El proceso se inició a mediados de 2016 con la confirmación para una nueva temporada del cuerpo técnico encabezado por Fernando Rivero a quien acompañaron Santiago Turri como primer asistente, Pablo Mattarolo como segundo y Ramiro Eguiguren en la Preparación Física. 

A partir de allí se constituyó el grupo al que fueron llegando destacadas figuras de la categoría como Gastón Essengue, Nicolas Lauría, Ariel Pau, Gastón Torre que se unieron al Kily Romero uno de los sobrevivientes de la primera temporada de Comu en el TNA. A estos se sumaron jóvenes que le darían mucho al equipo tal lo casos de Matías Aristu, Nicolás Giménez, José Defelippo, Santiago Ferreyra, Gabriel Frencia, Valentín Costa, Mateo Viana e Ignacio Farías estos tres últimos juveniles que rotaban en la conformación del plantel. A mitad de temporada se sumó Franco Vieta proveniente de Libertad de Sunchales en reemplazo de Valentín Burgos.

El equipo de Rivero fue de menor a mayor y finalizó segundo en la conferencia norte por debajo de un histórico en esta competencia como lo es Hindú con quien se iba a encontrar en la final de la misma. De a poco también la gente le fue dando el espaldarazo al equipo. Con la llegada de los buenos resultados el público fue llenando el estadio. Algo que tuvo su punto máximo cuando se jugó la final aquel 12 de junio.  

Fernando “Tulo” Rivero fue el encargado de darle forma al equipo que finalmente alcanzaría el máximo objetivo: “Cuando se armó el equipo el objetivo era pelear el ascenso y la verdad es que estuvimos toda la temporada por detrás de Hindú pero con el convecimiento de ser un grupo de jugadores que nunca dio el brazo a torcer ante la adversidad que siempre luchó, siempre lo buscó, un grupo humano excelente que estaba comprometido por tratar de lograr el objetivo muy difícil en la categoría con muchos equipos y con un solo lugar pero bueno creo que trabajaron muchísimo durante toda la temporada para intentar conseguirlo y se terminó de la mejor manera". 

En la mente del “Tulo” hay tres momentos importantes y gloriosos: “Los voy a guardar de por vida que fueron el quinto partido con Unión en nuestra cancha cuando a seis segundos perdíamos y sacaba el rival y esa jugada que hace Nico (Lauría) con el robo y Mati Aristu con el foul y gol y pasar de esa manera a la final de conferencia. Otra el recibimiento que tuvimos después del cuarto punto ganado en Olavarría que la gente nos estaba esperando en la ruta para entrar a Mercedes en una caravana pensando que ya habíamos logrado algo y todavía nos faltaba lo más difícil que era ganar el último partido y ese quinto juego con gente quedando fuera del estadio. Le verdad que uno recuerda el momento en el que llegó y que se conocía poco de básquet nacional y ver ese partido con Estudiantes fue un cambio rotundo. Eso es lo que uno recuerda. Más allá de ese logro lo importante fue poder dejar una huella algo sembrado para que se siga cultivando y siga creciendo. Terminar con el ascenso fue espectacular y ojalá que siempre se recuerde porque es algo muy difícil que Comu logró”.

Primeros pasos

El aurinegro concluyó la Fase Regular con cinco victorias consecutivas (dos ante Las Parejas y contra San Isidro, Barrio Parque y Unión). Eso le permitió terminar segundo y cruzarse en cuartos de final con Villa San Martín de Resistencia. Se quedó con el primer duelo al superar 92 a 71. El segundo partido lo ganó el Tricolor por 71 a 67. Tercero y cuarto fueron para los de Mercedes por 82 a 71 y 95 a 48.  3-1 en la llave y primer objetivo cumplido.

En las Semifinales, el primer y segundo punto quedó para Comunicaciones por 89 a 81 y por 85 a 80 después de un doble suplementario. El tercer y cuarto juego fueron para Unión de Santa Fe por 81 a 74 y 80 a 78 para llevar la serie a un quinto partido. Esa pareció ser la noche donde todo se perdía porque el juego lo ganaba Unión y tenía un saque a su favor con pocos segundos por jugar. La gente empezaba a dejar el estadio hasta que Lauría cacheteó una pelota en la reposición para que Aristu se vistiera de héroe anotando los dos puntos de la bandeja más el tiro libre y así  poner el juego 73 a 71 cerrando el playoffs 3-2. Fue la primera vez que la explosión de júbilo en el estadio se escuchó varias cuadras a la redonda. Empezaba a forjarse el equipo campeón. 

