LNB · 27 de Diciembre de 2021
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La Liga hoy: análisis de los 20 protagonistas
Pantallazo de lo hecho por los equipos a través de estos primeros meses de competencia. ¿Vienen cumpliendo sus objetivos? ¿Hacia dónde apuntan? La lupa sobre cada uno.
Quimsa (9-2)
El que mira a todos desde arriba. Sin dudas que, por protagonismo en estos últimos años, consagraciones, la jerarquía que adquirió y el potencial que tiene en su plantel, los objetivos del elenco santiagueño están cumpliéndose. No sólo por estar actualmente en lo más alto de la tabla, sino también por su eficiencia y la prestancia que tuvo el equipo en estos primeros partidos de la temporada. Ya atravesó diferentes momentos en esta 2021/22, porque tuvo un Súper 20 en ascenso en el cual se acomodó, encontró una dinámica y fluidez única en su juego, y luego aterrizó a la Liga para pisar fuerte. También tuvo que pasar adversidades, con cambios dentro de la plantilla y lesiones, pero salió ileso. Estando mermado de fichas tuvo un arranque bárbaro de 6-0 dentro del cual le ganó a dos candidatos: partidazo en doble suplementario a Boca (91-84) y paliza a un desconocido Instituto (94-68). Eso lo fortaleció aún más, y si bien luego perdió contra Comu y ahora cerró el año con derrota ante Peñarol, este Quimsa ya se plantó muy bien dentro de la Liga. Su DT Seba González supo timonear un equipo que se rearmó bastante a pesar de conservar varias piezas del subcampeonato de la temporada pasada, profundizó su filosofía de un equipo solidario y sólido en ambos costados, no por nada tiene una de las mejores defensas (recibe 76.3 por juego, 4° mejor marca) y es el mejor en ataque (86.5 de media). Encontró en Eric Anderson a uno de los mejores extranjeros e internos del torneo, goza de una doble base tan letal como complementaria con Baralle y Brussino, Gramajo creció aún más, Cosolito como gran líder y un Acevedo que ayuda en todo. Completo y peligroso, tanto que justifica su actual condición de único puntero.
San Martín (9-3)
Desde que todos los equipos fueron armándose rumbo a esta 2021/22, se sabía que San Martín era uno de los iba a dar pelea bien arriba. De momento lo está haciendo: escolta, segundo equipo mayor efectividad y menos partidos perdidos, y un juego tan característico y distinto que sitúa en los primeros planos. Reafirma lo hecho en este último tiempo, recordando que la temporada pasada fue semifinalista. Bajo el mando de Vadell, su entrenador, el Santo construyó un estilo bien marcado desde la defensa, la concentración y la presión. Los actores ejecutan bien ese sistema, son rápidos para llegar a las marcas y saben muy bien jugar sin balón. Ahí está el secreto de por qué es el mejor equipo defensivo de todo el torneo (recibe 70.2 de media), siendo el último invicto en caer (el 4/12 perdió ante Riachuelo y la Liga se quedó sin imbatibles). Tiene un gran registro como local ganando 6 de los 7 que jugó en el Fortín, habiendo perdido sólo ante Peñarol a mediados de este mes pero despidiendo el año luego con dos triunfos ante Gimnasia e Hispano. Se asocia bien en ataque, jugando a un básquet más estacionado, que puede aprovechar a sus tiradores pero que también explota la versatilidad individual, como la de Saiz, Ramírez Barrios, Matute Solanas y compañía. Ya nada sorprende para un equipo que siempre está, sin hacer demasiado ruido y con su infalible receta, pero con esa entereza y firmeza que lo llevan siempre a ser un marcado protagonista en los puestos de vanguardia.
