo que elegir un campeonato especial y necesario fue el de Boca, porque traía aparejado una situación personal, que era lo de Gusti (Fernández). Yo no le encontraba la vuelta al básquet porque estaba con un tema personal encima. El haber salido campeón me sirvió y ayudó, después de trabajar con psicólogos, para poder ser otra vez yo deportivamente", relata Gustavo Fernández, uno de los integrantes del plantel campeón de aquella temporada. 

Semifinales

Ya entre los cuatro mejores, Boca debía medirse con Ferro en una serie que tendría todos los condimentos posibles. Oeste ya no era el de los comienzos de la competencia, pero mantenía su poder y también el temple que le permitió reponerse a la baja de León Najnudel debido a una leucemia. La llave contó con héroes inesperados, lesiones, expulsiones y también un muy buen básquet a lo largo de cinco durísimos encuentros en los que rara vez la localía fue un factor preponderante y decisivo.

Boca pisó fuerte en el primero ganando 98-93, pero Ferro se valió de Carlus Groves y de apariciones puntuales de Budding y Aragona para meter dos victorias seguidas y quedar 2-1 arriba en la eliminatoria. El Etchart hervía para el cuarto juego, pero el Xeneize sacó pecho en una parada brava y se mantuvo con vida. Un fuerte reclamo de Dembo derivó en su expulsión y dejó a Oeste sin su mejor jugador de cara al quinto duelo. Los de Lamas habían dado vuelta la tabla de la serie, pero aún había que cerrarla.

Tal y como se esperaba en la previa, el choque final fue una batalla. Pese a no contar con Dembo, Ferro fue un hueso durísimo de roer, mientras que Boca demostró una vez más que disfrutaba de ese tipo de partidos. Los cuarenta minutos fueron cerrados, ásperos, pero el equipo de Julio Lamas fue más efectivo en los instantes decisivos del cotejo, lo ganó 86-84 y se metió en la gran final de la Liga Nacional. El primer anillo liguero estaba cada vez más cerca, pero había que terminar de conseguirlo ante Independiente de General Pico.

"Lo que más recuerdo es estar en el vestuario en la parte de kinesiología, esperando el resultado de Atenas - Independiente. Tras haber jugado con Ferro, para saber con quien nos enfrentábamos. Independiente ganó y eso nos dejaba a nosotros con ventaja de localía", cuenta Gustavo "Lobito" Fernández. 

Finales

Si bien en la previa se decía que a Boca le había convenido que Independiente derrote a Atenas, tampoco se podía afirmar eso con absoluta certeza. Es que, más allá de los indudables laureles del Griego en aquellos tiempos, el Rojo pampeano era un equipo que vivía su momento de fama, ya había jugado dos finales y se había quedado con un título. Pero Boca tenía la ventaja de la localía, ya había pasado por momentos complicados en las series anteriores y llegaba al playoff más esperado con la convicción de que no iba a fallar.

La Bombonerita era una hoguera y el equipo no defraudó. De la mano del Mili Villar, Boca ganó fácilmente el primero (120-104) y arrancó ganando la eliminatoria y ratificando su candidatura ante el Rojo. Es cierto que el segundo no fue tan sencillo (107-100 definido sobre el final), pero el 2-0 con el que Boca viajaba a General Pico era un buen colchón. Para el recuerdo quedará el hecho de que el punto inicial de esta serie fue la primera vez que hubo tres árbitros dirigiendo un partido de la Liga Nacional. 

Por ese entonces Julio Lamas era nombrado como nuevo entrenador de la Selección Nacional, pero nada le quitó a Boca la concentración y la firme idea de ir por todo. Con un cuarteto indefendible (Mincy, Wilson, Villar, Bernardini), el Xeneize ganó fácilmente en La Pampa 110-95 y quedó 3-0 arriba en la serie. Lejos de rendirse, Independiente se impuso 119-114 en el cuarto punto y achicó el global a 3-1, quedando Boca con la posibilidad de salir campeón ante su gente en la flamante Bombonerita.

Pese a no contar con el Mili Villar, Boca sabía que su gran noche estaba llegando. Y si bien no estuvo el cordobés, no faltaron actores importantes en el partido que le dio al Xeneize su primer título de la historia en la Liga Nacional. Jugadores como Paco Festa, Byron Wilson, Gaby Fernández, Jerome Mincy o Claudio Chiappero redoblaron esfuerzos, hicieron que el barco llegue a buen puerto con un marcador final de 103-87 y desataron el grito contenido de la gran cantidad de hinchas de Boca que se acercó a la Bombonerita.

Luego vinieron dos más, pero la alegría de la primera vez es inolvidable. Ese Boca tuvo de todo (un entrenador consagrado, foráneos de probada calidad, nacionales de reconocida jerarquía, otros que se hicieron fuertes en partidos puntuales, juveniles que no titubearon cuando tuvieron que aportar para la causa y el plus de la localía en casa propia) y quedó en la historia como el primer equipo Xeneize en quedarse con la preciada Liga Nacional de Básquet. Y sí, como en todos los órdenes de la vida, la primera vez nunca se olvida.

Informe: Prensa Boca 

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