Faltó poco

Por Carlos Altamirano

Estudiantes de Concordia está jugando la final Sudamericana. Muchos se preguntan el porqué. Sencillo: porque logró reinventarse ante la falta de recursos económicos sin perder la humildad y el deseo. Ante ese panorama, a Victoriano no le quedó otra que potenciar a jugadores que en otros equipos jugarían muy poco, o incluso, tendrían más ascendencia en planteles de Liga Argentina. Potenciar al extremo las virtudes. Minimizar las bondades de los rivales desde lo táctico, y con una entrega descarnada. Ese es el secreto.

Aún así, a Estudiantes no le alcanzó en el despertar de la serie (al mejor de 5) frente a Guaros. Mientras tuvo eficacia de 3 puntos y logró crear mediante la ventaja de su epicentro (Doblas), logró lastimar a los venezolanos, incluso estando +6 durante el tercer cuarto. Pero en el desenlace, se quedó sin argumentos: casi 7 minutos sin anotar un gol de campo, y eso, ante un rival poderoso, se paga.

Guaros desequilibró con su plantel más largo y jerárquico, produciendo desde su poste bajo/medio con Colmenares y Echenique, y aprovechando infinidad de segundas chance. Los 10 puntos de ventaja a falta de tres minutos parecían suficientes, pero el equipo de Concordia, acostumbrado a revertir momentos límite, lo volvió a hacer. Se puso a una posesión y casi se lo lleva de arrebato, con más coraje que calidad técnica colectiva.

El 77-74 final deja algo muy en claro: el admirable representante argentino volvió a mostrar sus cartas, humildes pero poderosas, repletas de ambición. Con poco, casi se queda con la ventaja deportiva. Esta noche va por la revancha, suelto, sin presiones más que las propias. Y decidido, como en los anteriores cuadrangulares del certamen, a voltear candidatos

Carlos Altamirano en twitter @altamirano45. Periodista. Relator de básquet en DIRECTV Sports y DEPORTV.

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