Informes Especiales · 28 de Diciembre de 2016

Ferro

Ferro, el gigante que se levantó

Esta es la historia del resurgimiento del glorioso básquet de Caballito y la explicación del actual éxito deportivo. “Aspiramos al título”, dice Balbi. “Somos candidatos”, ratifica Clemente. Testimonios y anécdotas del escolta de la Sur.

Por Julián Mozo

Era fin de diciembre del 2007 cuando, días después de que Ferro descendiera en el torneo metropolitano, un dirigente largó una sentencia durante su festejo de cumpleaños. “Quédense tranquilos, vamos a volver… En ocho años estaremos jugando otra vez la Liga Nacional”, dijo con absoluta seguridad. Varios, pensaron, que tendría algunas copas demás, pero en realidad el operativo retorno ya estaba en marcha, al menos en la cabeza de aquel importante directivo. El trabajo que estaba por delante no era sencillo. Había que reavivar la pasión basquetbolera en el club, rearmar las bases (formativas) y generar un plan a mediano y largo plazo que devolviera al Verde otra vez al máximo nivel argentino, donde había permanecido con gran éxito por décadas (tres Ligas Nacionales, dos Sudamericanos y un subcampeonato mundial). Todo eso pasó y lo mágico fue que se hizo en menos de ocho años. Hoy, nuevamente, Ferro es una marca en la Liga y disfruta de un presente que ratifica un proyecto en crecimiento. El equipo de Alvaro Castiñeira cerró el 2016 con siete triunfos al hilo y es escolta (con récord de 16-7) de San Lorenzo en la Zona Sur, lo que lo ubica como uno de los mejores cuatro de esta joven temporada.

Desde aquel presagio del directivo, Ferro fue paso a paso. El primer año perdió la final con Ramos Mejía, al siguiente cayó en cuartos y en el 2011 llegó el primer gran triunfo: superó a Naútico Hacoaj en la final para ganarse el derecho de jugar el Federal. El primer paso nacional estaba dado. En el 2012 no llegó a playoffs por un descuento de puntos (violencia de sus hinchas contra jugadores de Vélez) y en el 2013 perdió en semi con Estudiantes de Olavarría. Allí se decidió comprar la plaza del TNA y, tras una muy buena campaña, el ascenso quedó ahí. Institulo lo eliminó aunque no paró el fervor de la gente ni el empuje de la dirigencia, que decidió comprar nuevamente plaza, en este caso a Ciclista, para definitivamente volver a la A. Paralelamente, se hizo un trabajo invisible en el club, en el estadio, en inferiores… Hoy se ven los resultados. Ferro tiene más de 200 jugadores y este año estuvo cerquita de ganar la tabla general metropolitana (participan cuatro formativas, que llegaron todas a semifinales). El mítico Héctor Etchart fue reacondicionado tras muchos años de abandono: piso, luces, pintura, butacas, pupitres de prensa, mesa de control, bancos de suplentes, se cambió posición de la cancha para TV, se pusieron los led y se construyeron salidas de emergencia y una nueva entrada para hinchas visitantes.

El paso que faltaba fue el deportivo. La temporada anterior, con Alvaro Castiñeira como apuesta, resultó ideal para volver a pisar en la LNB. El equipo, modesto pero combativo, fue revelación y terminó de motivar a todos para ir por más, con un armado mucho más ambicioso de plantel. “La verdad es que la dirigencia hizo una apuesta grande, fuerte… Mucho se habló de Ferro en el receso y a principios de temporada. Por suerte el equipo fue encontrando el camino y cumpliendo con las expectativas que nos pusieron y que incluso nosotros nos pusimos. Todavía falta mucho camino por recorrer, pero estamos devolviendo con resultados esta gran apuesta del club”, reconoce Balbi. El comienzo del éxito hay que buscarlo en el armado que hizo Castiñeira junto a la dirigencia. Ferro es un equipo equilibrado con dos jugadores rendidores por puesto. El DT lo admite. “Es un equipo compensado, inteligente, con un interno defensivo (Hernández) y otro ofensivo (Alessio), por ejemplo. Ramon es un todoterreno, tenemos dos bases distintos, hay gol en las posiciones del escolta y alero, contamos con un 3 defensivo (Arn) y con la posibilidad que dos sub 23 (Gramajo y Cuello) participen de la rotación, lo que nos estira mucho el equipo y nos permite sostener la intensidad de juego gracias a esta profundidad”, explica Alvaro.