San Lorenzo (8-4)
Posiblemente una de las sorpresas más gratas. Sí, es el penta, el que arrasó los últimos años y desde que regresó a la elite allá por 2015 se convirtió en el más dominador de la Liga. Sin embargo, para el Ciclón esta temporada tiene matices de reconstrucción, un club que busca resarcirse económicamente y por eso apostó a un proyecto diferente en esta 2021/22, con un DT de experiencia y conocido de la casa como Álvaro Castiñeira, ideal para la refundación. Armó un equipo con un perfil más bajo que el de otros años, sin tantas estrellas rutilantes y con algunos pilares como la vuelta de Sandes (clave en la estructura, por experiencia y juego) más Lucas Pérez (otro con buena trayectoria y el llamado a ser el líder desde la base). Después sumó a talentos como los de Pérez Tapia y Corzo, y así se lanzó, con Defelippo como único sobreviviente fuerte del último título más un par de jóvenes como Cerminato y Rutenberg. Tuvo algunas tormentas porque, encima de tener un equipo con muy pocos mayores (sólo 4 arriba de los 23 años), sin extranjeros y con lesionados importantes (Sandes y Corzo), necesito doblar sus esfuerzos para mantenerse competitivo. Y lo hizo, con Defelippo siendo uno de los máximos responsables (14.8 puntos, 7.2 rebotes y 5.3 asistencias de promedio) y sorprendiendo a varios, ganándole dos veces a un equipo interesante como Riachuelo y también a Regatas. Sin tanto poderío como en otros años y en una versión más obrera, los de Boedo transitan una muy buena Liga hasta el receso y desde el 2022 tendrán el gran desafío de sostener todo lo hecho hasta hoy. No deja de ser el campeón.
Boca (7-4)
La realidad de Boca puede dividirse tranquilamente en dos partes. Una es la cuestión numérica, la buena, en la que el equipo marcha con un interesante 4° lugar, un registro aceptable del 63.6% de partidos ganados y cumpliendo su objetivo de estar en la zona de vanguardia. La otra, quizá no tan buena, es su actualidad a nivel juego y esa búsqueda de regularidad que se le exige, porque tiene algunos vaivenes en los que muestra ser el grandísimo equipo que es y en otras noches en las que se opaca. En diciembre expuso esto último con los resultados que sacó: perdió 3 de los 5 que jugó, con dos derrotas duras en casa ante Oberá y Quimsa, aunque despidió el año ganándole a Unión en el Conde. Todo es entendible, porque si bien Boca tiene la misma base del año pasado, con Gonzalo García como entrenador y emblema más una serie de figuras como Schattmann, Boccia, Aguerre y Buendía, también es cierto que va acomodándose a situaciones de adaptación, a sistemas que pasan más por otras manos, jugadores que llegaron y son importantes caso Vildoza, Hernández y Eloy Vargas. En el medio también lesiones importantes como la de Schattmann, su goleador, que estuvo afuera por varios partidos y el equipo lo sintió. Lo bueno es que Boca tiene calidad de sobra, individual pero también colectiva porque tiene una idea muy clara de cómo jugar bajo la filosofía de Gonzalo: un básquet inteligente, asociado, casi sin fisuras en defensa (2° mejor defensa del torneo con 70.6 de media) y con vuelo en ataque, pensante. Todavía falta mucho, y ahora que se viene la parte más picante de la temporada, si termina de engranar sacará a relucir todo ese repertorio que lo sitúa casi por lógica en el top de equipos que luchará por el título.
Ferro (8-5)
Uno de los equipos que, de mantenerse así, será la revelación de la temporada. Hoy ya es el equipo sensación por lejos. ¿Cuál es el secreto de este Ferro? En la previa al arranque de la 21/22 no se tejían grandes expectativas, quizá por no tener un plantel de nombres descollantes y porque el objetivo se centraba en mantener la categoría. El norte no cambió, pero sí se puede decir que con este presente el equipo tiene argumentos para aspirar a un poco más. Es cierto que los de Fede Fernández perdieron algo de peso en las últimas semanas del año, perdiendo 3 de los últimos 4, pero esa irregularidad tiene sustento en que el plantel se vio mermado por las lesiones de dos jugadores clave como Vasirani y Spano. En el Etchart está muy fuerte, ganando 5 de 6 y perdiendo únicamente contra el puntero Quimsa, con lo justo y en el último partido del año (80-76). En Caballito se movieron rápido y sumaron dos refuerzos (Trebucq y Fraga), pero eso también lleva un periodo de acondicionamiento a los sistemas de juego. Ahora bien, este Ferro ya viene haciendo un paso importante por ser un equipo que maduró como tal, entendiendo roles, siendo intenso en su propuesta y con mucho compromiso colectivo. Juega bien al básquet, es inteligente y tiene tres bases que le dan dinamismo (Gallegos y Laterza, más Fraga por el lesionado Spano), son generadores, tienen buena lectura y además anotan. Además, tienen jugadores que pueden ir de adentro hacia afuera y viceversa (Bettiga, Metzger, Osores y Morales), y un juego interior fuerte (con Luchi más Vasirani). Y sobre todo, más allá de su juego, estamos ante un equipo con muchísima personalidad. Aprobadísimo hasta el momento. Y desea más...
