En el Súper 20, Platense había sido una de las revelaciones. O confirmaciones, si contamos la temporada anterior. No llegó al Final 8 en Córdoba, pero se quedó a las puertas. Su DT, el Cholo Vázquez, pidió que el equipo siguiera con los pies en la tierra, porque la temporada era larga. Y, claro, tuvo razón. El comienzo del Marrón en la Liga propiamente dicha fue duro, difícil. De hecho, hasta la semana pasada no había ganado ningún partido, tras siete cotejos. Pero, se nota, lo que pasó ante La Unión (79-75 en casa) le sirvió de inyección más allá de la derrota en Santa Fe ante Unión, que lo tuvo arriba durante casi toda la noche. Pero, gracias al juego, sumó confianza y tuvo mejoras en ambos costados que anoche ratificó en la casa del campeón del S20, nada menos. El Calamar dio el batacazo de la noche al vencer a Instituto por 74-71, gracias a una gran defensa y a un esfuerzo colectivo.

 

Y no pudo llegar en un mejor momento, porque Platense está en medio de una gira que culminará el viernes ante Atenas. Una victoria que da aire, que inyecta fe para seguir creciendo. La Gloria, por su parte, parece estar en otro extremo. Tal vez inconscientemente, no es el mismo que ganó el primer torneo de la temporada. Sus vaivenes, en intensidad y el juego, son marcados y anoche se vio nuevamente. Esta vez arrancó muy bien, dominante en el primer cuarto, cayó en un pozo en el segundo (anotó 14 puntos), resurgió en el tercero y volvió a caer en el último, con apenas 15 puntos. Platense, equipo obrero si lo hay, aprovechó todo, a pico y pala. Con Pais como goleador otra vez (hizo 30 en SF y esta vez, 16) y Piñero como segunda arma (14).Y, sobre todo, dejando en 71 puntos y un 37% de campo a su poderoso rival.

 

El local comenzó con buenas combinaciones colectivas pero tuvo el aro cerrado hasta que Martín Cuello lo abrió con un triple. El visitante mantuvo una buena eficacia en el inicio, pero la bajó su eficacia por errores ocasionados por la buena defensa albirroja. El local, con una ráfaga en ataque, se llevó el cuarto por 23 a 16.

La reacción ofensiva del visitante marcó el inicio del segundo segmento. La Gloria perdió el control del partido y Platense dio vuelta el resultado. Las pelotas perdidas y los puntos errados eran una constante del local hasta que Nicolás Romano metió un triple y le devolvió la suerte a su equipo. Dos triples al hilo de la visita dejaron el partido 41 a 37, antes de ir al descanso. La eficacia perimetral y la mejora defensiva del Calamar, las llaves.

Defensivamente se arremangó el local en el tercer cuarto para volver al juego (ganó el período por 19-15) y así empatar en 56, con Loku Cuello destacado. El último cuarto fue un resumen de lo que se transitó en el partido, contraataques, equivocaciones y triples importantes. El partido cayó para el que lo quiso más, el que entendió sus limitaciones y potenció virtudes. Platense se llevó de Córdoba una victoria que mucho le sirve para confiar en lo que viene.