Liga Argentina · 13 de Junio de 2019

San Isidro (SF)

"Estoy viviendo dentro de un sueño hecho realidad"

Conociendo como nadie el momento que vive San Isidro como club y dentro de su rica historia, Germán Sciutto, ícono de los Halcones Rojos, no oculta su enorme felicidad en la previa a las Finales de la Liga Argentina. La palabra autorizada del Gringo y toda su historia.

Por Lucas Leiva

Erigirse como uno de los nombres más importantes que defendió los colores del club dentro de una institución que tiene una riquísima historia no puede conseguirlo cualquiera. No es para improvisados, ni tampoco para quienes no estén dispuestos a poner todo su corazón en pos del club, pero sí es para quienes logran trascender por generar un lazo inquebrantable con la entidad misma, con quienes de solo escucharlos hablar denotan ese amor por el club, por aquellos quienes emiten un aura propia de la filosofía y sentir de la institución en cuestión.

Quizá esto sea algo que puede pasar con aquellos jugadores que tienen un arraigo claro hacia el club. Y dentro de ellos puede pasar más a menudo con aquellos atletas que se criaron en los pasillos del club, en la cancha, que labraron su trayectoria deportiva muy vinculada a sus orígenes. Entre otros casos pueden mencionarse jugadores que, más allá de no haber nacido deportivamente dentro de una institución, generaron una unión sólida construida a través del amor y del sacrificio gracias a todos los años en los que defendieron los objetivos del club.

Existen casos admirables en ese sentido, y uno de los más particulares es el de Germán Sciutto. El Gringo es uno de los máximos íconos y referentes de San Isidro, equipo finalista de la Liga Argentina por primera vez en su historia y club que está a tan solo un paso de concretar sus sueños de ascenso. La temporada que han hecho los Halcones Rojos en esta 2018/19 de la categoría es brillante, y Sciutto es uno de los protagonistas destacados de la ilusión que sostienen los sanfrancisqueños.

Con 41 años (nació el 12 de marzo de 1978 en Marcos Juárez, Córdoba), Sciutto es uno de esos actores que mejor sabe cuáles son las sensaciones que atraviesa San Isidro, sumergido en esta actualidad increíble que lo pone a tan solo tres victorias de ganarse un ascenso a la Liga. Y como explicó el propio alero de 1.91 metros, hace 13 años que el club se encuentra dentro de la categoría y esta es la primera vez en su historia que tiene la posibilidad de luchar directamente por ese sueño.

Independientemente de haber surgido de San Martín de Marcos Juárez, el Gringo dio su primer paso como jugador profesional en San Isidro y, repartido entre varios periodos, lleva 11 años dentro de la institución. Arrancó su último y actual periodo dentro de la institución en la 2015/16 y desde entonces no se fue nunca más, jugando 6 de los últimos 7 años en el club que lo adoptó y lo convirtió en una leyenda viva (en el medio jugó una temporada en Instituto, donde consiguió el ascenso en el 2015). Hoy, ante la gran posibilidad de pelear mano a mano contra Platense para llevar a San Isidro a su gloria máxima, Sciutto no solamente se ilusiona, sino que además recuerda, siente y sueña con todas sus fuerzas.

- Contame un poco cómo fue bajar toda la espuma de lo vivido el fin de semana, con ese toque final que fue llevarse el quinto punto en casa en la serie contra Barrio Parque, y cómo lo viviste.
- Todo partido que va a quinto juego siempre es cerrado, no vi nunca uno diferente más allá de algunas excepciones. Es muy difícil que un equipo saque 15-20 puntos y el contrario no lo siga al otro. Fue un partido que desde que vos llegás, donde sentís el aroma a final de conferencia, sentís a la gente, el apoyo... Realmente yo lo vivo así porque he vivido varias. Uno ahora trata de ir un rato largo antes al estadio, mirar todo a su alrededor, observando cómo te mira toda la gente para transmitir toda esa energía positiva que tiene, los de seguridad, los que atienden el bar, los que cobran entrada, los que están en el portón cuidando, los que hacen choripan, hamburguesas... hay muchas cosas que yo empiezo a observar, a saludar, a la pasada hacer un chiste... son todas cosas que yo disfruto mucho más, no entro con auricular buscando llegar al vestuario y ya está. Primero hay un montón de cosas que uno no se da cuenta y después sí, cuando entro al vestuario ya me transformo en un jugador de básquet y trato de concentrarme en lo que hicimos hasta hace poquitas horas, que fue el scouting o el plan para llevar a cabo un partido. Y después cuando salí del vestuario seguí viendo cosas en la cancha, pensando en cómo tenés que marcar a aquel, en qué virtud tiene el otro equipo y pensar en las jugadas, y muchas cosas donde también está una buena entrada en calor, donde si te duele algún músculo tratar de que no te duela más... son sensaciones que se sienten muy pocas veces, porque muy pocas veces se puede llegar a finales o momentos en lo que estamos llegando nosotros. Creo que yo lo disfruto más de todo este lado que te digo, más tranquilo. No sé si es distinto o porque tenga tantos años de carrera es que lo disfruto por ese lado. Disfruto mis minutos en el campo, que son entre 10-15-18 aproximadamente... depende de lo que el entrenador necesite. Lo disfruto. Trato de darle al equipo lo mejor de mí a esta altura. Trato de no pensar más allá, simplemente pensar en todo lo que vine jugando durante el año que fue muy bueno, excelente, con un equipo competitivo donde realmente todos juegan bien. Somos entre 8-9 jugadores que jugamos todo el tiempo, y el entrenador sabe que atrás tiene 3-4 jugadores que están esperando para entrar. Y eso está muy bueno. Hay veces que no hay espacio y otras veces que sí hay, pero uno tiene que estar siempre preparado y predispuesto a todo momento al pedido del entrenador.