Peñarol (8-5)
Es cierto que ahora se vendrá la parte más importante de la temporada, esos meses de enero-febrero en los que el grueso de partidos te posicionan fuertemente de cara a la recta final a partir de marzo. Sin embargo, lo hecho hasta ahora por Peñarol es muy interesante, en un equipo que a priori iba a tener que batallar mucho pero que la está llevando muy bien. Es que, bajo el ala de Ramella, este Milrayitas que mixea mucha juventud con jugadores de experiencia supo dar un paso adelante y viene construyendo un valorable recorrido. Tuvo un buen Súper 20 a pesar de no clasificar al Final 8, y después, si bien arrancó la Liga perdiendo 3 de los primeros 4, enderezó su rumbo y se fue fortaleciendo. No se destaca tanto en su defensa pero sí tiene mucho caudal ofensivo, porque juega a goleo alto y se siente en su salsa dentro de esa dinámica rápida, con transiciones de cerca de 8 segundos, eligiendo bien y con opciones tanto desde el perímetro como desde el juego interior (83.9 puntos de promedio, 3° mejor ataque). Marín, desde su experiencia y juego, es un pilar decididamente crucial (15.9 puntos, 4.6 rebotes y 3.0 asistencias), pero también tienen incidencia otros protagonistas como Thornton, Tevin Glass, Lockett, más los jóvenes que le agregan vuelo: Buemo, Sansimoni, Valinotti y Monacchi. Dinámica y buen balance para un equipo con una interesante propuesta que, por lo hecho hasta ahora, cumple de forma notoria su despliegue y expectativas en la Liga.
Gimnasia (8-5)
Siempre se espera que Gimnasia sea protagonista, siempre. Un proyecto que se sostiene desde hace ya muchos años y que no se negocia, que mantiene su estructura, cimientada en la filosofía de Martín Villagrán como entrenador en su quinta temporada consecutiva y con un grupo de jugadores que conoce a la perfección la idiosincracia del Mens Sana: Romero, Vega, Orresta, Acuña y Mencia. Aquellos que llegaron agarraron rápidamente esa idea y lo están haciendo bien, con Pipi Barreiro, Facu Vázquez y Elliott. Gimnasia juega bien al básquet, un estilo vistoso, con mucha contracción al trabajo defensivo (3° mejor del torneo, recibiendo apenas 75.8 en contra) e inteligente toma de decisiones en ataque, costado en el que puede dañar con rompimientos o el tiro exterior, pero también desde la generación en el pick and roll o la potencia de sus internos. Mencia, Barreiro, Vega y Orresta son los más regulares de un equipo que no tiene una figura central, que se caracteriza por un básquet colectivo en el que todos brillan. Tiene todo para estar un poquito más arriba, aunque la realidad es que la Liga viene tan pareja que en un abrir y cerrar de ojos puede conseguir un fuerte envión en la tabla (está a un partido de meterse entre los cuatro mejores). ¿Lo fuerte? Su localía, lugar donde muestra su mejor versión, ganando 7 de 7 en el Socios. Ahora bien, fuera de Comodoro no tuvo el mismo peso, perdiendo 5 de los 6 que afrontó en la ruta. Cerró el año con tres derrotas consecutivas en su travesía por el norte. Si logra acomodarse con mejores resultados afuera y mantiene esa fortaleza en casa, definitivamente será un protagonista de temer porque tiene todo para trascender.
