Club Deportivo Libertad

Sunchales (Santa Fe)

LNB · 21 de May de 2021

Libertad

Aniversario de Libertad campeón 2008: la dominante temporada del mejor equipo defensivo de la historia

El 21 de mayo ocupa un lugar especial en el corazón de los hinchas liberteños. Es que hace exactamente 13 años los Tigres obtuvieron su primer campeonato en la historia de la Liga Nacional. La defensa fue su arma principal para alcanzar la gloria.

Los Tigres aún recuerdan ese abrazo interminable entre el Gringo Pelussi y Sepo Ginóbili cuando sonó la chicharra final en Santiago del Estero, hace 13 años. En el estadio se hacían escuchar los hinchas liberteños porque su club acababa de sumar su primer título en la historia de la Liga. Defensa, solidaridad grupal y ambición de ganar. Los indicadores fundamentales que llevaron a Libertad a la gloria máxima. El tiempo pasó pero en la memoria de todos ellos está aquel día, intacto, grabado a fuego. 

La formación de aquel plantel se basó en tener jugadores con experiencia y con objetivos bien claros. El club quería ganar la Liga, esa era su deuda y su desafío inmediato. La llegada de Julio Lamas, quien reemplazó a Carlos Bualó tras su experiencia en Ben Hur, les brindó la confianza a los más veteranos para que se conviertan en líderes natos tanto dentro como fuera de la cancha. En el inicio de aquella temporada histórica para el club, cada uno ya tenía sus roles bien definidos y a partir de esa certeza el equipo creció y se construyó alrededor de bases sólidas.

Una muralla impenetrable rumbo a la gloria

Su consagración se sostuvo en una cualidad que los destacó a medida que la naranja comenzó a rodar. Porque Libertad impuso un sello, un factor excluyente que lo llevó al tan ansiado título: su defensa. Quizás haya sido uno de los mejores equipos en esta faceta en la historia, no solo a partir de los nombres propios sino también desde su funcionamiento colectivo. 

Sus protagonistas coinciden y destacan a su inexpugnable entramado defensivo como una de sus armas más valiosas. "El equipo defendió siempre. Siempre tuvo compromiso defensivo. Sacábamos seis, ocho puntos y era difícil que nos descuenten eso. El ataque nos costaba mucho, vino Laron en su momento que puso esos 20 puntos que necesitábamos y pudimos tener esa fluidez en ataque. Cuando se incorporó Robert era muy difícil descontarnos. Era un equipo que seguía la línea de juego. Se armó un esquema con jugadores de rol y con experiencia. Nos entrenábamos duro. No era un plantel largo", sostuvo Andrés Pelussi. El Gringo fue, justamente, uno de los pilares sobre los que se construyó esa muralla y celebró su cuarto título local. 

"Nuestra virtud fue en defensa. Julio Lamas tenía bien en claro los roles de cada uno y teníamos a Sepo en la cancha, que era el mejor para controlar el juego y para ver quién recibía la pelota", indicó Robert Battle, otra de las figuras representativas de aquel equipo campeón que trazó varios récords durante aquella campaña: en uno de los encuentros de la 2007/08 recibieron la menor cantidad de puntos en contra de su historia. Fueron apenas 46 unidades de Ben Hur, una sobresaliente actuación que quedó en los anales de la Liga Nacional y que sirve como ejemplo para destacar aquella solidez de su costado defensivo. 

Libertad registró en aquella temporada el mejor récord de su historia con 42 victorias y sólo 13 derrotas (76.4%). En total recibió 3995 puntos, un promedio de 72.6 tantos en contra y finalizó el campeonato como el equipo al que menos le anotaron en todo el certamen. 

El título del Súper 8 y la llegada de Laron

Previamente al título nacional, como si fuera un prólogo de lo que vendría después, Libertad obtuvo el Súper 8 en Mar del Plata. Tras eliminar a Central Entrerriano y despachar a Sionista en semifinales pese a la baja de Josh Pittman, en la final derrotó a Regatas Corrientes en un trámite apasionante que se definió por apenas un punto de diferencia con un doble de Pablo Moldú a dos segundos del final.

Ante la baja definitiva de Josh Pittman, quien había sido la figura ofensiva del equipo hasta que fuera sancionado por tres años por doping, Libertad debió buscar nuevas soluciones. De cara a la recta final de la Liga Nacional, Los Tigres buscaron reemplazarlo con Ryan Carroll y Jamal Robinson, pero ninguno de los dos rindió lo esperado. En ese contexto, Libertad encontró al ex NBA Laron Profit. Con pasado en Washington Wizards y Los Angeles Lakers, el alero estadounidense se convertiría en una pieza fundamental para su consagración en la Liga Nacional. Robert Battle, con 16 puntos en el juego decisivo, fue el MVP de la serie. 

