Fiesta y pasión en el clásico correntino

El clásico correntino, en el más alto nivel del básquet argentino, cobró mucha más importancia que veces anteriores, debido a que se trata de una final de conferencia. Y esto se vio reflejado anoche en el “Estadio de los sueños”, no solo en lo deportivo, sino en la fiesta que rodeó a tan grande evento.

No solo asistieron una multitud de hinchas de ambos equipos, sino también amantes del básquet y personas que sin tener mucho conocimiento del deporte no quieren perderse lo que significa este espectáculo integral.

Una hora antes del inicio del partido del sábado ya se podía sentir lo que se iba a vivir en la gran fiesta del básquet correntino. En el Parque Mitre se percibía el ambiente de alegría, ansias y pasión, con la hinchada de Regatas coreando sus canciones y los fanáticos de ambos clubes cruzando el parque para ingresar al estadio. Se pudo observar a muchos realizando el mismo ritual de cada partido, algunos comprando Chipá Mbocá, otros comiendo los populares choripanes de Juan Carlos.

En el entretiempo hubo un majestuoso despliegue de la “universidad del sonido”, para así asociar el deporte con otra de las pasiones de Corrientes: el Carnaval.

Por otro lado, ya se veía mucha gente dentro del estadio y las banderas con frases de amor al club colgadas. Los fanáticos (de ambos equipos) vistiendo los colores que los llenan de pasión, y muchas familias, fueron los actores principales de la previa de lo que sería el histórico clásico. Un poco más cercanos a la hora del inicio, algunas comparseras de Ará Berá ingresaron a la cancha para bailar y sambar.

Ya a las 21, la hora del salto inicial, no se veía lugar vacío alguno. La popular estaba colmada, no entraba ni un alfiler, como dice el dicho, y en las plateas tampoco había una butaca libre. Ya se podía vivir y sentir de lleno lo que era el clásico correntino. Como habían dicho días antes los presidentes Eduardo Tassano y Alberto Sottile, ambos clubes quieren conseguir que este sea el clásico más importante de La Liga. Por convocatoria, fervor popular y por lo deportivo, no está muy lejos de serlo.

Los visitantes, ubicados en la tribuna Julio Osvaldo Ceballos, se hacían escuchar coreando canciones. Enfrente, en la tribuna de los Hermanos Cattaneo, la hinchada de Regatas respondía con sus letras. Así, además del básquet, se armó otro duelo: el de las hinchadas. Ambas competían tratando de cantar lo más fuerte posible para hacer llegar el aliento a sus jugadores.

También tuvo su protagonismo el Fantasma, la mascota del equipo local, quien en cada partido logra divertir y entretener al público. En el entretiempo hubo otro show de la “universidad del sonido”, para así asociar el deporte con otra de las pasiones de Corrientes: el Carnaval.

Además de todo esto, el partido en sí fue apasionante, con festejo final para el equipo local (serie 2-1). De esta forma se vivió el clásico, la fiesta del básquet correntino, donde reina la pasión y la alegría.

Informe: Prensa Regatas.

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