Obras (6-4)
Para Obras no era una misión sencilla afrontar esta temporada. Si bien conservó gran parte de la estructura de la temporada pasada, perdió a una pieza clave como Fer Zurbriggen, el último MVP de la Liga con destino al básquet español. Ahí tuvo que rearmarse, sin su líder, con jugadores que tuvieron que dar un paso adelante como Joaquín Rodríguez, Chipi Venegas, Berra, Serres, Valussi, entre otros. Lo consiguió, sobre todo en el perímetro, en el 1-2 que conforman Venegas y Rodríguez, dos jugadores que definitivamente explotaron. También hay que sumar a los que juegan más cerca del aro, con Serres, Berra y el estadounidense Stone teniendo buenos rendimientos. A todo esto, se le sumó la vuelta del hijo pródigo: Pepo Barral, una incorporación que le dio no sólo experiencia sino también mucho oxígeno al plantel. El equipo de Murphy supo apoyarse en un estilo bien marcado y característico, con un básquet dinámico, que puede correr muy bien la cancha en las transiciones, que tiene su mayor fortaleza en el juego exterior, desplegándose con el tiro exterior y también en el pick and roll. El Rockero supo encontrarse a lo largo de estos primeros meses de competencia, porque arrancó con dudas, perdiendo 3 de los 4 primeros, pero sobre la marcha enderezó, fue hallando mayor fluidez y terminó el 2021 ganando los últimos 4: 75-68 a Unión, 67-66 a La Unión, 77-71 contra Oberá y 83-80 frente a San Lorenzo. Necesitaba tiempo para acomodarse, para que estos jóvenes tengan un mayor aplomo y asimilen ese paso hacia adelante en personalidad, y ahora que lo hicieron prometen ser un equipo difícil de vencer de cara a lo que resta de la temporada.
Instituto (7-5)
El campeón del Súper 20 no pudo cerrar un buen 2021, sumergido en algunas irregularidades respecto a resultados y juego. De todas formas, independientemente de lo que dicte su actual 9° posición, sabe que con un puñado de victorias y un par de resultados ajenos que lo favorezcan, puede volver a los puestos de vanguardia. Está claro que tiene material de sobra para hacerlo, primero porque tiene una idea de juego muy bien delineada de la mano de Victoriano y segundo porque tiene la calidad suficiente para lograr esa dinámica que busca: un básquet ultra intenso, piernas frescas, muy trabajador en defensa y con un buen despliegue adelante, bien asociado, pasándose la bola y priorizando el juego colectivo. Tiene talento individual, destacando el gran momento que vive Nico Romano (14.5 puntos y 7.9 rebotes), pero también sumando a otros valores como Cuello y Gallizzi, más Whelan, Copello, Chiarini, entre otros. Para este receso ya movió un par de fichas con la salida de Amicucci, además de que tiene entre algodones a Taya (deberá ser operado por una molestia en su rodilla) y Whelan (positivo de Covid-19). Con todas estas novedades, más algunas extradeportivas, el equipo necesitará rearmarse para volver a ser el gran protagonista de la Liga que puede ser. Promete ir por todo, pero para eso deberá superar las tormentas que se le pongan delante, sabiendo que cayó en 5 de los últimos 8 que disputó. Si logra equilibrarse en los primeros meses del 2022, indudablemente será uno de los huesos más duros de roer dentro del torneo y un candidatazo.
Riachuelo (6-5)
Tuvo un arranque brillante en el Súper 20 y, a pesar de no haber clasificado al Final 8, se relamía para hacer un prometedora temporada cuando iniciase la Liga. Sin embargo, Riachuelo tuvo un primer gran problema que afrontar: la lesión de Eric Flor, su goleador. Esto no sólo se trató de la salida de una ficha crucial para sus aspiraciones sino que además obligó a cambiar los sistemas de juego, por ya no tener al 2 anotador y por características del equipo. Con esta variación se volvió menos incisivo en ataque y más recostado a la defensa, y la fórmula dejó en cancha un equipo competitivo. Es cierto que la frialdad de los resultados hoy lo deja en la mitad de la tabla, pero hay que remarcar que ningún equipo lo borró de la cancha (salvo Gimnasia en Comodoro que le ganó por 20). Jugó mucho fuera de casa y cerró el año ganándole a Olímpico de visitante en La Banda (93-74). Gary Ricks, que llegó para suplantar a Flor, tuvo un par de buenos juegos hasta ahora pero el equipo se supo sostener gracias a otros buenos rendimientos, pasando por Espinoza y Rodrigo Sánchez, Leiva, Gerlero y la construcción desde la base de Nico Paletta. Ahora que entró en el receso, anunció la salida de su DT, Fabricio Salas, y busca reemplazante, mientras tanto añadió dos fichas que serán claves como Selem Safar y Nacho Alessio, algo que potenciará considerablemente sus opciones. En el caso de Riachuelo habrá dos lecturas: una la de un club que no deja de estar en su primera experiencia en la elite y que viene desempeñando un buen papel; y la otra que por nombres de jerarquía y presupuesto tal vez necesite estar unos escalones más arriba, porque la apuesta es ir por más. Habrá que ver cómo se para tras el receso y cómo rumbea su situación en las primeras semanas del 2022.
