Informes Especiales · 02 de Junio de 2018

· Libertad

Libertad, el Rey en el Norte

Libertad de Sunchales dominó la temporada del Norte desde su regularidad, con mente fría y sangre caliente para ganar muchos duelos difíciles. Los Tigres forjaron carácter y construyeron un equipos desde lo individual a lo colectivo. No sobra nada, pero tampoco falta.

Por David Ferrara

Desde lo matemático, el dominio de Libertad de Sunchales en la presente campaña de la Liga Argentina es irreprochable; lo avalan su récord, su localía, la coronación en el torneo de mitad de temporada y el camino en los playoffs hacia el título de la Conferencia Norte.

Desde lo anímico, la voracidad de los Tigres quedó probada, porque nunca se rindió ante situaciones límites, siempre desafío el designio de saber que la mirada externa por lógica y morbo apostaba a cuándo los de Saborido se caerían.

También los santafesinos demostraron tener espíritu colectivo a pesar de lo que el “pantallazo” mediático puede reflejar. Para hablar claro: un equipo que parecía depender del impresionante goleo de un jugador (Barovero) no estaría destinado a lograr objetivos de conjunto. Pero cuando las planillas estadísticas se hacen un bollo de papel, lo individual aporta en lo colectivo, los roles se definen y los prejuicios y preconceptos van a parar al tacho.

Eso sí, nunca sobró nada, nunca hubo relax y desde el seno mismo del equipo la mirada fue crítica en pos de corregir y nunca subestimar.

Libertad es más que un goleador con buena compañía. Libertad fue más que una racha y mucho más que sólo una cancha repleta de historia. Libertad tiene experiencia, pero también tiene juventud. Y sobre todo tiene hambre. Y se sabe lo peligroso que puede ser un felino hambriento. 

“Tratamos de estar enfocados desde un primer momento, de construir una identidad de juego y de equipo lo más rápido posible y se vio reflejado durante gran parte de la temporada. Hubo bajones, sin duda, pero tratamos de sobreponernos lo más rápido posible y eso nos ayudó a sacar diferencias en momentos claves a la hora de disputar posiciones”, explica Nicolás Copello, conductor que terminó de demostrar su valía en esta campaña, y que repasó también la seguidilla de series ante rivales de alto riesgo que se les presentó en playoffs: “Fueron apareciendo equipos difíciles que por momentos nos dominaban y siempre tratamos de mantener la línea para poder llegar a donde hoy estamos. Los tres rivales que enfrentamos de alguna u otra forma nos hicieron jugar incómodos, pero cuando supimos qué era lo que teníamos que hacer fue cuando mejor se vio al equipo tanto en ataque como en defensa”.

El análisis es obviamente muy bueno. Fuimos cumpliendo objetivos a corto plazo que nos proponíamos con profesionalidad y responsabilidad y no dejamos de estar enfocados en el principal, que es lo que vamos a disputar próximamente”, cierra el joven santafesino.

Independiente de Santiago del Estero, un equipo con plantel de notable jerarquía, fue el primer y durísimo escollo a superar, pero luego llegó un Oberá que junto a Norte de Armstrong quizás sea el elenco que con menor presupuesto mejor jugó en la categoría (se puede no coincidir, obvio). Y por último Barrio Parque. Say no more diría Charly García. Todos cayeron con Libertad y su ansia de retorno.

Creo que el mérito del equipo en todo el año fue la unión entre jugadores y cuerpo técnico, la forma de trabajar, todos llevados por una misma ambición. Incluso hasta jugando mal, tuvimos esa capacidad para ganar partidos que nos llevó a estar primeros y hoy por hoy estar acá. Cada uno entendió su rol, logramos alargar el equipo, lo que nos ayudó en muchos casos a sacar partidos adelante con la rotación”, explica la experimentada voz de Ariel Zago, quien quedó en medio del festejo alocado tras la clasificación en el Hogar de los Tigres: “El festejo fue algo muy lindo, personalmente al haber estado muchos años de mi juventud en el club, me trajo muchos recuerdos. La verdad fue un ida y vuelta con la gente, jugadores y dirigentes que fue creciendo durante toda la temporada. Lo primero que conseguimos fue atraer de nuevo a la gente liberteña, dándole un equipo aguerrido, que se tira de cabeza, que siente la camiseta”. 