- ¿Qué sentiste al ver todo ese clima que se tejió el domingo? Porque más allá de la serie que ganaron, la realidad es que viene de la mano de un hecho histórico que es llegar a esta final.
- El otro día la cancha fue... no entraba un alfiler. La verdad es que mirabas para arriba y parecía como si se cayeran todos los hinchas. Nunca se vivió en la ciudad algo así y creo que también se disfruta mucho por todo eso. Y es como decís vos, después del nerviosismo, la concentración que tiene que tener uno dentro del partido, después de toda esa parte donde uno tiene que ayudar y decir, se dio gracias a Dios todo el festejo que se vio. Ahí es donde vos te sacás esa euforia que tenés, donde llegás a lograr un objetivo más que nos hemos planteado. Justamente lo puse en estos días en un tweet, eso es algo que para los jugadores se logra con todos, no solamente nosotros. Lo logra la gente, por acompañar durante todo el año que lo hicieron bastante bien, no como estaba la cancha el domingo donde había 2000-2500 personas, pero para mí en todo el año fueron 800 personas todos los partidos. Y también es de los dirigentes, se logró también con ellos. Hay mucha gente que fue parte de esto y que quiere seguir logrando cosas, por eso esto que vivimos está muy bueno.

- Siendo uno de los protagonistas que mejor puede entender un poco el sentimiento que existe hoy, ¿Qué significa para San Isidro todo esto que vive como club?
- Mirá... yo tuve 11 años con Sani, y ellos en total habrán tenido 13 años dentro del TNA... y siempre se han pasado por muchas etapas. Al principio cuando estuve acá siempre se jugaba para abajo y fueron diferentes dirigentes, pero siempre la misma gente de esas caras que van a la cancha, y se fueron sumando más y más. En aquel entonces, cuando hubo un parate y San Isidro se fue al descenso, que estuvo algo de 3 años sin jugar nada, habíamos llegado a semifinal y no jugábamos en la cancha de San Isidro sino en la cancha de El Ceibo. Te abro un paréntesis, esa cancha la había hecho el Gobierno de Córdoba para jugar el último Argentino donde estuvo Pichi Campana, Marcelo Milanesio, Ossela y miles de jugadores más, donde la gente fue terrible cómo llenó la cancha con, no sé, 3000 personas en todos los partidos, y todos esos partidos repletos de gente. Nosotros ese año, con el empujón que hubo del Argentino, se hizo un equipo competitivo y llegamos a la semifinal del TNA, y me acuerdo que la gente también había acompañado un montón, pero era otra cancha, no era acá en San Isidro, e igual acompañó. Después cayó San Isidro, y volvió a jugar en esta categoría hace 6-7 años. Pero desde que ascendió esta última vez siempre fue protagonista, siempre estuvo entre los 4-5 mejores equipos peleando para arriba. Salvo el año pasado que fue una temporada catastrófica en todo sentido, donde se dio algo negativo en todo sentido. Y verlos y conocer dirigentes de acá, y tengo mi cuñado que es uno de los principales dirigentes de San Isidro, que pelean, luchan y quieren al club, porque son dirigentes pero también hinchas de Sani, sabiendo que son dirigentes, que cada año que termina ya a los 10 días se juntan para hablar del próximo campeonato. Eso no hay muchos dirigentes que lo hagan, y acá en Sani lo hacen muy bien y de forma seria. Aparte que lo hacen con pasión, no es que lo hacen por hacerlo, lo hacen con mucho amor y mucha pasión. Le transmiten y le dan de su vida muchas horas de trabajo al club. Entonces lo que significa este momento para San Isidro es algo que hace 7 años se viene buscando, hace 7 años consecutivos que esta gente viene buscando estas cosas.