En la final de la Conferencia Norte, Comunicaciones se llevó los tres juegos frente a Hindú por 81 a 76, 67 a 64 y 73 a 60 para barrer la serie 3-0. Los dos juegos ganados en Resistencia en los que se vio a un equipo compacto y llevando a cabo a la perfección todo lo que quería su técnico generaron una suerte de confianza que se vio demostrada en el último partido jugado en Mercedes en donde Comu no tuvo problemas para ganarle a los de la vecina provincia. Era el título de la zona norte y el gran paso a la final con Estudiantes de Olavarría que venía de dejar en el camino al duro Atenas de Carmen de Patagones en 5 juegos. El quinto y definitivo por 81 a 76. 

Mirando los números de aquella primera etapa, Nicolás Lauría fue quinto en eficiencia (21,1), quinto en rebotes (8,5), décimo en tapas (0,8), sexto en robos (1,7) y séptimo en faltas recibidas (4,7). Gastón Essengue  noveno en tapas (0,8) y primero en porcentaje de libres (91%), Santiago Ferreyra primero en porcentaje de triples (53%) y José Defelippo sexto (42%). 

Otro de los que recordó lo hecho en esa campaña fue el que manejaba los hilos dentro de la cancha, el base del equipo, Gastón Torre: “Para mí el ascenso con Comunicaciones significó una alegría enorme por haber cumplido el objetivo que nos habíamos propuesto cuando empezó el torneo. Es un recuerdo imborrable donde se destacaron varias cosas, lo deportivo, el grupo humano, dirigencial, la ciudad. Fue un combo de todas estas cosas que nos permitieron estar durante todo el año muy bien con todo el mundo. Siempre la energía fue súper positiva y tirando todos para el mismo lado. Creo que se dio todo en un torneo durísimo pero lindo a la vez con una final memorable por cómo se dio, por la cuota de dramatismo que tuvo. Gracias Dios se dio para nuestro lado y le pudimos dar ese lugar en La Liga a Mercedes que hoy tan bien lo representa. Muy feliz, tengo los mejores recuerdos de la gente de los amigos y después de todo es lo más importante las relaciones que uno deja y los momentos vividos". 

La gran final

Como nunca hasta allí la expectativa por la final con Estudiantes era tan marcada. Todos en Mercedes hablaban del equipo y hasta opinaban de cómo iba a ser la serie. La Comisión Directiva de Comunicaciones tomó la determinación de armar tribunas tubulares con la finalidad de darle más capacidad al estadio y mayor comodidad a los espectadores. Así se llegó a las 3500 personas. Lugares que fueron pocos para el quinto juego donde no cabía un alma.

Los jugadores mostraban cautela pero sabían que estaban cerca de cumplir el objetivo. El experimentado Cristian "Kily" Romero decía por aquellos días: “El objetivo era estar en la final pero ahora queremos ganar. Hay que ponerle el broche de oro a la campaña. Hay que estar tranquilos. Creo que hicimos una gran temporada, un gran trabajo durante todo el año y en una semana no hay que cambiar nada. Llegamos con esto y hay que seguir así y creo que nos va a ir muy bien”.

Sin embargo el primer juego no fue lo esperado. Comu apareció nervioso por momentos sin hacer mucho de lo que pedía en su DT en defensa y Estudiantes, un histórico de La Liga se llevaba el primer  punto por 84 a 73.

El segundo partido el aurinegro entendió que si se escapaba, las chances de ascender serían mínimas. Con un Lauría que sumaba 19 puntos más la presencia de Essengue en la zona pintada los dirigidos por Rivero empataron la serie y ponían rumbo al centro de la provincia de Buenos Aires para buscar retomar la ventaja de localía.

