Informes Especiales · 01 de Mayo de 2020

Estudiantes de Olavarría y sus años de gloria

En menos de un mes, se cumplirán 20 años del primer título de Estudiantes en nuestra Liga Nacional de Básquet. En esta nueva sección nos proponemos volver al pasado para recordar a nuestros campeones, aquellos que marcaron el camino de la competencia nacional. En la entrega número seis, el Bataraz, dueño de la temporada 1999-2000 y 2000-01. El recuerdo de las finales, anécdotas que nunca escuchaste y testimonios de los propios protagonistas de aquella época gloriosa donde Olavarría brilló en el plano nacional e internacional.

Por Noelia Ortmann

Tras grandes actuaciones en competencias regionales y provinciales, el Bata lograría consolidarse y llegar a la primera categoría en la 1996-97. En 1998, con Sergio Hernández a la cabeza, iría conformado un equipo con jugadores importantes, al siguiente año se sumarían Rubén Wolkowyski y Daniel Farabello. El camino al título comenzaría tras quedar primero en la A1 y clasificar directo a Cuartos de Final.  

“Con el Lobito Fernández llegamos a Estudiantes. El primer año fue muy duro porque nos salvamos del descenso en la 1997-98. En la próxima temporada llegó Sergio Hernández. Se hizo una campaña decorosa, siempre buscando mejorar. Después vinieron Dani (Farabello), llega el Colo (Wolkowyski), Eubanks había jugado con nosotros el año anterior, media temporada, llega McCray también. Se armó un equipo con buenos jugadores, la idea era mejorar lo del año anterior”, cuenta Claudio “Lolo” Farabello.

“Se formó una muy buena química. Yo venía con un problema físico, para mí era un nuevo desafío. Nunca se pensó que podíamos ser campeones y dominar La Liga como la dominamos. Una vez que terminamos primeros empezamos a entender que podíamos pelear por el campeonato. Lo que nos movía era la unión”, recuerda Rubén “el Colo” Wolkowyski.

Otro de los integrantes de aquel plantel, Daniel Farabello, rememora: “Nosotros perdimos la final con Boca e íbamos por la revancha con el Colo. Había mucha química, con los compañeros, el cuerpo médico, los choferes, que eran fundamentales, Richard, que Dios lo tenga en la gloria”.

Hay un torneo muy especial que vivió Estudiantes con un subcampeonato incluido allá por el Viejo Continente, más precisamente en Holanda, en la llamada “Semana del Básquet Holandés”. Daniel Farabello vuelve al pasado y recuerda aquella anécdota: “Viajamos el 24 de diciembre de 1999, pasamos Navidad arriba del avión, que la íbamos a pasar mal, que terminaba un milenio. Era una buena oportunidad para mostrarse, con grandes equipos, jugamos de la misma manera, con mucha soltura, lamentablemente no pudimos ganar, pero nos dio un pantallazo de la calidad que tenía el equipo”. Para el “Colo” Wolkowyski fue especial: “Para mí fue muy importante, porque ahí me vieron de la NBA. Yo no quería ir. Mi mujer estaba embarazada, me acuerdo del viaje en avión, fue doloroso hacerlo. Una vez que llegamos ya nos empezamos a reír”. Eubanks terminó como el máximo anotador y formó parte del quinteto ideal junto con Daniel Farabello y Wolkowyski.

Estudiantes superaría a Quilmes de Mar del Plata en Cuartos de Final por 3 a 1 y a Gimnasia de Comodoro Rivadavia por 3 a 0 en Semis. “Recuerdo que después del partido que le ganamos a Quilmes, cantábamos que íbamos a salir campeones. Con Comodoro fue 3-0 y ahí creo que la gente se dio cuenta. 22 kilómetros antes de llegar a Olavarría ya había banderas”, sostiene Daniel Farabello.

“Cuando empezaron los playoffs realmente se sentía la gente. No era fácil llenar un estadio tan grande, conectábamos con ellos”, (Rubén Wolkowyski)

En la final ante Atenas ganaron los locales los dos primeros juegos por 86 a 80 y 82 a 66.  En el tercero y cuarto, Atenas apostó más a los internos, dejó de lado el juego estacionado y el triple como recurso ofensivo. Llegó a sacar 24 puntos de diferencia para ganar por 95 a 77 y empató la serie con un 78 a 70. El Bata volvería a ganar en casa (81-76) y el Griego sumaría una nueva victoria en Córdoba en el sexto encuentro (80-72) para llevar la final a un séptimo partido. 