Ferro salió rápido al mercado para sumar a la dupla Franco Balbi-Ignacio Alessio que la venía de romper en Argentino (J), se quedó con Kevin Hernández (interesante surgimiento en Boca) y, más tarde, juntó un muy buen presupuesto y un mejor ojo para sumar extranjeros. El puertorriqueño Ramon Clemente, por determinación, carácter y capacidades, es su estrella. Hoy se ubica 8° en eficiencia en toda la LNB, además de ser el 6° mejor triplero (47%) y el 3° en porcentaje en dobles (64%). El español Alvaro Calvo lo complementa y es una de las gratas sorpresas (47% en triples). Luego se cubrieron muy bien los roles de especialistas con Lucas Arn (defensivo) y Martín Cuello (tirador con hoy tiene el 45% en triples), y se apostó al pibe Iván Gramajo, un talento surgido de Lanús. Ellos se sumaron a la rendidora base que había quedado, con Lucho Tantos como un (gran) base de relevo, el polifuncional Cuello y Jonathan Maldonado, un talento que está jugando su mejor LNB y demostrando que no tiene nada que envidiarle a los mejores escoltas del país.

Lo que se valora de Ferro es que ya tiene una identidad pese a sólo repetir tres jugadores. “Vamos adquiriendo la que a mí me gusta. Estoy muy conforme con los progresos. Creo que eso es lo más importante para un técnico”, dice Castiñeira. La evolución del conjunto es justamente lo que más valora Balbi. “Fuimos de menor a mayor. Al principio nos costó adaptarnos al estilo del DT, porque muchos éramos nuevos y no lo conocíamos, pero la mejora fue constante y hoy nos encontramos en el mejor camino”, analiza el armador. A la hora de buscar las virtudes, Franco habla del conjunto, de las variantes. “Es un equipo con mucho equilibrio y potencial en cada puesto. Cualquiera puede tomar el protagonismo, defensiva u ofensivamente. En ataque anotamos mucho y en defensa hemos progresado”, explica. Clemente acuerda con su compañero y valora “la versatilidad que tenemos, porque no somos un equipo dominado por los perimetrales. Tenemos un poco de todo y eso nos hace efectivos y difícil de defender”, explica en inglés porque cree que “mi castellano es terrible”.

También hay intangibles que hacen de este Ferro un equipo especial. “Primero, el deseo. Es un equipo que necesita que demostrarse entre sus integrantes que pueden lograr cosas importantes”, puntualiza Castiñeira. El grupo que se formó es otro punto fuerte, según Alejandro Sonich, el jefe de prensa. “Hay cosas que no se ven como es la alegría con la que se entrena. Así el PF (Patricio Pallares) les de durísimo en el gimnasio o en la cancha”, explica. Balbi, Tantos y Alessio son clave en ese apartado. Y Clemente es el abanderado de la responsabilidad. También son de juntarse, a comer asados generalmente, pero también para actividades, como jugar al Paintball o ir a ver a Ferro en otros deportes (varios estuvieron en las finales de handball, fueron a ver al equipo de fútbol y participaron de cenas con hinchas), lo que ha fortalecido al grupo humano. “Sí, hay muchos asados, juntadas y charlas de por medio. Disfrutamos de la compañía fuera de la cancha y eso se refleja en la cancha. Realmente el grupo es muy bueno y eso suma mucho”, asegura Balbi.

Si vamos a los méritos individuales, primero hay que detenerse en Clemente, mucho más que el goleador del equipo con 14.2 puntos (igual que Alessio). El boricua, uno de los extranjeros que más lucen en el compromiso, se ha convertido en el alma del equipo. “Sí, siento que lo soy porque juego como un líder emocional. Me gusta tener motivados a mis compañeros y que la gente se alimente de lo que ve en la cancha”, dice. El ala pivote es clave para levantar al equipo cuando pasa por un bache. Una volcada, un recupero o alguna acción esforzada sirven como catalizadores. “Ramon le da mucha energía al equipo, es un tipo súper positivo que siempre está predispuesto a dar lo que el grupo necesita”, asegura Balbi. Los hinchas de Ferro se dan cuenta y lo aman hasta tenerlo como un nuevo ídolo de Caballito. “Cuando uno ingresa a la cancha no se trata de dinero ni de negocios. La gente de Ferro me hace sentir orgulloso. Me demuestra mucha pasión y no hay mejor manera de devolverle ese cariño que sacándole un gesto de felicidad cuando veo sus caras”, devuelve Clemente.