Oberá (7-7)
El Celeste es uno de esos equipos que se había armado muy bien, pero que todavía no pudo hacer pesar la calidad de sus nombres propios. Empezó con una gran victoria en su visita a Peñarol en Mar del Plata, pero después cosechó cuatro derrotas al hilo que lo sacaron de eje, incluida la primera en condición de local ante Quimsa. Luego, pudo recuperarse en Misiones consiguiendo tres victorias al hilo (Obras, Argentino y Gimnasia) antes del receso, lo que le dio un poco de aire al equipo de Demti. Sin embargo, luego del cotejo versus los de Comodoro, se conoció la salida de Jonatan Slider, aunque poco duró la tristeza, ya que unos días después se confirmó el arribo del representante de la Selección Argentina, Martín Fernández, que llegó para sumarle tiro exterior y altura al plantel. En el sprint final, perdió con Instituto y le ganó a Ferro en Luis Augusto Derna, y dio el batacazo en La Bombonerita al quitarle a Boca el invicto en su cancha (86-73), para luego cerrar el año con una derrota en Obras. Su juego se basa en una defensa intensa que luego le permita correr, y los números lo demuestran: es segundo en puntos de ataque rápido (14,4), y segundo en anotaciones tras recupero (15,6 por partido). Es un plantel que depende mucho de lo que puede generar Nicolas De los Santos, uno de los mejores bases de la Liga, que promedia 11,9 puntos y 4,1 asistencias, y de la capacidad anotadora de Melvin Johnson, quien acumula 19,4 unidades por juego, y una valoración de 16,1. Por otro lado, también fue importante, sobre todo en el comienzo de la campaña, la figura de Facundo Giorgi, con que lleva una media 10,4 tantos y 7,1 rebotes.
Regatas (6-6)
El otro equipo del que se esperaba más, pero las lesiones le jugaron una mala pasada. Desde que pudo contar con la plantilla completa, es decir, ya con Carreras, Penka Aguirre y Piñero, además de la llegada de McGhee, sumó tres triunfos (Olímpico, Gimnasia e Hispano) y una derrota (Peñarol), todos en Corrientes, pero claro, el comienzo errático, con duelos perdidos quizás de forma inesperada, hicieron que el Remero se encuentre en una posición en la cual, en la previa de la temporada, era inimaginable. Tuvo partidos en los que no supieron encontrar su juego, no pudieron defender como sus jugadores saben, y tomaron muchas malas decisiones consecutivas en ataque, permitiendo que el elenco rival aproveche esos pasajes para imponerse en el parqué. Sin embargo, pese al récord que acumula, es el segundo equipo en eficiencia (91,2 por partido), y el segundo más goleador, con 85,2 por encuentro, aunque también el quinto más goleado (81,8 por duelo). Así mismo, es el tercer club que más rebotes baja, con 38,5, pero el que más captura en aro ajeno, con 11,1 por encuentro; y como si fuera poco, es el segundo que más triples convierte, detrás de San Martín, con 10,2 de promedio (35,8%). Los números hablan mucho más de lo que en verdad se vio en la cancha, pero todavía tiene en el debe el poder encontrar ese “equipo”, del cual se empezaron a ver destellos en el tramo final; y sin dudas, el objetivo para el resto de la temporada será concretarlo, para poder pelear lo más arriba posible.