Jueves 25 de mayo. Un MaxiGimnasio “Parque Carlos Guerrero” colmado por más de 7.000 personas. En los últimos tres minutos de aquel último y definitivo partido, el Bata estaba abajo en el marcador, pero un triple de Nicolás Gianella igualó el tablero en 66. Luego aparecieron “el Colo” y Baldo para revertir las acciones y una volcada final de Gianella determinó que el triunfo (finalmente por 80 a 71) y el título quedaran en manos del conjunto de Oveja Hernández.

Gustavo Fernández nos deja su palabra sobre su primera Liga con Estudiantes: “Estudiantes sin ser un equipo de mucha historia pasó a tener una presencia en La Liga impresionante. El último juego fue en Olavarría, donde entraron 7000 mil personas. Cada vez que llegábamos, toda la entrada estaba llena de gente esperando entrar. Te daba ansiedad, adrenalina. Era difícil no dejarse intimidar por ese escenario. El nivel de jugadores que había también en esos dos equipos era terrible. Oveja me dejaba en claro que quería que yo me haga cargo ofensivamente del equipo. Confiaba en que yo lo llevara para el lugar más adecuado. Eso me daba mucha tranquilidad y seguridad”. Sobre la serie final, D. Farabello recuerda: “Los dos primeros partidos fueron muy luchados. Creo que cada uno pudo mantener su localía, ser firmes. En el séptimo también estuvo el factor gente”.

“Nico y Víctor hicieron un partidazo. Yo salgo por cinco faltas personales y entró Nico y la rompió toda. Él y Víctor hicieron los últimos puntos del séptimo partido fundamentales. Cualquiera reemplazaba a cualquiera”, (Daniel Farabello).

“Fue una final para mí increíble. Atenas había llegado muy bien. Fue muy linda, una de las finales más emotivas que tuvo La Liga Nacional. Nunca se me hubiera ocurrido llegar de ahí a la NBA”, rememora “el Colo”.

Con la partida de Wolkowyski a la NBA y las salidas de Eubanks y Gianella, la versión de Estudiantes 2000-01 se tendría que rearmar en algunas posiciones. El plantel contaría con algunas caras nuevas: Paolo Quinteros, Gabriel Fernández, Byron Wilson y Gabriel Díaz. La primera fase fue pareja. El Bata terminó con el mejor récord (24-6). Para afrontar las instancias finales de La Liga y la final de La Liga Sudamericana, el conjunto de Oveja Hernández contrató al extranjero Owens, quien ayudaría al equipo en el juego interior.

Tras obtener el Torneo Panamericano de Clubes ante Aguada, Estudiantes llegaba a los Cuartos de Final con un nuevo pergamino en su carrera ascedente y sin límites en la elite del básquet nacional: el título de La Liga Sudamericana frente a Gimnasia de Comodoro. Ya en Cuartos de La Liga Nacional superaron a su par de Bahía Blanca por un 3 a 0 para llegar a una nueva Semifinal, donde dejarían en el camino a Boca (3 a 1). En la final lo esperaría Libertad de Sunchales. Los de Olavarría sumarían el primero en casa (111 a 100) pero perderían el segundo (85 a 84). Ya de visitante obtendrían el tercer y cuarto juego (100 a 83 y 96 a 81), para llevar nuevamente otra final al MaxiGimnasio. Estudiantes lograría el bicampeonato, luego de vencer al conjunto liberteño por 132 a 99. 

De aquella temporada, Gustavo “Lobito” Fernández indica: “Ganábamos cómodos y muy bien y además se nos dio la posibilidad de ganar otros torneos antes de llegar a la final. Creo que Libertad no tenía ninguna chance con nosotros por todo lo que habíamos cosechado en el transcurso de la temporada, el momento que se presentó la final era saber por cuánto ganábamos. En el segundo partido perdemos y la última pelota de ese partido la pierdo yo, entonces me quedó una sensación tan amarga. En Sunchales tuve la suerte de revertir esa situación, jugando bien para traer el partido a casa”.