- Y el peso debe ser mayor sabiendo que, si antes era difícil llegar a una final, ahora a mayor cantidad de aspirantes y mayor competición se torna un poco más complejo. Pero sin dudas que el sacrificio se valora más.
- Seguro, es muy difícil llegar a una final, más con casi 30 equipos. Antes eran 16 y era difícil, y ahora son casi el doble, así que es más complicado todavía. Es una locura llegar a una final, entonces imaginate lo que es llegar a ascender. Es mucho esfuerzo de todos lados, no solamente de los jugadores que es lo que uno ve si mira solo lo que pasa dentro de la cancha, sino que hay mucho esfuerzo y sacrificio de todas las partes del club. Entonces, lo que ahora está viviendo Sani ahora, es felicidad como pocas veces se ha visto. Pensá que vos llegás a un objetivo que hace muchos años venís buscando. No es lo mismo buscar objetivos rápidos y se den al toque, que buscar ese objetivo que siempre lo tenés ahí pero no se te viene dando la posibilidad. Por eso creo que tiene un sabor totalmente distinto, porque son años y años luchando y luchando, y nunca aflojando. Porque a veces te va mal o a veces armás equipos espectaculares queriendo ascender y no lo lográs, y esos son palazos que uno ve cómo lo sienten. Entonces, hoy en día ven que este es el fruto que lograron tener a través de tantos años. En su momento armaron cosas muy buenas y no se les daba, y este año armaron un equipo muy competitivo donde todo se está dando. Todos los años van a decir que arman equipos competitivos pero esta temporada querían antes ver cómo estaban. Y de a poco se fue armando todo este equipo tan competitivo, largo, pero no sabías con qué te ibas a encontrar. Con un entrenador nuevo, con un estilo muy inclinado al estilo que siempre tuvo el club, de jugar rápido y defender duro, algo que siempre tuvo San Isidro desde esos inicios cuando estaba Antonio Manno y después siguió con varios entrenadores. Después se fueron dando objetivos que nos fuimos poniendo tanto cuerpo técnico como nosotros los jugadores, y llegar hasta acá, donde de más está decir que no nos vamos a querer quedar con la Conferencia Norte, queremos darle al club un ascenso que hace muchos años viene buscando, entonces creo que lo vamos a tomar muy seriamente. Seguramente del otro lado estará Platense que va a querer ascender sí o sí, entonces va a ser una lindísima serie. Siempre jugar finales es bueno, como decías vos no es fácil llegar a este punto, de ninguna manera es algo sencillo. Suelo decirle a los juveniles cuando están en el banco y no juegan "¿Saben cuántos juveniles quisieran estar en el lugar de ustedes?". Y lo mismo pienso de mí "¿Sabés cuántos quisieran estar en mi lugar y jugar una final?"... Muchísimos. Siempre pienso en eso. Siempre digo que cuando alguien está enojado porque no juega hay que pensar cuántos jugadores quisieran estar sentados nomás en el banco de suplentes viviendo este día, este partido o serie. La verdad es que es algo totalmente increíble.

- Venimos mirando hacia atrás en la historia, y no puedo evitar preguntarte un poco sobre tu sentir y ese vínculo inquebrantable que tenés con Sani. ¿Lo vivís de manera distinta que a la que puede vivirlo cualquier otro jugador? Da la impresión de que esto te va a quedar grabado por siempre sea cual seal resultado en las Finales.
- Mirá... yo cuando llegué a San Isidro salí campeón de la B al TNA. Tenía 18 años. No entendía qué había ganado, solo sabía que había ganado. Lo disfruté, lo recontra festejé y no me voy a olvidar nunca más de eso porque fue mi primer campeonato profesional. San Isidro fue el primer club profesional que tuve. De hecho tengo gente que está viviendo acá en San Francisco y a veces nos juntamos. Y yo soy un chico que donde nací, en Marcos Juarez, siempre jugó en buenos equipos las veces que lo hice, estando un par de años en Liga B y en Liga Nacional. Vivía cerca del club, a unas cuadras, y me la pasaba en todo momento dentro del club realmente. Vivía con los jugadores de la B o de la Liga Nacional, iba a ver los entrenamientos, invitaba a los jugadores a casa a comer, hasta a los americanos los invitaba a comer... miles de cosas. No te digo con 15 años, sino teniendo 7-9 años. Siempre sentí respeto por todos los jugadores. Esas imágenes no se las olvida nunca más, porque a esa edad ya me daba cuenta de que quería ser jugador de básquet. Me puedo olvidar algún nombre o lo que sea, pero esas cosas no, de momentos especiales y de esos que te marcan no me olvido nunca. Te puedo mencionar un montón de momentos.