Argentino (5-7)
El Turco fue de menos a más en esta Liga. Comenzó con tres derrotas consecutivas ante rivales fuertes, como lo son Boca (en Las Morochas), Gimnasia y San Lorenzo (de visitante); y desde allí, se encargó de construir una fortaleza en su estadio. De los 5 que jugó en Junín, ganó cuatro (cayó en el debut ante el Xeneize), aunque todavía le falta poder extender esa intensidad y ese juego a cuando le toca disputar fuera de casa, ya que de los 7 que jugó en condición de visitante, sólo ganó uno, en su visita a Comunicaciones de Mercedes, en una de las dos giras que tuvo por el norte del país. Posee en Thomas Cooper a su principal artillero, que además es el máximo anotador de la Liga, con 20,5 puntos por partido. Fue muy importante también la repatriada de Jonatan Slider, que llegó de Oberá con un gran nivel, y lo pudo imponer con la camiseta azul: 14,5 puntos y 7,7 rebotes para una valoración de 15,7 en 6 partidos. Ellos dos son los únicos del equipo que promedian doble dígito; y luego aparece Chris Daniels, con 9,2 y 7,6 rebotes por encuentro.
Olímpico (5-7)
Desde la partida de Mike Buchanan, le costó hacer pie, y no pudo asentarse ni en La Banda, ni en condición de visitante. Con su irregularidad, y con un equipo que apuesta por jugadores jóvenes, obtuvo importantes triunfos como ante Oberá e Instituto en casa, así como contra La Unión en Formosa, pero aún no logró encontrar el funcionamiento que Leo Gutiérrez busca. Su principal figura es Elyjah Clark, el extranjero que promedia 10,7 unidades por juego; y lo sigue Santiago Arese, con 9,6 y 11,9 de valoración; para que luego aparezcan Juane De la Fuente con 9,5 tantos y Guillermo Aliende, con 9,4. Por eso, el Negro Bandeño espera con ansias el debut de Damián Tintorelli, que llega para reforzar la pintura, ese lugar en el que Big Mike dejó un vacío que el plantel necesita cubrir cuanto antes. No por algo es el equipo con menos puntos por partido, con 74,2, y menor valoración, 69.
Unión (5-9)
Desde la reanudación luego de las Ventanas Clasificatorias de FIBA, el Tatengue se encargó de fortalecer su juego en el Malvicino, tal es así que ganó los tres que disputó, dejando así un balance de 5-2 en Santa Fe. Sin embargo, le falta trasladar esa jerarquía a cuando le toca salir de gira: aún no ganó de visitante, y es una de las preocupaciones de Juanfra Ponce. Desde que pudo completar la plantilla, el juego recae principalmente sobre los tres extranjeros: Jeantal Cylla (12,9 puntos por juego y 4,7 rebotes), Dallas Morgan (10,4 unidades) y Justin Everett (13,2 tantos, 5,2 rebotes y 14,5 de valoración). Además, cuenta con el aporte de frescura de Andrés Jaime (8,9 unidades por juego y 11,8 de valoración -2do del equipo), y de Gastón Bertona (7,8 puntos), que secundan el juego de los foráneos.
Comunicaciones (4-8)
El Aurinegro no había empezado de la mejor manera. Luego del 1-8 conseguido en el Súper 20, consiguió un solo triunfo en seis encuentros hasta el receso por las ventanas FIBA, récord que lo ubicaba en el fondo de la tabla; sin embargo, en la reanudación dio el batacazo al quitarle el invicto a Quimsa, nada más y nada menos que en el Estadio Ciudad de Santiago del Estero, en lo que fue un triunfo resonante. Luego le tocó perder en La Banda, lo que trajo como consecuencia el corte de Ariel Rearte, y la llegada de Hernán Laginestra. El nuevo entrenador trajo nuevos aires, y con eso, llegaron otros dos triunfos importantesimos, los primeros en condición de local en toda la campaña: Instituto (83-82) y Ferro (70-67), lo que le cambió la cara al plantel. Sin embargo, le tocó volver a viaja por Buenos Aires antes del parate por las fiestas, y no pudo en sus visitas a Peñarol en Mar del Plata ni a Argentino en Junín. Pero ya lo dijo el flamante entrenador: “Hay que tener paciencia, los tiempos se acortan y tenemos que estar unidos” (ver nota completa).