Federico Marín, actual jugador de Ferro en La Liga, fue parte de aquellos años gloriosos para Estudiantes: "Lo que recuerdo de esos dos equipos es que uno, (el de la 99/00) tuvo que empezar prácticamente de cero, a pesar de que el año anterior desde la llegada de Sergio y Pepo había logrado entrar a playoffs y hacer un campeonato "decoroso" terminando en la 8va. posición (eliminados por Atenas 0-4). Ya desde ahí creo que tanto los dirigentes como Sergio habían encontrado ciertas piezas interesantes para mantener al año siguiente (caso Eubanks, Baldo que eran nuevos en ese armado) más lo que ya se sabía que aportaban el Lobo Fernández, Lolo Farabello, y Nico Gianella. Bastaba reforzar algunos puestos específicos para poder dar ese salto de calidad y comenzar a soñar en algo más grande, ahí fue donde dieron con la tecla justa, la llegada de Dani Farabello, el gran Chila McCray y el Colo Wolkowyski, hicieron que obtuviéramos esa calidad y experiencia que el equipo estaba necesitando. Luego ya saben lo que ocurrió, eso generó una gran confianza para seguir trabajando en esa fórmula que estaba creando el cuerpo técnico, y así conseguir el objetivo mayor de todo deportista. Al año siguiente teniendo esa fórmula ganadora confirmada, solo bastó seguir perfeccionándola, ajustando ciertos lugares que habían quedado flojos por las partidas de Nico, Lolo, Eubanks y el Colo; pero eso símplemente hizo que la llegada de Paolo Quinteros, Gaby Díaz, Byron Wilson y G. Fernández pusiera a Estudiantes en el podio de los equipos más prestigiosos de la historia del básquet, no solo argentino sino también a nivel internacional. A mí gusto ese Estudiantes del 00/01, junto al Atenas del ´97, fue uno de los equipos que más me gustó ver jugar". 

Desde la década del ´90 hasta la actualidad, Estudiantes logró ganarse su lugar en las competencias nacionales. A los campeonatos en La Liga hay que sumar el Torneo Panamericano de Clubes (2000), la Liga Sudamericana (2001); una Copa de Campeones (2000) y el Torneo Top 4 (2002).

"Cuando obtuvimos el primer puesto tras ganarle a Boca se festejó mucho y a partir de ahí tenía un convencimiento tremendo de que íbamos a ser campeones. Los entrenamientos eran fuertísimos, sabíamos lo que nos estábamos jugando. En uno de ellos, Chila McCray saltó en un rebote, cayó y pegó un grito. Nos asustamos. Estábamos todos preocupados. Fueron todos a socorrerlo. Cuando lo levantan, le pregunto si estaba bien y me dice "si tranquilo, ya entrené demasiado, tengo que rendir el viernes". Sergio ya le había sacado la ficha de que estaba actuando y que estaba cuidando el cuerpo, después el viernes la rompió toda como hacía él", rememora entre risas Marín. 

"Creo que fue una temporada muy buena, donde veníamos ganando campeonatos y La Liga era la frutilla del postre. En lo personal fue un año espectacular, por los triunfos y por haber jugado de titular, donde venía a reemplazar a Wolkowyski, que había ido directamente a la NBA. Primero pensé que iba a sentir presión pero el equipo y el tener grandes compañeros me ayudó", cuenta Gabriel Fernández.

"Fue un momento determinante la semifinal, porque en  la final se van dos extranjeros de Libertad y es como que se desinfla con los nacionales solos. Veníamos con una química de equipo impresionante. Realmente nosotros hicimos todo lo que teníamos que hacer para ganarla. En la Semis perdimos con Boca el segundo, yo me quería matar porque venía de Boca y tenía esa competencia en la cabeza de demostrarle a mi equipo que me había dejado ir que se habían equivocado. Hicimos un clic, teníamos que ganar como sea de visitante. Fuimos a buscar los dos, yo era el que más preocupado estaba porque no quería perder contra ellos. Ganamos los dos, creo que fueron mis dos mejores partidos del año, había que ganar y demostrar, terminé en un nivel muy bueno en lo individual", palabras de Gabi Fernández. 

En cuanto a los torneos internacionales rememora: "La final del Panamericano de Clubes ante Aguada en Uruguay fue un partido complicadísimo, en Semis fuimos a suplementario con un tiro de Daniel Farabello, que siempre lo practicaba y esa vez lo metió y después ganamos. Todo nos salía bien, creo que esa fue clave. En La Liga Sudamericana tuvimos una Semi durísima también. En la final enfrentamos a Gimnasia de Comodoro. Fue un año donde todo se nos dio". 

Actualmente, Estudiantes es protagonista de La Liga Argentina, su última participación fue en el Súper 4 disputado en Oberá, Misiones y fue subcampeón de las temporadas 2016-17 y 2017-18, siempre cerca de lograr su vuelta a la élite del básquet argentino. Estudiantes, "el Bataraz", siempre será recordado por la huella que dejó en nuestra Liga Nacional, años de gloria que jamás serán olvidados. 

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