Ante un estadio lleno con más de 4000 personas Estudiantes se hizo fuerte en defensa y cortó todas las posibilidades en las armas de gol de Comu para ganarle 70 a 58. Los sureños empezaban a preparar la fiesta.

"Antes de entrar en la final quisiera resaltar el grupo que armamos tanto dentro como fuera de la cancha. Comenzamos el año con poco público y entusiasmo en la cancha, propio de una ciudad que todavía no respiraba básquet, como si lo respira hoy en día. Logramos química muy rápido entre todas las piezas del equipo, mayores, juveniles, Essengue y cuerpo técnico. Creo que todos antes de arrancar sabíamos que era una oportunidad muy buena de lograr ascender y poder pasar a formar parte de la historia del torneo. Más allá de lo basquetbolístico, en La Liga Argentina puede pesar mucho más lo grupal, lo unidos que sean los equipos por sobre capacidades o talento técnico. Tuvimos un mix de las dos y pocas veces se logra", recuerda Nicolás Lauría. 

"La final contra Estudiantes..... uffff. Difícil resumirla, durísima, parecía perdida, pero nunca bajamos los brazos. Perdimos el primer juego de local. Ganamos el segundo. Viajamos a Olavarría perdimos el 3ro. y el Parque Guerrero ya estaba preparando la fiesta. La noche anterior al 4to. partido llegamos al estadio y sentimos un clima de festejo, vimos remeras que decían “el Bata volvió” o algo así. Nadie de nosotros dijo nada, no hizo falta, nos dolió, pero lo que si tenía el equipo era la capacidad de resiliencia. Volvimos al hotel y tuvimos una charla, sólo jugadores, en una habitación. Nos propusimos dejar todo pase lo que pase, ante toda la adversidad seguir peleando. Por supuesto iba a ser complicado, estadio explotado de gente, fiesta armada, luces de colores y humo en la presentación. El resultado del partido ya lo saben, ganamos en suplementario con Essengue y Romero afuera por faltas. Una demostración de carácter y sobre todo hambre por el campeonato, increíble", relata. 

"De vuelta en Mercedes la historia fue otra. El 5to. partido se resolvió con un marcador más holgado que los cuatro partidos anteriores. Y pudimos lograr nuestro objetivo, el de los dirigentes y el de la ciudad. En lo personal fue una revancha hermosa tras perder la final el año anterior vistiendo la camiseta de Barrio Parque contra Hispano Americano. No olvidaré nunca al pueblo de Mercedes, al equipo y todo lo vivido ese año", cuenta Nicolás cuando remora el ascenso. 

Lo que no sabían que en el cuarto juego Comu iba a poner todo lo que estaba a su alcance para torcer el destino. Y así  lo hizo porque fue el equipo el que sacó adelante una batalla que parecía perdida por cómo se estaba dando el juego y el contexto donde se libraba. Un estadio lleno esperando que el local sentenciara la serie de playoffs. Sin embargo la garra de Essengue, calidad de Lauría, la aparición de Pau en el segundo tiempo y el acompañamiento de todos los que les tocó entrar hicieron posible la hazaña y el triunfo en suplementario por 92 a 87. El silencio absoluto del estadio y el puñado de jugadores junto a dirigentes y allegados festejando fue el gesto ambiguo de lo que vivían los dos equipos y el desahogo de horas de mucha tensión.

El último juego fue en casa. Ahora la fiesta se trasladaba a Corrientes pero los jugadores y todos sabían que no había que festejar antes de tiempo. Y Comu entró concentrado y con un plus anímico por lo hecho en Olavarría. Con Essengue (28 pts.) dominando en el juego interior, como toda la noche, y Lauría (20) haciendo una labor descomunal en todos los sectores (con triples, rebotes, líder en los números pero también desde los intangibles), Comunicaciones logró darle un quiebre 86-68 a cuatro minutos del final y ya no hubo punto de retorno. Con el final 94 a 72 el título y el ascenso estaban en casa. Algo que muchos anhelaban pero que nadie pensó que llegaría tan temprano. Una epopeya de jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y de la gente, que disfrutaron esa noche del máximo logró del deporte mercedeño en el ámbito nacional.

Informe: Prensa AdC y Prensa Comunicaciones