Informes Especiales · 25 de February de 2018

· Talleres

Factoría de básquet

Tafí Viejo tiene en Talleres una cantera de jugadores que es orgullo de Tucumán. En la capital del citrus también surgen deportistas de elite y en la tierra de los orfebres del ferrocarril, un equipo trasciende fronteras para que sus chicos no sufran el desarraigo.

Por David Ferrara

Todo en Tafí Viejo es parte de una historia, de una razón de ser y de un propósito, alejado de las casualidades y de la mano de las causalidades. A pesar de no ser una ciudad demasiado grande, se encuentra entre las tres más importantes de Tucumán, a menos de 20 kilómetros de San Miguel y ostenta el privilegio de ser la capital mundial del citrus. Pero claro, la nota no trata sobre limones.

Cuentan que los talleres ferroviarios de Tafí Viejo fueron de los más importantes del país, le dieron trabajo a miles y miles de obreros hasta que sufrieron su cierre. Pero no había lugar para darse por vencidos y hoy se mantienen funcionando, aunque, obvio, lejos de su apogeo. Pero claro, esta nota no se trata sobre talleres ferroviarios.

Ya hace más de cien años que producto de la población en aumento y del barrio que crecía en la cercanía de los talleres más sus propios empleados, nació un club. De eso sí se trata esta historia.

Talleres de Tafí Viejo ya tiene 102 pirulos y en esta campaña desembarcó en La Liga Argentina con el bagaje a cuestas de una buena faena en el Federal, pero viene acompañado de una forma de entender el básquet que merece ser contada, además de comenzar a conocer a la que es una de las canteras más prolíficas de los últimos años, aunque quizás pocas veces reconocida.

Mario Vildoza es el entrenador del equipo y de los seleccionados tucumanos. Es el primero en saber que la pertenencia y el arraigo son la moneda que mejor cotiza en el pueblo taficeño. “Soy nacido en el club y vivía a media cuadra. Hice todas las inferiores hasta los 15 años y después estuve como entrenador estuve desde 2007 a 2010 con los torneos locales y regionales, hasta que en 2012 volví para el Federal, en el que participamos durante cinco temporadas hasta que surgió la invitación para la Liga Argentina”, cuenta y explica las bases del proyecto que le toca comandar desde el costado del rectángulo: “La filosofía de la institución fue siempre la misma: darle la prioridad a la gente del club, completar un equipo competitivo pero mantener la humildad y buscar buenas personas para incorporar además de buenos jugadores”.

Mantuvimos la base del equipo del Federal y se está dando todo bien en esta campaña. Es importante tener a jugadores de Talleres y de Tafí para que la ciudad se identifique. Si bien es la primera Liga Argentina que jugamos, estamos convencidos de ir a buscar la competencia más alta que se pueda”.

“Tafí es una ciudad grande pero con idiosincrasia de pueblo y Talleres es un club con un predio que cuenta con canchas de fútbol, de tenis, pileta, pero la realidad es que la pasión pasa por el básquet. En un lugar de 50 mil habitantes hay seis clubes de básquet, y la gente es fanática, acompaña, le gusta el buen básquet y estamos acostumbrados a ver la cancha llena”, cuenta Vildoza, que es un apellido redundante al hablar de la historia del club, pero también se su presente y su futuro.

Es que si bien Mario Ubaldo jugó y es uno de los históricos tanto como basquetbolista y entrenador, su hermano José Marcelo también se anota en la galería de héroes de la región al lograr ser campeón de la Liga Nacional con Peñarol. Y ambos también se ocuparon de ampliar el árbol genealógico basquetbolero con dos bases, Leandro (Estudiantes de Concordia) por el lado de Mario y Luca (Baskonia) por el de Marcelo. Claro está que aquí los genes taficeños se fusionaron a los marplatenses. No son los únicos que hacen sonar el nombre de la ciudad y del club en las canchas de la Liga. Se suman Iván Gramajo (Ferro) y Sebastián Orresta (Estudiantes de Concordia). “Ellos son nuestro orgullo”, explica Mario.

Y también son la razón para jugar a nivel nacional, así no todos los chicos deben irse de su lugar para triunfar lejos de casa. Lo cuenta Leandro, uno de los que vive la experiencia nacional e internacional en Concordia. “Tengo mis mejores recuerdos en el club. Con mis amigos crecimos ahí. Nos despertábamos e íbamos al club. Verlo en ese nivel y hacerlo con gente de la institución, con mi viejo como técnico, me da una felicidad enorme. Ellos nos producen alegría y estamos orgullosos de lo que están haciendo”, describe el base, quien le busca una explicación a tanto talento que surge en un club de una ciudad tucumana conocida por producir limones: “La cancha está todo el día ocupada. Haya o no haya práctica, los chicos se la pasan jugando al básquet y eso muestra sus ganas. Y lógico que se trabaja muy bien en formativas. Ojalá sigan saliendo jugadores y defiendan esos hermosos colores”.

