Todo Básquet · 18 de Agosto de 2016

“Soy un afortunado de haber vivido todo lo que generó este equipo”

La cámara lo seguía en primerísimo plano, mientras el reloj continuaba su carrera hasta el chicharrazo final. Ese rostro transmitía un cúmulo de sensaciones, con las lágrimas que se escapaban de sus pupilas. Los monstruos extraterrestres hicieron fila, y lo esperaron pacientemente como los niños un helado, para saludarlo y abrazarlo. Una leyenda, la leyenda llamada Emanuel David Ginóbili.

La derrota frente a Estados Unidos significó el fin del sueño argentino en Río 2016, pero sobre todo el cierre de la Generación Dorada y el retiro del seleccionado del escolta bahiense. Bajo una despedida ruidosa de los presentes en el estadio, Manu habló en la zona mixta, para permitirle al público conocer un poco del trajinar de sus emociones.

En primera instancia, Ginóbili reconoció que tenía pensado tratar de evitar todo ese final. “Mi idea era hacerlo pasar lo más desapercibido posible, pero conspiraron contra eso desde el Oveja, mis compañeros y el oficial que me dio la pelota. Lograron que sea más emotivo. No queda más que ponerme contento, más que triste, soy afortunado de vivir esto a los 39 años. Siento que contribuí al equipo, estuve sano, así que es un lindo regalo que me pusieron en el camino y lo pude aprovechar”, soltó.

Con la memoria en modo retrospectivo, Manu recorrió todo este ciclo con aquel inicio en el Mundial Sub 22 de Australia. “Fueron 20 años, toda mi adultez con esta camiseta, si bien me salteé algunos torneos, pero si pasaron un montón de cosas, momentos muy altos en lo emocional y otro duros que te unen con gente. Soy dichoso de haber vivido todo esto que se generó alrededor de este equipo”, describió el medallista de oro en Atenas 2004.

En la continuidad del repaso del legado de este seleccionado, Emanuel contó: “Fue un placer enorme, lo que se dice Generación Dorada fue un grupo de 30 jugadores, que hemos representado al país como se debe. Me hace bien sentir que fui parte de un equipo que dejó eso”.

En un cruce con su hermano Leandro, que transmitió por la Televisión Pública, Manu intentó detallar los instantes finales del encuentro y sus pensamientos. “Uno dentro de la cancha por ahí no tiene tiempo, pero termina el partido y te abrazas con tus compañeros, con el cuerpo médico y técnico que hemos compartido muchas cosas y empezás a pensar en lo que uno relegó y que llega un final. Emociona la despedida de la gente, el afecto y como que uno cae de golpe, es un sopapo de realidad”, exteriorizó el mejor basquetbolista de estas tierras.

Gracias por todo Emanuel David Ginóbili.

 

Informe: Prensa CABB Foto: FIBA

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