Detenerse en Balbi, el cerebro del conjunto, también es imperioso. Es tan importante su enfoque y lucidez que las veces que fue goleador del equipo, Ferro perdió. Pero casi nunca pasó cuando se destacó en la conducción. Se ríe el juninense de 27 años cuando se le habla de su magia, de esos pases, de faja o sin mirar, que despiertan admiración incluso entre sus colegas. “Son situaciones de juego. Hoy se scoutea tanto que uno debe crear, innovar y yo me animo. Son jugadas que practico y entreno. También es cierto que de tanta caradurez un día le voy a pegar a alguien en la tribuna…”, asegura, humilde, quien se ubica 2° en asistencias de la LNB con 6.4.

Balbi, a su vez, cree que un responsable importante es el coach. “Tiene el gran mérito de haber traído estos jugadores y en haber formado este equipo que ya funciona. Es un técnico con una idea clara de cómo quiere jugar”, asegura. Muchos colegas de Alvaro valoran estas dos muy buenas temporadas de Ferro, sobre todo cómo se adaptó Castiñeira a cada plantel y la coherencia para seguir una línea de juego. Nicolás Casalanguida, DT de Obras, lo expone. “Es un gran trabajo el suyo porque Ferro, además de ser uno de los mejores, exhibe un estilo de juego de Alvaro, el equipo lo ha interpretado de muy buena forma. Ferro tiene una identidad marcada a partir de conseguir que los nuevos se adaptaran a una línea y a los que ya estaban. Este es un valor agregado del entrenador, porque facilita la solidez colectiva. Alvaro es uno de los de mejor papel en esta temporada”, opina. Castiñeira vive un sueño luego de una carrera con un gran perfil bajo, mucho tiempo en el ascenso y la federación de Capital. Pudo dar el salto a la LNB con Lanús y hoy está consolidando como un entrenador importante. El, sin embargo, no se vuelve loco. “Para mí todos los equipos que dirigí fueron importantes, sólo sucede que en esta campaña lo mío tiene más trascendencia”, dice.

Castiñeira valora lo conseguido hasta ahora, aunque sin hacer alarde de nada. “Estamos donde queríamos. Hicimos un equipo para estar en playoffs pero, a la vez, sabíamos que si bien San Lorenzo estaba algo lejos del resto, después podía estar cualquiera. Y por suerte hoy, gracias al crecimiento del equipo, ocupamos ese lugar detrás del campeón”, analiza. Casalánguida no duda en asegurar que Ferro es uno de los mejores cuatro equipos de estos primeros 100 días. “No sólo por los resultados, que lo avalan, sino por solidez y regularidad. No ha tenido baches ni fluctuaciones grandes y se nota que juega con convicción y confianza. Además, lo que no es poco, es lo bien que jugó contra los mejores, sobre todo San Lorenzo y San Martín”, opina. Es verdad que el equipo ha tenido más lagunas cuando enfrentó a los más débiles, como Hispano Americano y Echagüe, que contra los top, duelos en los que exhibió carácter y juego. Punto a favor.

Castiñeira, Balbi y Clemente saben que, si bien el equipo progresó mucho, se necesita seguir trabajando sobre la regularidad. “Es hermoso ver cómo crecemos en cada juego, pero consistencia será la palabra clave en lo que viene”, opina Ramon. “Somos un equipo intenso y ofensivamente estamos muy bien, pero siento que en defensa podemos ser más sólidos”, dice el base. Castiñeira asiente. “Es lo que nos puede dar otro salto de calidad y ser un equipo todavía más peligroso”, cree. La gran pregunta es adonde puede llegar este equipo. Castiñeira prefiere pisar un poco el freno. “Recién van 23 partidos y todavía es prematuro decir para qué estamos. Quizá en marzo, cuando todos los equipos tengan sus rosters definitivos, tengamos más certezas. Además, a nosotros nos faltan las tres giras largas, dos por el Norte…”, analiza. A los jugadores, sin embargo, no le hablen de frenos. Ellos prefieren soñar mientras trabajan. “La idea es seguir en los primeros puestos y, por qué no, aspirar al título. Es el gran objetivo de todos”, dice Balbi sin achicarse. Como sucede en la cancha, Clemente tampoco se echa hacia atrás. “Siento que ya somos un candidato. Lo hemos demostrado. Debemos construir desde acá”, tira.

Así está Ferro. De pie y soñando. Como en los 90. Un gigante que se levantó y volvió a ser para ilusión de Caballito.

Por Julián Mozo, escribe columnas para la web de La Liga y es el responsable la sección “Esto pasó en la Liga”. Trabajó 18 años en el Diario Olé, cubre la Liga desde 1996 y es el comentarista de la NBA en DeporTV. Cubrió 3 Mundiales de básquet, cinco finales NBA y un Juego Olímpico, entre otros torneos y competencias. En Twitter e Instagram podés encontrarlo como @JulianMozo.

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