Otro apellido redundante en el León es Solórzano. Rubén dirige a la institución y Jerónimo es símbolo en la cancha. “Talleres es un club que en octubre cumple 103 años, en el pedemonte de las montañas, donde se respira basquetbol. En los últimos 7 años fuimos campeón de la liga tucumana 5 veces y en 2010 campeón en todas las categorías (U13, 15, 17, 19 y primera)”, cuenta Rubén, quien explica cuándo dieron el salto: “En el 2006 decidimos trascender las fronteras de la provincia jugando el regional, y trabajamos en el crecimiento edilicio pero también apostando siempre a la formación de nuestros chicos de inferiores, con los cuales jugamos. Luego dimos el salto al Federal durante 5 temporadas, con aceptable participación y siempre tratando de ser protagonistas y no meros animadores”.

“En la temporada 2016/17 del perdimos el último juego y eso nos impedía el ascenso al TNA, ya que en la clasificación general quedamos terceros y había dos ascensos. Cuando uno de los que ascendía (Ramos Mejía) decidió no jugar, llegó nuestro momento por la ubicación obtenida. Era un gran responsabilidad para el club, pero de eso vivimos, de los desafíos, así que comenzamos a acondicionar el estadio, cambiamos el piso deportivo, se cambiaron todas las luminarias, dos nuevos tableros electrónicos de última generación, mejoras en los vestuarios, protecciones perimetrales, dos nuevos baños bajo las tribunas, cerramiento del laterales, nuevos espacios para la prensa, etc. Con un costo de de casi 2.000.000 de pesos. Y se decidió mantener el cuerpo técnico y gran parte del plantel que habíamos jugado en la última temporada del Federal. Es un momento histórico que vive el club y la ciudad, solo basta con ver la concurrencia a la cancha y en las casa y los bares, que se habla permanentemente del equipo del pueblo. Estamos haciendo un esfuerzo enorme, felizmente tenemos el apoyo del gobierno provincial, municipal, de auspiciantes y de varios socios colaboradores. Apostamos como siempre a las formativas por lo que estamos terminando un albergue para reclutamiento de chicos que tengan proyección”, amplia Solórzano, quien supo ser también un jugador destacado a nivel nacional e incluso registra 163 puntos en 13 partidos jugados en la Liga A.

Estamos jugando un buen básquet en un torneo muy exigente, cumpliendo con las expectativas. Esperamos continuar y permanecer en este camino y nunca dejando de soñar a un ascenso a la máxima categoría”, se ilusiona.

Jerónimo es de menos palabras, pero comparte el amor por el club. Y fue uno de los que decidió volver a casa para vivir esta experiencia. “Uno se hace más grande y a medida que pasa el tiempo reconoce qué es lo importante. Hoy lo más importante es defender estos colores, a este público, a la ciudad y a la provincia. Me hace muy feliz jugar con este grupo de amigos y ante un público apasionado. Tafí es muy basquetbolera”, reconoce quien vio la aparición de sus ex compañeros que hoy están en la máxima categoría nacional: “Tuve la surte de verlos crecer a estos chicos que son fruto del trabajo de la institución en inferiores. Hoy nosotros aspiramos a llegar a la máxima categoría para que no se vayan los jóvenes que se están formando”.

La adaptación a los Leones es sencilla para el recién llegado al club. Al menos si reúne los requisitos que Solórzano detallará: “Casi siempre tuvimos la suerte de que los que llegan se dan cuenta de qué busca este club y se adaptan rápido. Acá se elige buena gente más allá de las cualidades de jugador. Y si alguno vino sólo por la plata, no duró mucho en el plantel hasta darse cuenta”.

Otro que sabe lo que es vestir la camiseta de Talleres desde chico es Iván Julián, quien muestra su felicidad por el buen desembarco en la segunda categoría nacional: “Fue una buena adaptación, rápida, transición corta. Nos propusimos objetivos altos aunque sabíamos que no era lo mismo que el Federal y por eso estamos felices”.

“Jugué desde chico en el club y poder estar en la Liga Argentina luego de recorrer las diferentes categorías es una situación de privilegio, un lujo que no muchos jugadores se pueden dar. Desde el piso hasta arriba en una institución de la que vivo a unas cuadras. Te hace inflar el pecho poder vivirlo dentro de la cancha. Es inexplicable”, se emociona.

Para cerrar vale la mirada de uno de los “foráneos” que llegó hace varios años ya al club y se transformó en uno más de los Leones y de Tafí, Gastón García. “Desde que llegué a Talleres me sentí como en mi casa. Es un club de barrio que tiene la gran virtud de tratar al que se suma como si fuera familia. La gente es fenomenal y te hacen sentir cómodo, ser parte, tanto los dirigentes, jugadores e hinchas. Acompañan mucho y se busca ser profesional. No nos falta nada y si falta, se ocupan de solucionarlo”, resume el base.

Una cantera de básquet en la ciudad del citrus. Una filosofía de entender el deporte nacida desde el trabajo diario, el esfuerzo pero también la estética, haciendo valer la memoria de aquellos orfebres de trenes que llevaron vida e ilusión a un país. Ahora ellos llevan el nombre de su tierra a través del juego.

*David Ferrara fue productor periodístico de las transmisiones televisivas del Torneo Nacional de Ascenso durante diez años. Periodista del diario El Ciudadano y La Capital, de Rosario. Docente en Tea Rosario y en Ieserh Rosario. En Twitter @davidferrara35

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