- Denota un poco que toda esa chapa y lo que viviste dentro de Sani te hace ese gran referente que todo equipo necesita, más en estos momentos.
- Yo no sé si soy un referente del club, realmente tengo que decírtelo. Sí siento que los jugadores me transmiten un respeto muy grande, los pibes, los que vienen de afuera, los mayores, los jugadores contrarios cuando vienen a jugar... a lo mejor en ese momento no te das cuenta pero siento ese respeto cuando voy al vestuario y me pongo a pensarlo, cuando te dicen "estuviste bárbaro" o "estabas impecable físicamente"... me pasó en el último partido que nos elogiamos mutuamente con el Gabo Mikulas. Creo que ahí te das cuenta, porque uno a veces no se da cuenta cuando es un líder o es algo dentro de la cancha que puede darle muchas cosas a su equipo más allá del juego. Y yo trato de hacerles entender a los pibes del lugar donde están, de en qué club están. Porque Sani no es un club cualquiera, sino un club con mucha historia, es un club donde se trata de hacer lo mejor posible, de que los jugadores que vienen traten de tener toda la comodidad. Puede tener errores porque sería una mentira que un club no tenga errores, gracias a Dios los puede tener, pero es un club donde te tratan con mucha pasión y tratan de que los jugadores que vienen estén bien, que estén al día y demás. Esas cosas se las hago valorar a los jugadores que vienen, y trato de que se sientan muy bien, de que si incluso les llega a faltar algo que lo hablen conmigo que yo lo trato de conseguir por tantos años en los que estoy acá. Trato de hacerles entender que San Isidro es un lugar realmente para jugar, porque es un club que tiene todo; una ciudad linda, un club que es chiquito pero a su vez tiene muchos socios y jugadores de inferiores, y un club que marca bastante dentro de la categoría. Para mí uno de los mejores en todo sentido. Entonces a uno le pasa que como profesional ya arrancó acá y está viviéndolo a full, lo que me está pasando a mí, porque no sé cuántos años más voy a estar, porque no sé si después de que termine esta temporada pueda seguir jugando o no. Pero lo vivo como si fuese el último.

- Les falta dar un paso que va a ser esta serie final, pero quizá en estos momentos y después de una temporada desgastante no hay otra cosa que importe más que terminar de cristalizar ese sueño para San Isidro.
- Sí, y es que lo disfruto tanto pero tanto que es como si estuviese viviendo dentro del mismo sueño. Es tanto lo que estoy viviendo en este sueño club, que no quiero que nada ni nadie lo arruine. Creo que no hay un momento que pueda arruinar esta realidad que está viviendo San Isidro. Entonces, al vivir en un sueño hecho realidad, que es estar en un momento donde quisimos estar desde hace muchos años, no quiero que haya momentos malos o tristes. Por supuesto que los momentos tristes hacen crecer al club como te decía antes, hacen crecer al jugador y a todos, pero en este momento hay que poner todo lo positivo y todo lo que se está generando, todo lo que vive la ciudad, lo que viven mis hijos y mi señora, todo eso trato de meterlo y centrifugarlo en el poquito espacio que hay hoy en día. Porque son poquitos los espacios y poquitos los días antes de que arranquemos las Finales, ayer ya empezamos a pensar y a entrenar en Platense. Entonces hay que tirar para adelante... si tengo gripe no voy a tenerla, si tengo dolor en la pantorrilla no voy a tenerlo o es mentira... cosas así, porque creo que esas cosas van a hacer que se disfrute mucho más lo que estamos viviendo y lo que se viene. Creo que te darás una idea de cómo siento a San Isidro en mi vida, soy un chico que profesionalmente nació acá, el club me dio un trampolín para poder en todos lados donde te puedas imaginar, me dio a mi mejor entrenador que fue Antonio Manno quien me dio todo, y hoy estoy disfrutando de que hoy en día estoy donde estoy gracias a la cuna que tuve en San Martín de Marcos Juarez y el profesionalismo que me dio San Isidro, cosas realmente increíbles que me pasaron en la vida.


Fotografías: Gentileza Prensa San Isidro