La Unión (4-9)
Otro de los que aún el debe pesa más que el haber. Llegó a semifinales del Súper 20 y era la sorpresa, pero en la Liga no pudo asentarse. Alternó festejos y desazones desde el comienzo, pero desde la reanudación luego de las Ventanas FIBA cosechó siete derrotas consecutivas, cuando hasta ese momento iba 2-3. No lograba encontrar su juego, y cuando lo hizo, se le escaparon los cotejos en los últimos segundos (Obras, Platense y Peñarol), hasta que se rompió el maleficio en los últimos dos juegos del año, cuando recibió a Hispano (91-75) y a Gimnasia de Comodoro (91-84). Las ofensivas descansan principalmente en Zach Cuthbertson, el interno extranjero que promedia 14,2 unidades por juego más 7 rebotes, seguido por Patricio Tabarez (12 tantos y 4,6 rebotes). Además, todo engranado bajo la conducción de Jonathan Maldonado (10,9 puntos) y Nico Ferreyra.
Hispano Americano (3-8)
El equipo de Río Gallegos aún no pudo hacer pie en la Liga. Jugó sólo 4 partidos como local, y allí está 2-2, de modo tal que sólo ganó uno fuera de casa, en lo que fue el partidazo en el Pando ante San Lorenzo, a quien luego le ganó también como local. Después, sumó cuatro derrotas en fila en el último tramo previo al receso, en lo que fue la gira por Buenos Aires (Ferro, 87-85), y por el norte, donde cayó en Formosa (91-75), en Regatas (114-73) y San Martín (75-61). Los del Sur son el segundo equipo más goleado, con 83,7 por cotejo, mientras que son el segundo que menos anota, con 74,7 por encuentro. La referencia en ataque es Deionte Simmons, que con 5 juegos ya se estableció como el goleador con 19,6 puntos por partido, además de 7,2 rebotes. Al extranjero lo sigue su otra pieza clave, Guido Mariani, que lleva una media de 15,1 tantos, además de 13,1 de valoración. Un poquito más atrás aparecen Marcos Saglietti (10,8) y Juani Ducasse (10,7), completando el abanico de alternativas ofensivas del elenco que dirige Matías Huarte.
Platense (3-8)
El Calamar tuvo la peor racha de la Liga: tardó siete encuentros en poder conseguir la tan ansiada primera victoria, y según el juego que había mostrado en el Súper 20, podía convertirse en protagonista desde el comienzo, pero no logró establecerse, y ese nivel plasmado fue cosa del pasado. El juego en equipo desapareció, y no pudo encontrarlo en casi ningún juego, hasta que por fin reapareció con el triunfazo ante La Unión por 79-75, y desde allí, el panorama del equipo de Vicente López cambió radicalmente: le tocó salir de gira, la cual comenzó por Santa Fe con una derrota, pero luego la ruta continuó en Córdoba, donde consiguió dos batacazos: le quitó el invicto a Instituto en el Sandrín (74-71), y hundió a Atenas al vencerlo 95-71, para terminar el 2021 con otra energía. De todos modos, el Marrón es tercero en puntos recibidos (83,4), aunque el que tiene más alto porcentaje en triples (38,3%, con 9,3 por partido). Felipe Pais es la figura del ataque, con un promedio de 16,3 tantos por juego y 4 rebotes, seguido de Patricio Piñero (12,8) y Julián Aprea (11,2).
Atenas (2-9)
El Griego tuvo un gran nivel en el Súper 20, pero no pudo extenderlo hacia el comienzo de la Liga. Las dos victorias fueron ante Platense, en condición de visitante por 105-88, y en el Cerutti por 101-81 contra Argentino de Junín, en el anteúltimo cotejo del 2021. No logró imponer su juego, su defensa, ni su velocidad, y la capacidad anotadora de Latraius Mosley (segundo goleador de la Liga con 19,6 por juego) se vio opacada por los resultados. Ante los resultados, la dirigencia cambió el entrenador: salió Saborido y el que tomó las riendas fue Arrigoni, que estaba como asistente. En su debut consiguió el triunfo ante el Turco, pero luego se dio la caída contra Platense. El otro cambio es que Eduardo Gamboa no seguirá siendo parte del plantel, por razones tácticas y de reestructuración del equipo. Ahora intentará afrontar la segunda parte de la temporada buscando salir de los puestos de la serie por la permanencia.