“Me invitaron a entrenar un par de días en enero de 2014 y cuando termino la semana me dijeron si quería venir a jugar a obras. Así que en febrero de ese mismo año llegue al club. Me acuerdo que me encontré con algo totalmente distinto a lo que estaba acostumbrado, como el nivel de las instalaciones, los entrenamientos y la preparación física eran mucho más intensos, había nutricionista y psicólogo, el colegio dentro del mismo club, era todo nuevo para mi”, recordó.

Además, reconoció que por su altura no siempre jugó en el perímetro y que Obras fue clave en su cambio como jugador: “Lo más difícil fue el cambio de posición, en Villa San Martín jugaba de 5 porque era el más alto y desde el primer momento que llegue a Obras me hicieron jugar en el perímetro y la verdad que el primer año fue muy duro. Después mejoré un montón de aspectos desde la técnica individual y el entendimiento del juego hasta la parte física. Me siento muy agradecido con los entrenadores que tuve en todo este tiempo porque de todos aprendí o sume cosas nuevas”.

Luego de su arribo al club, Luca participó de varios procesos con la Selección Nacional: fue campeón Sudamericano con la U17, en 2015, y disputó el Mundial U19 en 2017. Mientras tanto, en el rockero formaba parte de una camada que llegó a un proyecto ambicioso y que creció junto con él, logrando resultados deportivos en las divisiones inferiores y formando parte y siendo protagonistas, al día de hoy, del plantel que disputa La Liga Nacional.

“Para mi las inferiores son un gran recuerdo porque teníamos un muy lindo grupo de amigos con el que ganamos muchas cosas. No tengo un momento especifico, me quedo con todo lo que nos divertíamos en el día a día y lo duros que eran los entrenamientos”, señaló.

Valussi demostró, desde su llegada, grandes signos de progreso año tras año, y día tras día. Su crecimiento físico entre 2017 y 2018, con una buena mejoría en su fuerza y su velocidad, se sumó a la gran talla que trae naturalmente para hacerlo un alero versátil y muy interesante, que sostuvo también su desarrollo técnico para ser un tirador peligroso y cada vez con más recursos ofensivos, que además siempre aporta con los rebotes en las alturas.

El chaqueño debutó en La Liga en 27 de enero de 2016, casi un regalo de cumpleaños, ante Libertad de Sunchales. Ese día jugó apenas un minuto, pero sería el comienzo de una carrera fructífera y que aún hasta el día de hoy es incipiente, pero ya más afianzada. En las temporadas siguientes, ya ganó más tiempo en cancha para potenciar su desarrollo, como una escalera en la cual sus números ascendían campaña a campaña, tanto los partidos jugados, como los minutos en cancha, los tiros lanzados, los puntos anotados, y los rebotes bajados.

Pero el salto más significante se dio muy recientemente, y corresponde a la temporada 2019-20: el alero estuvo muchas veces en el quinteto titular del elenco dirigido por Gregorio Martínez, tuvo más minutos, más protagonismo, y tomó confianza. Incluso hubo cierto cambio en su función dentro de la cancha: se lo vio como ala-pivot (o falso ala-pivot) en muchas ocasiones. Puso cortinas, dio su valioso aporte en las alturas, pero nunca perdió esa esencia de alero, de tirador de 1,97 mts que le da, sin dudas, un valor agregado.

¿Sus números en esta última oportunidad? 23,9 minutos (más del doble que en la temporada anterior), 7,2 puntos y 5,8 rebotes por encuentro, además de un correcto 34,7% en triples. Cabe destacar que la temporada de Luca se vio finalizada antes que la de sus compañeros, por una fractura en su mano izquierda sufrida en febrero.

“Estoy contento porque pude recuperarme totalmente de la mano y no veo la hora de comenzar con los entrenamientos y volver a jugar. Me siento con mucha confianza y con ganas de mejorar lo que hice la temporada pasada. Espero que nos podamos adaptar rápido a lo que nos pida Bernardo y tener una buena liga”, concluyó Luca con respecto a lo que se viene.

Informe: Prensa Obras Foto: La Liga Contenidos