Llegar hasta acá nos da mucha satisfacción, somos muchos compitiendo por lo mismo, hubo muchos buenos equipos, una liga muy reñida. Nosotros por momentos no éramos los más compactos, pero cuando el equipo tuvo que salir a jugar partidos decisivos realmente lo hizo a alto nivel y dejando todo. Y te van dejando un aprendizaje. Nosotros quizá necesitamos estar así, bajo presión para sacar nuestra mejor versión. Creo que en eso debemos trabajar para lo que se viene. En tratar de imponer y mantener un gran nivel en toda la serie. Estudiantes demostró ser un gran equipo esta última parte. No nos enfrentamos nunca, así que creo va a ser una serie muy linda. Y esperemos volcarla para nuestro lado”, explica a fondo el interno de Libertad.

El administrador de estos egos y responsable del reparto de roles es Sebastián Saborido, entrenador y “culpable” como cabeza del cuerpo técnico de darle forma a un Libertad que le devolvió las ganas al básquet sunchalense.

“El balance es más que positivo y estar en esta instancia es un objetivo superador. No nos habíamos puesto un objetivo tan alto sino que fuimos creciendo con el torneo, el equipo se fue construyendo durante la temporada y en el Súper 4 llegamos a un punto bastante alto, lo que nos generó confianza, creímos en lo que estábamos haciendo, encontramos la forma de distribuir los roles y el equipo se potenció”, analiza el oriundo de 25 de Mayo, quien ratifica los dichos de sus dirigidos sobre méritos y razones del camino al éxito en la Conferencia Norte de la Liga Argentina: “Una virtud fue la regularidad, no caernos y sostener nivel de concentración e intensidad defensiva que nos permitió estar en las primeros lugares. Ya en los playoffs nos pusimos objetivos cortos, porque realmente fueron muy duros; cinco juegos con Independiente, cuatro con Oberá y cinco con Barrio Parque. Enfrentamos rivales de jerarquía que nos complicaron pero nos mejoraron”.

“Estamos orgullosos y conformes por la campaña y preparándonos con poco tiempo para disfrutar de la final del torneo, que es un premio que el equipo se ganó con esfuerzo”, resalta el entrenador, con el desafío de pelear por título, ascenso, y plaza en la Liga Sudamericana. No es poca cosa. “Más allá de que el objetivo está más que cumplido, es obvio que queremos buscar lo máximo. Estamos disfrutando el presente de la mejor manera porque es algo que nos ganamos”.

La carta de gol se llama Bruno Barovero. Dueño del desequilibrio desde la anotación pero también dueño de los tiempos para pasar la pelota cuando no se puede. De su lectura depende buena parte del andar ofensivo de los Tigres, tanto cuando toma la opción de lanzar como de pasar, algo que destacan sus compañeros.

“No nos podemos dar el lujo de relajarnos. Este equipo ante la adversidad siempre dio la cara. Cada uno respetó su función y con objetivos cortos fuimos avanzando y llegamos a la final. Estamos preparando el último paso para una serie final en la que va a ser vital mantener la localía”, dice el artillero, y agrega: “Tenemos carácter, sabemos revertir errores y hay mucha autocrítica, porque sabemos lo que hacemos mal. Cada uno aporta y eso se vio reflejado durante todo el año”.

“En playoffs enfrentamos a rivales distintos, con diferentes sistemas de juego, nos presionaban, otros doblaban, otros marcaban de a tres los pick and roll pero el equipo siempre sacó la cara. Cuando respetamos nuestra forma de juego, no importa demasiado lo que hace el rival, porque si defendemos bien, después podemos correr, nos volvemos peligrosos, y nos imponemos. Estudiantes de Olavarría va a ser distinto a todos los anteriores y por eso hay que ser inteligentes para aprovechar sus debilidades, pero también para afianzar lo nuestro”.

Y si de roles se trata, el espíritu es Goyo Eseverri, que se desahoga tras una agotadora eliminatoria final: “Tenemos muchos jugadores con experiencia y acostumbrados a jugar este tipo de partidos. De local nos hacemos muy fuertes, tenemos el derecho ganado por haber terminado arriba en la fase regular y el equipo que nos quiera sacar algo va a tener que ganar acá”. En medio de los festejos en el Hogar de los Tigres y a mil tras la victoria que le dio la Conferencia, el nicoleño ya juega la final: “Estábamos tristes con lo que pasó en Córdoba, pero este es el Libertad que yo conozco, la defensa es lo que nos da de comer y eso no se puede negociar. Fue una revancha y un mensaje para los que tienen que venir a jugar acá”.

Sin prisa pero sin pausa, sin lujos pero con buenas armas, Libertad recuperó su mística desde la segunda categoría de la Liga y espera la batalla contra otro gigante del básquet nacional. Y van con hambre. 

*David Ferrara fue productor periodístico de las transmisiones televisivas del Torneo Nacional de Ascenso durante diez años. Jefe de Deportes del diario El Ciudadano de Rosario. Docente en Tea Rosario y en Ieserh Rosario. En Twitter @davidferrara35 

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