Los playoffs, la confianza extrema, y el título ante Quimsa

En cuartos de final, los santafesinos no tuvieron problemas para derrotar a Quilmes (3-1), pese a no contar con Pelussi por lesión. Ya con Andrés recuperado y Laron en su mejor momento, barrieron la serie de semis ante Peñarol por 3 a 0. En la final frente Quimsa, rival que lo había eliminado en los cuartos de final de la Copa Argentina celebrada a principios de la campaña, fueron totalmente contundentes y barrieron a los santiagueños con un inapelable 4 a 0, donde solamente en el último encuentro permitieron más de 80 puntos. Profit, ya convertido en estandarte de una ofensiva que rotaba permanentemente el balón hasta encontrar a su mejor opción, fue el MVP de las Finales tras anotar 29 puntos en el último juego. 

Su férrea defensa, edificada sobre la jerarquía individual de jugadores de la talla de Moldú, Pelussi, Saglietti, Battle y Profit, y un planteo táctico impecable para cortarle la circulación de balón y el contraataque al conjunto santiagueño, fueron claves para su coronación. Si bien establecieron una defensa en zona a lo largo del torneo, utilizaron defensa individual, Moldú jugó un papel fundamental domando a Julio Mázzaro y la presión permanente e inclaudicable sobre cada uno de sus rivales fue suficiente para frustrar los ataques de Quimsa. Otro hito para aquella inolvidable formación de los Tigres fue terminar invicto en su cancha con un registro de 29-0. 

"Creo que se sentía en el aire esa necesidad de ganar La Liga. No solamente los jugadores, sino todo lo que rodeaba al club. Sentía que estaba todo dado para que sucediera. El equipo en los playoffs desarrolló su mejor juego de la temporada. Fuimos de menor a mayor. Me parece que nos sentíamos superiores en todo momento con Quimsa, igualmente no nos confiamos", rememoró Sebastián Ginóbili, otro de los emblemas de Libertad, ícono de la Liga Nacional y el líder desde la base de la formación de Lamas. 

"La alegría más grande fue cuando terminó el partido, que agarré la pelota y lo abracé a Sepo. Porque su carrera necesitaba terminar con una Liga Nacional. Tengo la foto, un cuadro grande, donde estamos abrazados. Esa fue una de las alegrías que me dio ganar ese título. Disfrutábamos como equipo las cenas, los almuerzos. Hablábamos de básquet, estábamos interiorizados en lo que sucedía con nuestras familias. Era el momento y el lugar. Nunca nos relajamos. Estábamos convencidos de que era "la" oportunidad. Fue importante cómo se ensambló el equipo, desde atrás para adelante. Fue un año perfecto, redondo", manifestó Pelussi. 

"Creo que éramos un equipo superior. Mirando puesto por puesto, también teníamos mejores jugadores. Cuando llegamos a la final fuimos una máquina imparable. Estábamos muy enfocados. Había una sintonía entre nosotros", indicó Battle. No le falta razón al norteamericano y un rápido repaso por los nombres propios de aquel plantel alcanzan para entender la magnitud de sus figuras: Andrés Pelussi, Sebastián Ginóbili, Robert Battle, Laron Profit, Pablo Moldú, Marcos Saglietti, Jorge Benítez, Mariano Ceruti, Juan Sartorelli, Martín Muller, Emilio Domínguez, Andrés Landoni, Joaquín Giordana y Fernando Manatini integraron la nómina final dirigida por la sabiduría y la experiencia de Julio Lamas. 

"Me acuerdo que con Peñarol fuimos una aplanadora. Con Quimsa fuimos prolijos. Después el partido clave fue el tercero en Santiago que nos pusimos 3-0. Ya en el cuarto teníamos que ir y hacer las cosas bien", explica Saglietti sobre aquella memorable definición. Libertad barrió al conjunto santiagueño y coronó una de las campañas más brillantes de todos los tiempos. 

Amén de las actuaciones individuales, Lamás destacó el espíritu colectivo y, por supuesto, ponderó al trabajo defensivo de su equipo: "Es difícil lograr el título si no funcionas bien como equipo. Este es un juego de conjunto y los méritos son colectivos. Es imprescindible tener una defensa seria para poder competir, pero es cierto que algunos jugadores del equipo son destacadísimos en defensa. Como entrenador, uno va buscando el camino para que el equipo juegue cerca de su techo. Lo que más me enorgullece es la seriedad, el respeto por la camiseta, al trabajo diario y al juego colectivo"

Todos los que conformaron aquel equipo han marcado a fuego la historia del club. Battle es el líder histórico en rebotes (1725), Sebastián Ginóbili es el número uno en asistencias (1211) y en triples (549). Marcos Saglietti, el que más partidos jugados lleva, superando la barrera de los 600. Aquella formación de Libertad quedó en la historia, por su defensa, por la construcción de juego de atrás hacia adelante, donde cada uno entendió a la perfección su rol. Talento, experiencia, solidaridad y grupo, conceptos claves para uno de los campeones de nuestra Liga. 

Informe: Prensa AdC Fotos: Marcelo Figueras